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Maywood, entre las seis ciudades vigiladas de cerca por el estado

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La ciudad de Maywood no tenía mucho dinero y luchaba para pagar su deuda de $15 millones. Ante el sombrío futuro, los auditores estatales decidieron intervenir.

En enero, el estado inició la auditoría de esta ciudad, de 1.2 millas cuadradas de extensión, y hallaron que “su gobernabilidad deficiente y su mala administración fiscal” habían impedido su recuperación, además de hacerla susceptible a hechos de corrupción.

En muchos sentidos, la complicada ciudad del sudeste del condado de Los Ángeles debería darle las gracias a Bell -envuelta en un gran escándalo de corrupción en 2010-, su vecina, por la investigación.

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El fiasco de Bell llevó al estado a efectuar una mirada proactiva de los gobiernos locales, desde las ciudades a las agencias municipales, como nunca antes se había hecho. El año pasado, el auditor del estado de California puso en marcha un nuevo programa para acabar con el fraude, el despilfarro y la mala gestión en seis ciudades -incluyendo Maywood- identificadas como vulnerables.

“Es muy importante dar un salto en los indicadores de tensión financiera antes de que se agraven”, afirmó Kinney Poynter, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Auditores, Controladores y Tesoreros Estatales. “Nadie quiere situaciones como la ocurrida en Bell, donde había salarios enormes o grandes casos de fraude, porque destruyen la confianza en el gobierno”.

El escándalo de corrupción en Bell, que condenó a siete funcionarios de la ciudad, tuvo amplias implicancias para los gobiernos de California. El control por parte de las agencias estatales aumentó, y los legisladores crearon normas para aumentar la rendición de cuentas y la transparencia, además de para reducir la malversación política. También inspiró un proyecto de ley en 2011, destinado a evitar que un escándalo similar se repitiera.

El Proyecto de la Asamblea -AB187- se convirtió en ley ese mismo año y dio lugar a la creación del “programa de auditoría de gobiernos locales de alto riesgo”, que aumenta los poderes de los auditores para investigar a las agencias locales que van por el mal camino a nivel fiscal.

El auditor del estado ya contaba con un programa existente para identificar organismos en alto riesgo de fraude, pero la ley se limitaba a las funciones estatales. El auditor podía investigar a las agencias locales sólo si un comité se lo indicaba. “Queríamos darle autoridad apropiada al auditor para controlar a los gobiernos locales y asegurar que la situación de Bell no se repita”, aseguró el senador estatal Ricardo Lara (D-Bell Gardens), quien incentivó la medida. “Ahora tenemos una entidad externa, que puede revisar y evitar que otros gobiernos locales caigan en hechos de corrupción”.

Lara señaló que la corrupción y la mala administración no sólo socavan la confianza del público sino de las agencias federales y estatales, que podrían resistirse a proporcionar recursos a ciudades con serios problemas. “Finalmente, son nuestros constituyentes y comunidades las que sufren”, afirmó.

Las ciudades que están siendo actualmente supervisadas por auditores del estado son Chico, Richmond, Ridgecrest, Monrovia, Hemet y Maywood. Margarita Fernández, vocera del auditor estatal, señaló que éstas fueron identificadas cuando los auditores revisaron registros públicos como presupuestos y auditorías anteriores. También explicó que los auditores buscaron “indicadores financieros clave”, como la capacidad de una ciudad para responder a situaciones de emergencia financiera, pagar deudas a corto plazo y cumplir con sus obligaciones de pensiones. Además, analizaron el crecimiento de los ingresos proyectados y las perspectivas fiscales.

La mayoría de las seis ciudades tuvieron un pobre desempeño en algunos o todos los indicadores. Pero Maywood y Hemet requirieron investigaciones especiales cuando no pudieron abordar las cuestiones planteadas por el auditor del estado.

Lara afirmó que no le sorprendió cuando el auditor del estado llegó a la comisión para pedir que Maywood fuera auditada, dada su relación con la ciudad de Bell antes de que el escándalo se desatara. El senador alentó a la auditora, Elaine Howell, a avanzar con el procedimiento.

Seis años atrás, Maywood estaba al borde de la quiebra y había perdido su cobertura de seguro, lo cual la obligó a disolver su departamento de policía y a despedir a todo el personal del ayuntamiento. Maywood contrató los servicios de policía del Departamento del Sheriff del Condado de L.A. y contrató a Bell para asistir en algunas de las funciones de la ciudad. La relación llegó a un cese repentino cuando Bell quedó enredada en un escándalo que giró alrededor de los exorbitantes salarios de los concejales y administradores.

Aunque el peso de la atención penal cayó sobre Bell, los auditores señalaron que Maywood en realidad nunca se había recuperado de los problemas que la habían llevado a buscar ayuda de su ciudad vecina. La auditoría indicó que los líderes de Maywood habían hecho una serie de decisiones cuestionables, que empeoraron la situación.

Reuben Martínez, en calidad de administrador de la ciudad, afirmó que estaba de acuerdo con la investigación y con varios de los hallazgos por parte del estado. Martínez dijo que la ciudad está trabajando para crear un plan de pago de su enorme deuda, así como para aumentar sus ingresos. “Creo que estamos recibiendo la ayuda que necesitamos; eso es importante”, aseguró, respecto de la auditoría. “Hay una idea de que las ciudades se manejan de forma independiente, pero no es cierto”, sostuvo. “Si uno no presta atención, las cosas se complican”.

Si desea leer la nota en inglés, haga clic aquí.

Traducción: Valeria Agis

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