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Disney podría ampliarse para competir con la fusión de AT&T-Time Warner

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Con una capitalización de mercado de $150,000 millones, The Walt Disney Company es un gigante del entretenimiento. Pero la compañía con sede en Burbank pronto podría encontrarse en una situación que le resulta poco familiar: empequeñecida.

Si los reguladores aprueban que AT&T adquiera Time Warner Inc. por $85,400 millones, la empresa combinada sería mucho más grande que Disney y contaría con activos de primer nivel, tales como DirecTV, HBO y Warner Bros. Esto ha llevado a algunos observadores de la industria a especular si Disney necesitará buscar una nueva adquisición significativa con el fin de seguir prosperando en una industria de medios que cambia rápidamente.

“Estamos hablando de economías de escala enormes”, afirmó Laura Martin, analista de Needham & Co. “Incluso existe la duda de si Disney será lo suficientemente grande, con $150,000 millones, para competir por sí misma”.

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La empresa no es ajena a los tratos audaces. El crecimiento de Disney durante el mandato de su presidente ejecutivo, Robert Iger, fue impulsado en gran parte por la compra de empresas centradas en contenido, como Marvel Entertainment.

Los analistas e inversionistas señalan que si Disney quisiera hacer una adquisición importante podría profundizar su estrategia de comprar compañías ricas en propiedad intelectual, y no apuntar a un distribuidor tradicional, tal como un proveedor de TV por cable. “Eso no es lo que Bob Iger haría”, aseguró Scott Krisiloff, presidente de inversiones de Avondale Asset Management, que no es inversionista de Disney. “Creo que ellos son más inteligentes que eso”.

Algunas actividades recientes sugieren que existe la posibilidad de una jugada importante -quizás en el campo de la tecnología- para Disney. A comienzos del año, la inversión de $1,000 millones en la firma de transmisión online de video BamTech marcó su interés en reforzar sus credenciales dentro de ese campo.

Aunque Disney ahora domina Hollywood, podría arriesgarse a perder su posición si no refuerza su presencia en el creciente ecosistema digital. En un momento en el cual los jóvenes no ven películas y programas de TV de la misma forma en que sus padres lo hacían, compañías como Disney deben asegurarse la capacidad de llegar al público a través de nuevas plataformas de distribución.

También se ha especulado acerca de otros posibles acuerdos entre Disney y firmas centradas en tecnología. En septiembre pasado, Disney consideró hacer una oferta por Twitter Inc., cuyo negocio está estancado. Finalmente, la empresa no avanzó con la oferta para la red social, cuyo compromiso con la libertad de expresión le ha valido la reputación de un refugio para los acosadores en línea, lo cual sería un desajuste cultural para la inmaculada Disney, según algunos observadores. “El hecho de que hayan siquiera contemplado a Twitter me indica que si llega el activo digital o contenido correcto, ellos lo examinarán cuidadosamente”, señaló Tuna Amobi, analista de S&P Capital IQ.

A comienzos de este mes -cuando comenzó a desvanecerse el acuerdo por Twitter- los medios y analistas replicaron los rumores de que Disney podría estar evaluando la compra del gigante Netflix. Las compañías ya hacen negocios juntos: Netflix es hogar de varios programas de TV originales de Disney, además de “Jessica Jones”, de Marvel, y ofrece muchas de las películas de la compañía de Burbank.

“Si ellos hicieran algún movimiento hacia la distribución, Netflix sería lo correcto”, estimó Krisiloff. “Eso sí es algo que Disney podría hacer”.

Pero la compañía no ha mostrado interés en comprar Netflix, valuada en $55,000 millones, y Amobi no cree que Netflix, cuyas acciones se han disparado el último mes luego de su fuerte informe de ganancias del tercer trimestre, quiera vender. En cambio, dijo, ese tipo de acuerdo “podría tener sentido estratégico para Disney”.

En Burbank no respondieron a las solicitudes de comentarios por parte de este medio. En tanto, un vocero de Netflix señaló que la firma “no comentaría acerca de ningún rumor o especulación”.

Bajo el liderazgo de Iger, Disney se transformó gracias a tres grandes acuerdos: las compras de Pixar Animation Studios, por $7,400 millones, en 2006; de Marvel, por $4,000 millones, en 2009, y de Lucasfilm, por $4,060 millones, en 2012. Las adquisiciones sumaron a Disney franquicias como “The Avengers” y “Star Wars”, que ahora son alimentadas por varias de sus líneas de negocios y han ayudado a la empresa a generar ganancias récord en los últimos años.

“Lo que Bob Iger ha hecho bien es básicamente reconocer eso que Disney hace muy bien y subir las apuestas en consecuencia”, afirmó Jason Moser, analista de The Motley Fool.

Cuando Disney compró o invirtió en empresas para sus activos de tecnología, las ofertas fueron mucho más pequeñas que en sus compras de firmas de contenidos. En agosto, Disney afirmó que pagaría $1,000 millones por BamTech, que desarrolló el servicio de video en línea para las Grandes ligas y se ocupa de temas similares para HBO y la Liga Nacional de Hockey, entre otros. “Creemos fervientemente en el uso de la tecnología para llegar a más personas donde éstas se encuentren, y claramente hemos visto un aumento espectacular en los medios móviles digitales”, afirmó Iger en una conferencia, el mes pasado.

BamTech fue aprovechada por Disney para crear y distribuir un nuevo servicio -directo para los consumidores- de suscripción de transmisión de deportes para la marca ESPN.

Moser no cree que hacer un acuerdo histórico, similar al de AT&T-Time Warner, sea de interés para Disney, mientras intenta resolver los problemas de ESPN. La compra de BamTech fue vista en parte por los analistas como una forma de atender los problemas de la cadena de deporte, que ha perdido 9 millones de suscriptores de TV desde 2013, según información de Nielsen. “Uno de los mayores retos para ellos es averiguar cuál será el siguiente paso para llevar a Disney a la cima”, manifestó Moser. “El elemento más importante en la lista de pendientes de Iger es descubrir cómo obtener beneficios económicos con ESPN a través de la distribución”.

Disney, que generó ingresos por $52,500 millones en el año fiscal 2015, es ahora demasiado grande como para ser adquirida por un puñado de compañías. Pero hace una década fue el blanco de una megafusión que, finalmente, fracasó. En 2004, el proveedor de cable Comcast Corp. sorprendió a los inversores al ofrecer $54,000 millones por Disney. La firma rechazó la oferta y Comcast, nuevamente presionada por Wall Street, abandonó sus esfuerzos poco después.

Cinco años después de ello, Comcast se concentró en un titán de los medios y el entretenimiento, y anunció su intento de comprar una participación mayoritaria en NBCUniversal, en 2009. En ese momento había una fuerte preocupación acerca de las implicancias que el acuerdo tendría para los consumidores y sus bolsillos. Eventualmente, la compra fue aprobada por la Comisión Federal de Comunicaciones de los EE.UU., en 2011.

El trato entre AT&T-Time Warner podría crear una nueva compañía, con una capitalización de mercado de $300,000 millones, por lo cual se espera que sea objeto de una fuerte inspección por parte de los reguladores. Los competidores ya han considerado el asunto, entre ellos Disney. El sábado, una vocera de la firma le dijo a varios medios que “una transacción de tal magnitud obviamente debe garantizar un estricto control reglamentario”.

Si desea leer la nota en inglés, haga clic aquí.

Traducción: Valeria Agis

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