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Hallaron cráneos humanos que fueron tallados como parte de un misterioso ritual en la Edad de Piedra

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Hace más de 9,000 años, un misterioso grupo de cazadores y recolectores construyó lo que podría describirse como el primer templo conocido del mundo. Hoy es un sitio al cual llamamos Göbekli Tepe.

Situado en el sur de Turquía, este antiguo lugar de culto ritual precede a Stonehenge por 6,000 años y a las primeras pirámides egipcias por 5,000. Está marcado por elevadísimas piezas de piedra caliza, de hasta 18 pies de altura, talladas en forma de ‘T’ y adornadas con detalles de animales salvajes y depredadores.

En la década de 1960, un equipo de arqueólogos de Turquía y los EE.UU. describió el sitio como un cementerio medieval de poca importancia. Sin embargo, en 1995, el arqueólogo alemán Klaus Schmidt regresó allí y descubrió que sus estructuras, enterradas durante mucho tiempo, fueron construidas en la Edad de Piedra, mucho antes de la invención de la rueda y la cerámica.

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Durante los últimos 20 años, un equipo internacional de arqueólogos desenterró ocho estructuras de edificios redondas, cada una de ellas con dos grandes pilares en forma de ‘T’ en el centro y otras más incrustadas en las paredes, así como numerosas estatuas, huesos de animales, cuentas talladas, amuletos y herramientas de pedernal.

Los arqueólogos todavía no están seguros de qué ritos ocurrieron en ese sitio fantasma; quizás ceremonias de bodas, mediaciones de conflicto o ritos de iniciación masculina (hay evidencia de que se elaboraba alcohol en el sitio, y el falo erecto es un tema recurrente).

Ahora, un nuevo estudio publicado este miércoles en Science Advances revela que las personas que iban allí a venerar a sus ancestros o dioses, o para marcar transiciones de vida, también pueden haber sido recibidas por cráneos humanos decorados. “Debe haber sido toda una experiencia para ellos”, afirmó Lee Clare, profesor del Instituto Arqueológico Alemán (DAI, por sus siglas en inglés) y coordinador de investigación y trabajo de campo en Göbekli Tepe. “Los edificios eran semisubterráneos, y uno puede imaginarse el interior, iluminado por una antorcha, lo cual haría que las formas en ‘T’ se agitaran en la luz. Es probable que haya habido cánticos y tambores, y cráneos colgando”.

El uso ritual de los cráneos humanos puede parecer macabro hoy, pero en registro arqueológico sugiere que los cultos al cráneo -grupos que le asignaban una importancia simbólica- eran absolutamente comunes en la zona del Mediterráneo cuando Göbekli Tepe estaba en funcionamiento.

Los arqueólogos que trabajan en la región han descubierto “nidos de cráneos”; es decir pilas de éstos, que han sido separados del resto de sus esqueletos, así como otros que parecen haber sido decorados con ocre o cubiertos de arcilla. Muchos de estos cráneos cuentan con marcas de rascado, lo cual sugiere que fueron desenterrados y despojados de cualquier tejido que quedara en ellos.

En Göbekli Tepe, los investigadores hallaron algo que nunca antes habían visto: siete fragmentos de cráneo pertenecientes a tres individuos, con ranuras profundas, rectas y talladas sobre sus superficies, y uno con un agujero en su interior. “El culto al cráneo en el Neolítico tomó diferentes formas y se halla con frecuencia, pero las tallas son excepcionales”, afirmó Julia Gresky, antropóloga del DAI, en Berlín, que lideró el trabajo.

Las ranuras tienen entre 0.2 y 4 milímetros de profundidad, y el análisis microscópico muestra que fueron claramente realizadas con herramientas de piedra. Los fragmentos de cráneo tallados también tienen marcas poco profundas, que probablemente quedaron después del proceso de limpieza.

No hay duda de que los cortes se realizaron después de la muerte, porque no hay signos de curación en el hueso, expusieron los autores. Sin embargo, es probable que la talla haya ocurrido poco después del fallecimiento. El hueso fue cortado -y, en un caso, perforado- mientras todavía era elástico, es decir cuando estaba en un estado temprano de descomposición.

Como la mayor parte del material óseo descubierto en Göbekli Tepe, los cráneos estaban fragmentados, por lo cual es difícil recoger mucha información sobre ellos. Sin embargo, resaltaron los autores, los tres pertenecieron a adultos entre las edades de 20 y 50 años.

Hasta el momento, 408 fragmentos de cráneo han sido descubiertos en el sitio, pero sólo siete -pertenecientes a un total de tres individuos- muestran signos de esta talla única. ¿Por qué? ¿Las tallas demuestran que se trataba de personas importantes en la comunidad? ¿O eran quizás enemigos vencidos? Los misterios abundan.

Si desea leer la nota en inglés, haga clic aquí.

Traducción: Valeria Agis

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