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Concacaf cambia de estrategia para erradicar el “¡eeeh pu…!” y esto es lo que planea...

Mexico fans hold a flag before El Salvador and Mexico play during a CONCACAF Gold Cup soccer match in San Diego, Sunday, July 9, 2017. (AP Photo/Gregory Bull)
(Gregory Bull / AP)
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San Diego

Concacaf se enfrentó ante un enemigo invicto el domingo en el Qualcomm Stadium y nuevamente salió vencido.

La confederación usó la ronda de apertura de su torneo de la Copa Oro para lanzar su última campaña destinada a erradicar el grito anti-gay que los aficionados mexicanos han coreado por más de una década.

“Nunca dijimos que acabaríamos con eso esta noche”, dijo Brent Latham, el jefe de operaciones de los medios de comunicación. “Nunca dijimos que no habría un coro. Hemos empezado a trabajar en ello, poco a poco”.

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Concacaf tituló su campaña “Stadium We All Want” o “El estadio que todos queremos”, como un programa educacional diseñado para unir a su público, jugadores, encargados de las selecciones y medios de comunicación que “buscan un ambiente acogedor en el estadio” – específicamente uno sin el coro.

Pero al anunciar la campaña, Concacaf nunca especificó que se trataba del coro que la afición mexicana emplea cada que vez que el portero contrario saca desde su área: “eeeehhh, puuu…”.

Esa palabra ha sido usada por mucho tiempo como un insulto anti-gay en México, aunque algunos aficionados y jugadores han tratado de bajarle el tono a la controversia, insistiendo que la palabra ha sido mal interpretada, y que durante los juegos, el significado de la palabra es más cercana a “cobarde”.

Concacaf no lo cree, ni tampoco FIFA, federación que ha multado a México en ocho ocasiones por no poder detener a sus aficionados de corear la palabra.

Por el contrario, se ha propagado. Durante el ciclo de las eliminatorias al Mundial, la FIFA dijo que una docena de naciones, que incluye desde Perú a Costa Rica, lo han usado. Chile, el actual campeón de América, fue multado con $210,000 y fue prevenido para no jugar en su estadio por cuatro juegos en su estadio nacional por no detener el coro.

Ahora la Concacaf se ha unido a la pelea, aunque de una manera sutil.

Antes de cada juego de la Copa Oro, los capitanes de cada equipo recitarán una petición en la que se le pide a la afición “dar el ejemplo a nuestros hijos” al no “usar nuestras voces para lastimar, ofender o discriminar”. Se les ha gestionado a los aficionados repetir eso mismo con una petición similar en el tablero del marcador del estadio.

Durante la transmisión de los juegos, Concacaf tratará de disfrazar los coros con un sonido genérico del juego, para prevenir que se oiga afuera del estadio. Hubo algunos contratiempos en ese proceso el domingo, pues uno de esos gritos se le escapó al sensor por lo menos una vez.

“El coro realmente es el problema más importante con el que estamos lidiando”, dijo el secretario de Concacaf, Philippe Moggio, quien estuvo presente en la victoria de México sobre El Salvador el domingo. “Es el problema número uno que estamos viviendo”.

Moggio dijo que la campaña está destinada a educar a los aficionados acerca del coro y cómo crea un ambiente no bienvenido para muchos. Concacaf está determinado en seguir con esto por un largo tiempo.

“Cambiar este tipo de comportamiento toma mucho tiempo y esfuerzo”, explicó Moggio. “Entonces nuestro enfoque realmente es la educación y [persuadir] a los aficionados a no corear esto sino algo más que no sea ofensivo”.

Mucho de esto se ha intentado con anterioridad, con muy poco éxito. Pero el único aspecto que cambió la Concacaf fue el de incluir a patrocinadores, medios y aficionados. Antes del juego del domingo, Concacaf se acercó para pedir apoyo a Pancho Villa’s Army, uno de los grupos de seguidores más grandes del equipo mexicano en los Estados Unidos.

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