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Mexicano Roberto Osuna habla abiertamente de sus problemas de ansiedad

El mexicano Roberto Osuna, cerrador de los Azulejos de Toronto, festeja luego de conseguir un salvamento en el duelo del lunes 14 de agosto de 2017, frente a los Rays de Tampa Bay.

El mexicano Roberto Osuna, cerrador de los Azulejos de Toronto, festeja luego de conseguir un salvamento en el duelo del lunes 14 de agosto de 2017, frente a los Rays de Tampa Bay.

(Frank Gunn / AP)
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Roberto Osuna podía haber dicho que tenía un brazo adolorido. Cualquier pitcher hace eso durante una temporada larga. Su equipo le podía haber dado días libres y para ese entonces, los síntomas pudiesen haberse ido.

Osuna fue el cerrador del Juego de las Estrellas de los Azulejos de Toronto. Cuando los Azulejos no lo usaron en un partido en junio, el mánager John Gibbons explicó que Osuna no se estaba sintiendo bien.

Ese hubiera sido el final de la historia si no fuera porque Osuna hizo algo extraordinario el día siguiente.

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Le pudo haber dicho a los reporteros que no se estaba sintiendo bien físicamente. En su lugar, les dijo a los reporteros que estaba combatiendo la ansiedad.

“No podía lanzar por un par de días, así que decidí decirle a la gente lo que estaba pasando conmigo”, dijo Osuna. “Creo que merecen saber lo que pasa en el equipo”.

Cosas así convierten a Osuna en uno de los jugadores mejor valorados en el béisbol este año, en una sociedad en el que las enfermedades mentales son muy comunes y que la concientización de ellas no lo son tanto.

En una cultura de los deportes profesionales, en los que los jugadores juegan con lesiones y alguna vez consideran esas lesiones como una debilidad, es destacable que Osuna hable tan abiertamente, en un segundo idioma- sobre lo que sucedió en esos días de oscuridad.

“Me estaba sintiendo perdido”, dijo. “No me sentía yo mismo. Me sentía mareado. No estaba muy seguro donde estaba. Me sentía raro”.

Osuna estaba en un cuarto de hotel, de viaje, lejos de su familia en México y de su equipo en Toronto. Nunca antes había sentido esa sensación.

“Fue algo absolutamente malo”, indicó. “No quiero volver a sentir lo mismo, nunca más”.

Los jugadores dicen que son como familia de febrero a septiembre. En sus innumerables horas juntos, hablan sobre cómo enfrentar a pitchers talentosos, lugares para ir a comer y sus ligas de fantasía de futbol americano. Usualmente no hablan de enfermedades mentales, dijo el compañero de Osuna, el primer base Justin Smoak, también elegido para el Juego de las Estrellas.

“Creo que los jugadores se las arreglan solos”, dijo Smoak, quien no estaba seguro de pedir un día libre si se sentía al igual que Osuna.

“Toma mucho hacerlo”, dijo Smoak. “Él lo hizo, fue bueno para él. Ahora se siente mejor”.

Zack Greinke, de los Diamondbacks de Arizona, Joey Votto, de los Rojos de Cincinnati, y Andrew Toles, de los Dodgers, son algunos de los jugadores que han reconocido públicamente que tienen problemas de ansiedad y depresión en los últimos años. Los problemas de ansiedad son uno de los problemas de salud mental más comunes en Estados Unidos y afectan a 1 de cada 5 estadounidenses, de acuerdo a la Asociación de Ansiedad y Depresión de Estados Unidos.

El doctor Mark Oakley, quien practica psicología clínica en Beverly Hills, ha trabajado con jugadores de Ligas Mayores, y dijo que las estadísticas son solamente estimados del número de personas que son afectadas, debido a que muchos estadounidenses no buscan ayuda para esas condiciones. También dijo que el número de jugadores de béisbol afectados por la enfermedad es mayores al resto de la población general.

“Ellos tienen mucha presión”, dijo Oakley. “Ellos tienen mucho dinero. Las Grandes Ligas no tienen piedad. Las expectativas ahí están. Tienen que rendir. Si algo sucede y no rinden, las diferentes presiones vuelven muy rápido”.

Oakley ha trabajado con algunos jugadores que llegaron a su oficina por sí solos, con la esperanza de que su equipo no supiera.

“Aún existe un estigma sobre el problema, desafortunadamente, los jugadores no quieren admitirlo a nadie”, dijo Oakley. “Generalmente, en mi experiencia, es que cuando un jugador se abre, el equipo lo apoya mucho”.

Los Dodgers contrataron el año pasado a Eric Potterat, un exjefe de psicología de la base naval, como su “director de programas especializados”. Ahora está encargado de los programas de psicología deportiva de los Dodgers, entre otras cosas, de acuerdo a su perfil en LinkedIn (Los Dodgers no le permiten hablan con los medios, de acuerdo al vocero del equipo Steve Brener).

Cada equipo de Grandes Ligas tiene un profesional que cuida la salud mental del equipo, ya sea como un empleado a tiempo completo o está asociado con uno, dijo Dan Halem, uno de los jefes de la liga. La liga ha creado reglas más progresistas como dejar que los jugadores tomen algunos días cuando un bebé nace o uno de sus seres queridos muere, o pueden ser enviados a la lista de lesionados por problemas de salud mental.

Halem dijo que el psiquiatra de la liga se asegura que cada jugador “esté teniendo un tratamiento y que esté progresando”. No dijo cuántos jugadores de la liga evalúa todos los años, pero dijo que el número es menos de “10 y más de uno”.

“Si el jugador se siente cómodo hablando sobre ello, eso le dará a los otros jugadores mayor sentirse mejor cuando lo hagan en público”, dijo Halmen. “Si un jugador no se siente cómodo al hacerlo en público, la última cosas que quieres hacer con un jugador que tiene ansiedad o que tienen problemas emocionales es ponerle en una posición en la que esté peor”.

Osuna dijo que los Blue Jays lo han apoyado completamente en este severo episodio de ansiedad. Dice que no le han recetado algo pero le ayuda las sesiones de terapia.

“Solo el hablar con la gente ayuda”, dijo. “Ayuda el solo hacer eso y aceptar que es un problema, y aprender a controlarlo”.

Y solamente al hablar de ello, Osuna está ayudando a otros.

“Cuando alguien habla sobre el tema y dice ‘tengo esto’, habré una conversación”, dijo Debbie Cohen, un terapista de matrimonio y familia de Calabasas. “No hace que la gente se sienta sola y separada”.

“Parte del problema es que, cuando hay algo que está pasando emocionalmente, la gente no lo quiere compartir porque piensan que hay algo mal en ellos. Si escucharan ellos a alguien que ellos admiran hablar sobre el tema, eso les da una voz”.

Osuna dice que la percepción de algunos aficionados es que: tienes dinero, eres famoso, ¿qué podría andar mal contigo?.

“No, no, somos humanos también”, dijo. “También tenemos una vida fuera de los estadios. Siempre hay cosas que pasan con nosotros. En la cancha y fuera de ella. Tengo 22 años. Tengo muchas cosas pasando a la misma vez”.

La forma en la que él lo ve es que al buscar ayuda, está también ayudando para que otros puedan obtener la asistencia que necesitan.

“Absolutamente”, dijo. “Tuve mucho apoyo de todos en Toronto, Canadá, y por todo el mundo. Significa mucho para mí. Ahora me siento mejor. Sé cómo controlar las cosas”.

“Como me dijeron algunos jugadores en el equipo. Todos pasamos por ello. Es parte de la vida”.

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