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En partes de África, cazan personas albinas para comerciar sus partes del cuerpo; la víctima más reciente es un niño de nueve años

Superstitions hold that the body parts can bring riches, success, power or sexual conquest. (June 15, 2017) (Sign up for our free video newsletter here http://bit.ly/2n6VKPR)

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En un jueves por la noche a comienzos de marzo, un hombre de Malawi llamado Gilbert Daire se despertó por el sonido de la gente que intentaba atravesar su muro. En ese momento, se convenció de que los cazadores habían ido a matarlo en busca de las partes de su cuerpo.

Cuando su esposa gritó, los vecinos fueron en su ayuda y lo defendieron de los atacantes. Pero Daire ya no está seguro en las calles o en su hogar; le preocupa que los cazadores regresen.

Daire tiene albinismo, una condición que lo convierte en una mercancía valiosa en partes de África oriental y meridional. Al igual que los elefantes y rinocerontes, estas personas son cazadas por sus partes del cuerpo, que pueden generar miles de dólares y son a menudo traficadas por las fronteras.

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Los asesinatos de albinos son comunes en Tanzania, Malawi y Mozambique, donde las partes de sus cuerpos se emplean en rituales de brujería, debido a supersticiones que consideran que pueden generar riquezas, éxito, poder o conquistas sexuales. Los niños son especialmente vulnerables.

Al menos 20 malawianos con albinismo han sido asesinados desde noviembre de 2014, según Amninistía Internacional. Pero la cifra podría ser mayor, ya que muchos otros albinos han desaparecido. En Tanzania, al menos 75 de ellos han sido asesinados desde 2000.

El peligro se ha vuelto tan significativo que la organización de refugiados de las Naciones Unidas ha comenzado recientemente a trasladar a las familias de personas albinas a Canadá y otros países.

La condición genética recesiva, que limita la producción corporal de melanina y produce falta de pigmentación en la piel, cabello y ojos -y a menudo causa cáncer de piel o daño ocular- afecta a una de cada 1,400 personas en África.

Como las personas con este mal son tan visibles en sus comunidades, a menudo se ven obligadas a esconderse en sus casas para evitar ataques, secuestros y asesinatos. Pero ni siquiera así están a salvo.

Los ataques a menudo son descarados: se invaden los hogares o se secuestra a las personas a plena luz del día. Los infantes y niños son arrebatados de madres solteras empobrecidas o mientras caminan hacia la escuela. Los familiares como tíos, padres o novios están, a menudo, implicados.

Sus cuerpos mutilados se hallan a menudo después, sin manos, pies, senos, genitales, piel, ojos o cabello; dependiendo de los hechizos de los que han sido parte.

La última víctima aparente fue un niño de Malawi, de nueve años de edad, llamado Mayeso Isaac, quien viajaba a visitar a sus parientes el mes pasado cuando fue atacado y secuestrado por una pandilla de 10 hombres. No se le ha visto desde entonces y se teme que lo hayan matado por sus partes del cuerpo. El hecho fue parte de un patrón familiar.

Otras víctimas recientes en Malawi fueron Whitney Chilumpa, de dos años de edad, cuyos dientes y prendas se hallaron en una villa cercana; Harry Mokoshini, de nueve años, cuya cabeza fue recuperada por la policía, y el adolescente David Fletcher, cuyos restos fueron hallados sin pies ni manos.

Edna Cedric perdió a su hijo a manos de cazadores. Cuando regresaron, poco después, por su hermano gemelo, la mujer estaba preparada y se las arregló para combatirlos.

Deprose Muchena, vocero de Amnistía Internacional, señaló que las tradiciones culturales profundamente arraigadas persisten, incluyendo la creencia en los poderes míticos de las personas con albinismo y la convicción de que las partes de sus cuerpos pueden cambiar las vidas de los demás, atrayendo fabulosas riquezas, poder o suerte. Algunos creen que los albinos no son humanos, que su único valor es monetario y que tienen oro en sus huesos.

“Es una disposición a creer en las expectativas míticas acerca de cómo crear riqueza”, afirmó Muchena. “Son creencias falsas y profundas, que necesitan ser eliminadas de la sociedad. Estos pensamientos se sostienen por la ignorancia y la falta de educación que aflige a muchas personas en Malawi, principalmente en las áreas rurales”.

Muchos albinos allí viven en comunidades remotas y empobrecidas, donde los niveles de educación son bajos, las supersticiones son comunes, el desempleo es alto y la información sobre dicha condición es inexistente. Las mujeres que dan a luz niños con albinismo a veces son rechazadas.

Los asesinatos de este tipo también ocurren en Sudáfrica, aunque son menos comunes. En febrero pasado, un curandero tradicional de 67 años de edad fue sentenciado a cadena perpetua por matar a una mujer de 20 años con albinismo.

El sanador, Bhekukufa Gumede, y cuatro jóvenes cómplices le quitaron a la joven víctima, Thandazile Mpunzi, sus genitales, miembros y la piel, y arrojaron su cuerpo a una tumba poco profunda. Dos de los cómplices afirmaron en la corte que Gumede los convenció de que se enriquecerían si ingerían medicinas tradicionales producidas con las partes del cuerpo.

El novio de la víctima, quien ayudó a atraerla hacia su muerte, fue sentenciado a 18 años en prisión, mientras que otras tres personas recibieron condenas por 20 años.

Muchena remarcó que el mal funcionamiento de la policía y un inepto sistema penal en Malawi contribuyeron a los ataques contra los albinos, y nadie fue condenado por los últimos 20 asesinatos registrados allí en los últimos tres años.

Incluso los sospechosos hallados con huesos u otras partes del cuerpo fueron liberados por errores cometidos por los fiscales, o absueltos por magistrados sin conocimientos.

Muchena señaló que un grupo de trabajo gubernamental para abordar el problema tampoco había tenido éxito.

Después de una serie de ataques este año, el jefe de policía de Malawi, Lextern Kachama, afirmó a medios locales que el presidente había ordenado a los oficiales proteger las escuelas de los cazadores, y pedido a las comunidades su colaboración. “La gente en los vecindarios juega un rol muy importante en la protección de las personas con albinismo, porque está con ellas todo el tiempo”, remarcó.

Si desea leer la nota en inglés, haga clic aquí.

Traducción: Valeria Agis

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