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Inesperado giro sobre la misteriosa desaparición de una mujer de Long Beach hace 16 años

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Durante 16 años, nadie supo qué había ocurrido con Diana Raquel Rojas.

La mujer, de 27 años y residente de Long Beach, había dejado a su hija de dos años con un pariente, un viernes de octubre de 2000, y luego faltó a una cita al día siguiente, dos cosas que su familia consideró sumamente extrañas en ella.

Sus amigos y familiares la llamaron reiteradas veces, pero nadie respondía. Su Nissan pickup 1992 no estaba por ningún lado. Los días de preocupación se convirtieron en semanas, meses y años.

Ahora, la policía de Long Beach afirmó que una llamada anónima recibida a comienzos de este año podría confirmar los peores temores.

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Los detectives de homicidios viajarán al condado Kern este jueves para dar seguimiento a los reclamos de la desconocida que llamó y alertó que Rojas estaba muerta, y que sus restos podrían encontrarse en una zona desértica de Ridgecrest, 100 millas al este de Bakersfield.

La sargento Megan Zabel informó el miércoles que la policía ha reabierto formalmente el caso y que está investigando la desaparición de Rojas como un homicidio. “Esperamos localizar los restos de Diana, y que las respuestas salgan a la luz”, afirmó Zabel.

Los investigadores no tienen una persona específicamente vinculada con el caso, y Zabel no pudo precisar exactamente cuándo fue la llamada que los llevó a la nueva búsqueda. Rojas se estaba divorciando al momento de su desaparición, pero Zabel confirmó que la policía había entrevistado a su esposo hace años y que no lo consideraron sospechoso.

Rojas, quien trabajaba en una iglesia y ayudaba a jóvenes madres solteras, fue vista por última vez en su residencia, en la cuadra del 5500 de Ackerfield Avenue, el 20 de octubre de 2000. Llevaba una camiseta rosa con correas, pantalones azules con un loco de Winnie the Pooh y una chaqueta con una insignia médica. La policía requisó su departamento después de la desaparición y reunió evidencia física que los llevó a sospechar de una trama sucia. Según Zabel, “la policía no creyó que ella se hubiera fugado por propia voluntad”.

Zabel añadió que los investigadores han recibido varias llamadas telefónicas en los últimos 16 años, sugiriendo que Rojas había sido asesinada. Los detectives buscaron sus restos en múltiples ubicaciones apoyándose en esas pistas, pero sin éxito.

Sin embargo, ahora los detectives confían en que la ubicación en Ridgecrest donde explorarán este jueves los llevará a los restos de la mujer.

NecroSearch, una firma con sede en Colorado que se especializa en hallar tumbas clandestinas y en recuperar evidencia, examinó el área con imágenes de satélite y descubrió “inconsistencias topográficas”, dijo la policía. Los perros del Departamento del Sheriff del Condado de L.A. buscaron en la zona y mostraron interés en una de las ubicaciones señaladas por NecroSearch, según la policía. Los canes están entrenados para localizar restos que tienen más de 10 años.

Zabel no informó exactamente dónde podrían encontrarse los restos, pero una vocera de la policía describió la zona como un “área desértica”.

Sin embargo, incluso si la policía recupera el cuerpo de Rojas, todavía están muy lejos de averiguar cómo y por qué terminó allí. Luego de esperar años por justicia, los familiares de Rojas esperan que el público pueda ayudar a poner fin a su pesadilla. “Si hay alguien con información, cualquier cosa, por favor ayude a mi familia a cerrar este tema”, afirmó Solomon Cortez, hermano de la mujer desaparecida.

Si desea leer la nota en inglés, haga clic aquí.

Traducción: Valeria Agis

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