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Dodgers no debe considerar de regreso a Yu Darvish luego de la catástrofe del Juego 7 de la Serie Mundial

ARCHIVO - En esta foto de archivo del 1 de noviembre de 2017, el japonés Yu Darvish, de los Dodgers de Los Ángeles, realiza un lanzamiento ante los Astros de Houston en el séptimo juego de la Serie Mundial.

ARCHIVO - En esta foto de archivo del 1 de noviembre de 2017, el japonés Yu Darvish, de los Dodgers de Los Ángeles, realiza un lanzamiento ante los Astros de Houston en el séptimo juego de la Serie Mundial.

(Jae C. Hong / AP)
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Los Dodgers podrían pronto cometer un error muy grande acerca de un lanzador.

¡No, gracias!

Andrew Friedman y Farhan Zaidi son mentes brillantes, de eso no hay duda, pero están un poco fuera de sus cabales si piensan que Yu Darvish le debería ser permitido volver a vestir un uniforme de los Dodgers. Muchos dicen que es improbable que eso suceda, pero es posible, esto debido a unos reportajes de que los Dodgers están entre los seis equipos que buscan firmar al lanzador más atractivo en la agencia libre.

Su precio de por lo menos $100 millones por cinco años parece no engranar con la situación fiscal apretada de los Dodgers, pero podrían deshacerse de salarios de jugadores como Logan Forsythe o Yasmani Grandal para hacerlo funcionar. Friedman y Zaidi han probado que si quieren a alguien, son lo suficientemente inteligentes para lograrlo, entonces no hay que pensar que están fuera de la jugada.

La pregunta no es si ellos podrían, sino ¿por qué lo harían?

¿Por qué quisieran ellos hacerle esto a los aficionados de los Dodgers? ¿Por qué quisieran hacerle esto a Darvish? No hay que recordarle a nadie que viva alrededor de 1,000 millas de Chavez Ravine, pero de igual manera lo dejamos presente.

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Muchos creen que Darvish le costó la Serie Mundial a los Dodgers en la temporada pasada. Si hay un hombro que tiene que cargar con esa responsabilidad, es la de él. Si hay un villano de octubre, es él.

Darvish no solamente fue el lanzador perdedor del Juego 7 de la Serie Mundial, él prácticamente lo perdió todo. Convirtió la celebración en una pesadilla para toda la vida con solo 47 lanzamientos, permitiendo a los Astros de Houston anotar cinco carreras antes del final del segundo inning. El Dodger Stadium estaba lleno y ruidoso para el juego más grande en la historia de esta ciudad y rápidamente él robó ese momento, terminando la fiesta de manera abrupta para cerrar la noche de manera silenciosa con la derrota de 5-1.

“Lo que hice hoy afectó a todos en los Dodgers”, dijo mientras lloraba después del juego refiriéndose a toda una ciudad enlutada.

Darvish no solo falló en el Juego 7, pero también en el Juego 3, cuando no salió ni para la segunda entrada, al permitir cuatro carreras para la derrota final de 5-3. En la Serie Mundial, tuvo un récord de 0-2 con un porcentaje de 21.60 de carreras permitidas mientras tiraba de manera errática.

Fue tal vez el peor momento de un lanzador en la historia de los Dodgers – sí, peor que los de Clayton Kershaw en sus peores momentos – mientras que también fue uno de los peores esfuerzos por un iniciador en la historia de la Serie Mundial.

Cuando los aficionados de los Dodgers piensan en la sequía de 29 años, que ahora serán tres décadas, lo señalarán a él hasta que se acabe esa sequía. No es exactamente lo que pasó con Bill Buckner en Boston, pero seguramente está muy cerca.

La única bendición después del Juego 7 fue cuando Darvish se quitó el uniforme, con la suposición de que no volvería a vestirla nuevamente.

¿Y ahora los Dodgers lo quieren de vuelta?

Hay, como siempre, un tipo de lógica en la gerencia del equipo. Darvish es un buen lanzador. Él encajó bien en la rotación después de que fue adquirido el 31 de julio pasado.

Tuvo un porcentaje de ERA de 3.44 en 4-3, en nueve partidos iniciados. Terminó el año con una ERA de 0.47 con 21 ponches y una caminada en sus últimos tres juegos de la temporada regular. Se mantuvo invicto en sus dos inicios en la postemporada con un ERA de 1.59.

Mientras el tiempo más pasaba, él se veía más cómodo y previo a la Serie Mundial, se le veía como una de las apuestas más seguras. Pero algo le pasó en ese gran escenario. De pronto parecía no estar tan seguro de lanzar bajo las luces más brillantes. No se le veía tranquilo en sus palabras y su lenguaje corporal, era como si hubiera perdido su nervio central.

Algunos observadores no estaban sorprendidos cuando se derrumbó en el Juego 3. Cuando le pasó lo mismo en el Juego 7, la única pregunta era si el mánager Dave Roberts debió haberlo sacado más rápido.

La respuesta en este espacio siempre ha sido que “no”.

Darvish acababa de sacar a dos bateadores consecutivamente y los Dodgers creían en que el lanzador podía recuperarse. Claramente no lo hizo. George Springer la mandó a volar y Darvish parecía haber lanzado por última vez ante una afición que lo abucheó hasta el invierno.

Es difícil imaginar que los aficionados puedan olvidar ese momento. Sería un milagro si Darvish olvida ese momento. Es imposible ver cómo ese regreso podría funcionar.

Hay que preguntarle a Tom Niedenfuer. Él era el relevista efectivo de los Dodgers, quien era lo mejor como persona, un verdadero profesional que inició su carrera en 1981 con cuatro temporadas robustas y un anillo de Serie Mundial, además de cinco apariciones sin anotaciones en la postemporada.

Pero entonces, en octubre de 1985, el apodado “Buff” mantuvo a los Dodgers fuera de la Serie Mundial al permitir un jonrón a Ozzie Smith, de San Luis, un día, y un jonrón de Jack Clark dos días después para darle a los Cardinals el campeonato de la Liga Nacional.

Niedenfuer nunca fue el mismo lanzador y solo estuvo una temporada más antes de ser canjeado a los Orioles de Baltimore en mayo de 1987. Después, tras sus frecuentes visitas al Dodger Stadium, Niedenfuer hablaba de cómo se le recordaba de su fracaso, desde el que atendía en el estacionamiento hasta los aficionados más mayores. Lo tomaba todo con buen humor, pero mostraba cómo los aficionados no olvidan nunca.

Nunca olvidarán a Darvish, tampoco, entonces ¿por qué hacerle esto?

La rotación estará bien, su temporada también, además serán los favoritos para regresar a la Serie Mundial incluso sin Darvish… y en definitiva no querrán verlo ahí cuando lleguen.

“De esa experiencia, quiero volver a ese escenario y quiero lanzar mejor”, Darvish le dijo a Sports Illustrated este invierno cuando habló del Juego 7. “Es la única ocasión en la que me puedo redimir. Quiero ser parte de un equipo en el que pueda tener esa oportunidad”.

Palabras fuertes con una meta admirable. Ese equipo para redimirse puede ser los Cubs de Chicago o los Yankees de Nueva York o los Astros de Houston o cualquiera de las 29 franquicias de las Mayores.

Pero ese equipo no puede ser los Dodgers.

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