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Hollywood y la tristemente célebre cultura del acoso sexual, al descubierto

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Bill Cosby, Roger Ailes, Donald Trump. Las historias de hombres poderosos y mayores de edad que se aprovechan de mujeres jóvenes pueden no resultar nuevas en Hollywood, pero recién el año pasado se convirtieron por fin, colectivamente, en noticia.

A tal punto llegó la situación que, cuando la actriz Rose McGowan reveló recientemente por Twitter que había sido violada por un jefe de estudio, no fue tanto una sorpresa sino una confirmación; un ejemplo más del casting couch [término con el cual se designa a la selección de actrices a cambio de favores sexuales] no sólo en teoría, sino con inquietantes relatos de ataques y acosos reales.

“Al romper el silencio y hablar, los hombres están aprendiendo una lección. El viejo refrán que dice: ‘No subestimes jamás a una mujer…’, bueno, ahora tiene más sentido”.

— — Gloria Allred

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Aunque muchas de estas acusaciones se dieron a conocer inicialmente por las redes sociales, fueron posteriormente tomadas en serio por múltiples plataformas de noticias, en lugar de convertirse en simple alimento de los sitios de chismes o celebridades. “Estamos en una era en la cual las mujeres hacen responsables a los hombres que las perjudican; se quitan la culpa de encima y los culpan a ellos por las injusticias”, señaló Gloria Allred, una abogada que llevó varios casos de alto perfil que involucran discriminación, abuso y ataque a mujeres.

Allred representa ahora a Summer Zervos, una exconcursante de “The Apprentice” quien recientemente reveló que Trump la había atacado sexualmente cuando ambos participaban del reality show. “Las mujeres ya no asumen el costo total de lo que los hombres les han hecho”, afirmó la letrada. “Mientras rompen el silencio y hablan en casos como los de Cosby y Ailes, los hombres aprenden una lección. El viejo refrán que dice: ‘No subestimes jamás a una mujer…’, bueno, ahora tiene más sentido”.

La ahora infame grabación de Trump, en la cual se escucha al candidato alardear ante un anfitrión de “Access Hollywood” acerca de su inclinación a manosear mujeres, es indignante en todo sentido. Pero también es una de una serie de ellas, que se han conocido en recientes semanas, luego de que el jefe de Fox News renunciara en medio de acusaciones de acoso sexual y, quizás más importante, luego de que un amado comediante se enfrenta a cargos penales por asalto sexual.

Las múltiples acusaciones de agresión sexual que comenzaron a acumularse en 2015 contra Cosby fueron “la rotura de un dique, en términos de cómo entendemos realmente el ataque sexual como un delito de poder institucional”, señaló Andi Zeisler, cofundador de Bitch Media, una organización feminista sin fines de lucro en Portland, Oregon.

Varias mujeres habían acusado a Cosby por asalto sexual y violación durante años, pero no fue hasta que el comediante Hannibal Buress lo llamó ‘violador’ que la noticia fue ampliamente cubierta en la prensa y multiplicada.

Pronto, el gran número de mujeres que denunciaron incidentes fue imposible de ignorar (el juicio penal, que comenzará el mes próximo, implica un cargo de delito grave de asalto sexual, presuntamente cometido en 2004). “Cinco años atrás no hubiéramos visto un término como ‘la cultura de la violación’ en CNN”, asegura Zeisler. “No hubiésemos visto a expertos preguntándose por qué estas mujeres no hablaron del tema cuando ocurrió”.

McGowan tiene una respuesta para ello, y la compartió en Twitter: “Una abogada penalista me dijo que, como había hecho una escena de sexo en una película, jamás ganaría el caso contra el jefe del estudio #PorQuéLasMujeresNoReportan”.

McGowan es sólo la última actriz de alto perfil que reveló esa situación. El año pasado en CNN, Thandie Newton, de “Westworld”, habló acerca de un director de casting que se aprovechó de ella cuando era una adolescente. “Me pidió que me sentase con las piernas abiertas y posicionó la cámara donde podía ver mi falda”, relató. Agregó que el director le pidió que se tocara y luego mostró las imágenes en fiestas de Hollywood.

La cantante Kesha comenzó a tuitear en 2014 acerca de un supuesto abuso sexual y violación que sufrió por parte de su productor y jefe de la discográfica, Dr. Luke, con quien había firmado cuando era adolescente.

Aunque un juez rechazó la demanda civil que presentó Kesha, su testimonio inició una conversación sobre el sexismo institucionalizado que prácticamente se celebra en la industria de la música. Gwyneth Paltrow, Charlize Theron, Helen Mirren, Lady Gaga, Megyn Kelly y Ashley Judd también han hablado acerca de ser violadas, abusadas y acosadas por los agentes de poder de la industria que gobernaban sus carreras.

Más recientemente, la presentadora de noticias de Fox News Gretchen Carlson presentó una demanda contra el fundador de Fox News, Ailes, y alegó que éste rechazó ascenderla en su trabajo luego de que ella rechazó sus avances sexuales. Cuando más mujeres comenzaron a hacer acusaciones similares, Ailes se vio obligado a renunciar.

La cultura sexista entre bastidores a menudo se amplifica en la pantalla. Los personajes masculinos, desde James Bond hasta Justin Bieber, han idealizado o insinuado la emoción de las relaciones sexuales sin consentimiento, en parte porque los hombres con poder de dar luz verde a menudo “tienen el poder de difundir argumentos similares a través de todos los géneros o medios: la TV, el cine, la música”, señaló la socióloga Laura L. Finley, autora de “Sexual Assault in Popular Culture” (Asalto sexual en la cultura popular). “No es de extrañar que algunos hombres piensan que tienen licencia para acosar, degradar, acosar y manosear a las mujeres. Todo lo que los rodea les dice eso”.

De hecho, incluso cuando Trump se enfrenta a una crisis cultural por us palabras y su supuesto comportamiento, su reemplazo en “The Celebrity Apprentice” es precisamente Arnold Schwarzenegger, quien fue acusado por media docena de mujeres que sufrieron sus acosos sexuales.

Pero también hay señales contundentes de que este momento ha cambiado para siempre la perspectiva de los medios, y quizás también de Hollywood. En el segundo debate presidencial, el modo en que Anderson Cooper expresó una pregunta hacia Trump lo dijo todo: “Usted describió que besó a mujeres sin su consentimiento, y las tomó de sus genitales. Eso es un ataque sexual”, afirmó Cooper. “¿Lo comprende?”.

Quizás Trump no lo comprende, pero muchas otras personas ahora sí. “No hay vuelta atrás”, afirmó Melissa Silverstein, del blog Women and Hollywood. “Cuando la elección haya terminado, habrá un ajuste de cuentas serio, y no será fácil”, aseguró. “Esto está en carne viva; estos somos nosotros, y por fin estamos lidiando con ello”.

Si desea leer la nota en inglés, haga clic aquí.

Traducción: Valeria Agis

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