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Cuando la autoayuda se vuelve autodestrucción: cuatro señales de advertencia

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En la era de Instagram, la autoayuda y el bienestar nunca se han visto más glamorosos y atractivos, explica la oradora motivacional Danielle laPorte. Pero, tal como remarca en su nuevo libro “White Hot Truth”, a veces el camino hacia la superación personal puede convertirse en una vía autodestructiva.

“Gran parte del ámbito de autoayuda luce genial. Parece liberado, progresista y luce bien en pantalones de yoga”, afirmó en un reciente almuerzo en Venice. “Parece lo correcto, y a veces lo es, pero otras no. Hay que examinarlo con cuidado”.

En muchos casos, sostiene la especialista, la gente simplemente reemplaza un tipo de adicción o problema “por otro de mejor aspecto”. En su nuevo libro, LaPorte narra sus tropiezos -y los de otras personas- en el camino hacia la iluminación, así como su receta para lograrla de un modo saludable.

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A continuación, cuatro instancias en las que la autoayuda se convierte en un desvío perjudicial, y estrategias para hacerles frente.

  1. Desviación espiritual

El término, acuñado por el psicólogo John Welwood, se define como “el uso de prácticas y creencias espirituales para evitar el manejo de nuestros sentimientos dolorosos, las heridas no resueltas y la necesidad de desarrollo”.

En pocas palabras, LaPorte aclara, “a veces hacemos lo correcto, pero por los motivos equivocados”. En lugar de consumir alcohol o drogas para sentirnos mejor, dice, lo hacemos con la macrobiótica y la metafísica. Desde luego, estos últimos hábitos no llevan a su usuario a un tratamiento de rehabilitación, sólo a más talleres de autoayuda.

Un ejemplo claro de ello, sostiene, es ese amigo que muchos tenemos, que posee una relación no muy amorosa con su cuerpo, sigue un estricto régimen de alimentos saludables y sabe todo acerca de lo que es bueno para el físico, aunque en realidad disfraza un desorden alimenticio como una rutina holística.

Cómo solucionarlo: examinar los motivos mientras se recorre el sendero espiritual; reflexionar y preguntarse a sí mismo qué es lo que se busca, y por qué.

  1. Falta de límites

En la búsqueda del crecimiento, indica LaPorte, muchas personas -mujeres, en particular- se vuelven muy tolerantes hacia el mal comportamiento de otras personas, creyendo que actúan desde un costado espiritual de aceptación y compasión. Esto puede derivar en sostener una mala relación por más tiempo del debido, aceptar culpas y críticas de amigos narcisistas, o ceder mucha autoridad a un maestro espiritual, incluso si el enfoque del instructor parece una manipulación o levanta sospechas.

Cómo solucionarlo: “Hay que mantener las antenas alertas”, afirmó. LaPorte aconseja a su propio hijo, de 13 años de edad, que tenga un corazón generoso, pero que lo proteja con una gran valla y permita el ingreso sólo a las personas “respetuosas e interesadas, y a aquellos realmente amorosos”.

  1. Culpa

Si el régimen espiritual incluye un sistema de recompensas o castigos, es una mala señal, explicó LaPorte. No hay que meditar por una hora, practicar yoga todos los días o comer 100% sin gluten y orgánico para ganarse un chocolate o la sesión de pedicuría tan esperada. Eso no es amor propio ni autocuidado, remarcó.

Quienes agregan cosas para hacer constantemente a su lista de tareas espirituales y se sienten mal porque no llegan a cumplirlas todas, o quienes compiten en su práctica de yoga y hábitos saludables, podrían en realidad estar buscando aprobación más que iluminación.

Cómo solucionarlo: con cualquier práctica espiritual, “nadie debería sentirse culpable si no la hace. Hay que practicar cuando se necesita y cuando se desea hacerlo”, expresó. “Una pregunta muy poderosa es: si nadie llevara la cuenta, ¿lo harías? No se trata de ganar puntos, sino de la dulzura, la libertad y la euforia de ser una persona amorosa”.

  1. La espiritualidad de talla única

Muchos creen que necesitan adoptar todos los hábitos y prácticas de un maestro espiritual o gurú de autoayuda, ya sea Deepak Chopra o Tony Robbins. Un buen maestro debería encontrarse con los estudiantes a su nivel y ver qué necesitan, en lugar de prescribir una fórmula espiritual. Si uno gusta de los mantras, genial. Si los cristales parecen demasiado extravagantes, está bien también, dijo LaPorte.

“Hay muchos caminos y todos funcionan para alguien”, agregó. Al igual que cualquier otra cosa, encontrar una práctica espiritual y un camino hacia la superación es como hallar las creencias propias después de salir de un pequeño pueblito con una única iglesia.

Cómo se soluciona: “Hay que aprender a pensar por sí mismo”, aseguró LaPorte. Eso incluye poder tomarse un descanso de la práctica de meditación, del hábito del reiki o de la dieta vegana para ver si realmente funcionan adecuadamente para uno.

Si desea leer la nota en inglés, haga clic aquí.

Traducción: Valeria Agis

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