Anuncio

Cómo los rescatistas hallaron a Karen Klein, la mujer que recorrió 26 millas en la nieve para ayudar a su familia

Share

La nieve tenía al menos tres pies de profundidad y seguía cayendo cuando Tracy Glover y otros dos hombres llegaron a la cabina de boletos, en la entrada norte del Gran Cañón.

La puerta estaba siempre desbloqueada, según Glover, sheriff del condado de Kane, Utah. Adentro había bolsas de dormir, alimentos, agua, cerillas; todos artículos que Karen Klein podría haber usado en esta Nochebuena, mientras ella y su familia se encontraban varados en una remota región del parque nacional, cerca de la frontera entre Arizona y Utah. El sitio era un oasis templado dentro del bosque helado. “Pensé que ella podría haber llegado hasta aquí”, afirmó Glover.

Pero después de caminar 26 millas, arrastrando una pierna herida y sin zapato a través de la nieve, Klein había encontrado otro refugio: una cabaña construida en los árboles, ubicada a unas 100 yardas de distancia, sin electricidad y con unas pocas mantas. Para entrar tuvo que romper una ventana. “Podría haber estado más frío allí que afuera”, señaló Glover.

Anuncio

Cerca de cinco horas después de ingresar al parque, la sheriff llegó a la cabaña. Cuando encontró a Klein, ésta se había quitado su gorra de lana mojada y sus capas externas de ropa, y estaba tirada en la cama; agotada, deshidratada. Había alucinado y tenía los dedos de pies y manos congelados.

Rápidamente, Glover encendió un fuego en la cabaña y llamó a un operador para transmitir el mensaje al esposo e hijo de Karen, quienes habían sido rescatados horas antes: Karen Klein estaba viva. “Está en mi lista de los 10 mejores”, afirmó Glover este martes. “Definitivamente, uno de los mejores casos de búsqueda y rescate, porque todo terminó bien y todas las agencias se unieron rápidamente”.

Klein, de 46 años y residente de Easton, Pensilvania, estaba de vacaciones en Las Vegas con su esposo y su hijo de 10 años, cuando decidieron viajar hasta Bryce Canyon y la entrada norte del Gran Cañón, en la semana de Navidad. Pero durante el trayecto hasta la entrada norte su GPS les alertó del cierre de la Carretera 67 de Arizona y los desvió hacia un camino del Servicio Forestal, que es en su mayor parte de grava. El coche finalmente quedó atascado; la familia comenzó a preocuparse.

Sin servicio de telefonía móvil y con Eric Klein en recuperación de una reciente lesión en la espalda, Karen Klein, una triatleta, decidió salir a caminar para buscar ayuda mientras la nieve seguía cayendo. La mujer terminó atravesando 26 millas durante unas 36 horas, antes de que Glover la hallara en el pequeño refugio. Luego del rescate, Klein contó a “Good Morning America” que mientras caminaba en busca de ayuda se obligó a permanecer despierta durante toda la noche y comió ramas de álamo. También colocó nieve en su mejilla para mantenerse hidratada. “Yo seguía pensando, así no es como mi vida termina; no, no, no”, afirmó Klein. “Mi hijo necesita a su madre, mi marido necesita a su esposa. No pienso dejar que mi madre me entierre”.

El sheriff Jim Driscoll del condado de Coconino, en Arizona, esperaba en el hospital junto con Eric Klein y el niño alguna noticia del rescate de Karen. El agente, quien lleva 40 años realizando operaciones de búsqueda y rescate, señaló que hizo lo habitual en estas circunstancias: entrevista a la familia para tratar de identificar a la persona que se busca. Al interrogarlos descubrió que la mujer era una atleta y estaba en buena forma física; que tenía habilidades para las actividades al aire libre. Era una luchadora; probablemente estaba en movimiento. “Yo buscaba pistas”, señaló. “Por las temperaturas y la tormenta que se avecinaba tuvimos que hacer todo para lograrlo”.

Esa tormenta arrojaría al menos 18 pulgadas, lo cual hubiera ralentizado el intento de rescate. Driscoll pensó que tenían una ventana de ocho horas para hallarla.

El equipo de Glover, sin embargo, estaba más cerca y pudo comenzar a buscar en vehículos de nieve alrededor de las 9 p.m. El grupo de Driscoll comenzó desde Flagstaff, Arizona, alrededor de las 11 p.m. En total, cerca de una docena de rescatistas participaron del operativo, con ayuda del Servicio de Parques Nacionales, el Servicio Forestal de los EE.UU. y la Oficina de Manejo de la Tierra.

Glover aseguró que rastrear a Klein fue difícil. Por momentos, la mujer seguía en el camino, pero las huellas desaparecían y luego volvían más adelante, fuera del sendero. La nieve dificultaba reconocer sus pisadas.

Cuando llegaron a la intersección de la Carretera 67 y Forest Road 22, detalló Glover, volvieron a perder rastro de las huellas. A unos 8,500 pies, la deshidratación, la baja temperatura y el agotamiento eran grandes preocupaciones. “La habíamos rastreado durante 26 millas y en cada esquina nos sorprendía que ella siguiera adelante. Eran condiciones muy duras, y la capa de nieve era profunda”, señaló. “Cuando llegamos a la intersección y luego a la cabaña, era tenebroso. No había huellas, no había nada”.

Glover relató que no sabía de la existencia de una cabaña tan cerca de la cabina de boletos, pero en el lugar detectó algo que podían ser pisadas. “Estaba muy desorientada y le tomó unos minutos comprender que estábamos allí”, relató. “Estaba tan exhausta físicamente que no podía hacer nada. Le dimos comida y agua, y luego comenzó a volver en sí”.

Driscoll se encontraba con Eric y el niño cuando el operador llamó para avisar que Karen estaba viva, y que sería trasladada hacia una ambulancia que la llevaría al hospital, para ser atendida por sus heridas. Este martes, Driscoll expresó a los suegros de Karen que hay buenas posibilidades de que no pierda los dedos de los pies debido a la congelación.

El funcionario asegura que Karen fue afortunada; en el último mes, tres personas murieron por exposición al frío en el condado de Coconino. “Puede ser un entorno realmente hostil”, dijo. “Especialmente de noche”.

Para leer esta historia en inglés haga clic aquí

Traducción: Valeria Agis

Anuncio