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Aumenta 23% el número de Familias centroamericanas que busca llegar a Estados Unidos

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Las detenciones de migrantes que cruzaron ilegalmente la frontera suroeste aumentaron un 23% en el último año, según las cifras publicadas este lunes por el Departamento de Seguridad Nacional.

El aumento, luego de un declive registrado durante todo un año, podría encender más la campaña presidencial y las duras críticas de Donald Trump a la política de inmigración y seguridad fronteriza.

Agentes de la Patrulla Fronteriza y otras autoridades estadounidenses detuvieron a 408,870 personas en o cerca de la frontera -incluyendo 137,366 niños y sus familias, mayormente provenientes de América Central- en el año fiscal 2016, recientemente finalizado.

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La cifra marca un aumento respecto de las 331,333 personas detenidas el año anterior, pero de todas maneras el número es más bajo que los registrados en 2014 y 2013.

Las detenciones de niños y familias alcanzaron su punto máximo en 2014, cuando los arrestos totales llegaron a casi 480,000 personas. La situación creó una crisis que abrumó las estaciones de las Patrullas Fronterizas, los centros de detención y a los trabajadores federales de salud.

La mayor parte de los detenidos el año pasado provenían de Honduras, El Salvador y Guatemala, países que luchan contra la violencia relacionada con el narcotráfico y la pobreza extrema.

La inmigración neta de México se ha mantenido por debajo de cero durante varios años, según datos del censo. Ello significa que más personas han regresado a México que ingresado a los EE.UU. ilegalmente cada año.

Las detenciones de centroamericanos superaron a las de mexicanos el año último, por segunda vez. Los registros también muestran que muchos menos adultos solteros intentan cruzar la frontera. En cambio, las cifras hablan de un aumento de familias, al parecer a consecuencia de una estrategia deliberada para evitar los arrestos. Casi 78,000 familias fueron detenidas, un número récord.

Los centros de detención de los EE.UU. para familias a menudo están tan llenos que las personas reciben una fecha para una cita obligatoria en la corte y se los libera, para que puedan hospedarse con familiares o amigos dentro del país.

Como resultado, los contrabandistas recientemente han instado a los migrantes a traer también a sus hijos, para reducir las probabilidades de arresto antes de ser deportados, conforme los altos funcionarios de la Patrulla Fronteriza que hablaron bajo anonimato.

En el apogeo de la crisis de 2014, cuando agentes de la Patrulla Fronteriza en el Valle de Río Grande, en Texas, se vieron inundados de familias y niños centroamericanos, las opciones eran escasas. La Agencia de Control de Inmigración y Aduanas poseía un centro de detención en Pensilvania, con sólo 80 camas para familias. Desde entonces, dos centros de familias se han abierto en Texas, capaces de albergar hasta 3,700 padres e hijos juntos. El total aún no es suficiente para las decenas de miles de familias detenidas.

El gobierno de Obama ha respondido, en parte, con programas destinados a ayudar a El Salvador, Honduras y Guatemala, a combatir el crimen y la pobreza. El año pasado, el Congreso aprobó una ayuda de $750 millones para dichas naciones. Ahora, la administración Obama permite que los migrantes de dichos países en busca de protección como refugiados en los EE.UU. presenten sus solicitudes de asilo y sean sometidos a examinación y entrevistas mientras están en sus países de origen, para ayudarlos a evitar el peligroso viaje hacia el norte a través de México.

“Los niños no acompañados y las familias han presentado nuevos retos a nuestro sistema de inmigración”, señaló el secretario de seguridad interior, Jeh Johnson, en un comunicado. En una aparente alusión a Trump y su deseo de construir un muro a lo largo de la frontera, el funcionario agregó: “Las paredes por sí solas no pueden prevenir la inmigración ilegal. En última instancia, la solución es invertir a largo plazo en Centroamérica para hacer frente a los factores de riesgo en la región”.

Si desea leer la nota en inglés, haga clic aquí.

Traducción: Valeria Agis

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