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Inauguración de la presidencia de Trump y la industria de la moda, ¿cómo se preparan?

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Cuando llegue la noche de la toma de posesión, el recién investido presidente Trump podrá probar el poder de su fama en dos celebraciones de investidura, así como en la Gala de Homenaje a los Servicios Armados.

Según Trump, las celebridades están ansiosas por obtener un boleto. Simplemente no queda claro quiénes son. “Vamos a tener una audiencia increíble, quizás sea un récord para una toma de posesión, y habrá muchas estrellas de cine y del entretenimiento”, afirmó Trump al New York Times a principios de esta semana. “Todas las tiendas de ropa están agotadas en Washington. Es difícil encontrar un gran vestido para esta investidura”.

Robin Givhan, crítica de moda del Washington Post, respondió vía Twitter: “Para la toma de posesión, #neimanmarcus tiene más de 2,000 vestidos entre sus dos tiendas aquí. #NoHayEscasez”.

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El vicepresidente sénior de Neiman, quien es también director de moda, añadió que la tienda de departamentos está bien surtida.

“Siempre nos anticipamos y nos preparamos cada cuatro años para la investidura presidencial; tenemos una gran selección de vestidos y abrigos de noche, ya que por lo general hace mucho frío en esta época del año en Washington, D.C.”, dijo. “Siempre tenemos ventas muy fuertes de prendas de noche, sin importar el partido o candidato elegido”.

Con todos esos vestidos disponibles, la inminente primera dama, Melania Trump, no debería tener problemas para encontrar uno -o un diseñador que cree uno especial para ella-. Si bien inicialmente el mundo de la moda protestó por la elección de Trump y algunos creadores aseguraron que no vestirían a la primera dama, otros, como Tommy Hilfiger y Carolina Herrera afirmaron que no dudarían en hacerlo si se lo pidieran.

Hasta Tom Ford, quien fue ampliamente citado entre los detractores, aclaró sus comentarios en los Globos de Oro recientes y remarcó que no hubiera vestido a ninguna de las mujeres, incluso si Hillary hubiese ganado.

“Creo que cualquiera que sea presidente o primera dama debe usar ropa de un precio que sea accesible a la mayoría de los estadounidenses, y prendas que se confeccionen en el país”, afirmó. “Mis prendas se confeccionan en Italia y son muy costosas; no creo que la mayoría de las mujeres en este país las usen. La primera dama o el presidente deben representar a la gente. Especialmente teniendo en cuenta las creencias de este mandatario acerca de lo ‘hecho en los EE.UU’”.

Aun así, no se espera ver a muchos personajes y editores del mundo de la moda con trajes de gala, serpenteando entre Trump, de quien no puede decirse aún que sea el hombre más célebre en estos círculos.

En cambio, sí viajarán hacia la capital el fin de semana para participar en el movimiento conocido como la Marcha de las Mujeres en Washington, y en otras protestas que se realizarán a partir del jueves 19.

En cuanto a la Marcha de las Mujeres, ésta comenzará el 21 de enero a las 10 a.m., con un estimado de 200,000 personas que se congregarán en Independence Avenue y Third Street SW para el acto.

Mientras los organizadores señalaron que el acto no es claramente anti-Trump, el acontecimiento genera entusiasmo en muchos de los más fuertes partidarios de Hillary Clinton.

“Creo que definitivamente hay mucha gente de la moda de Nueva York que vendrá a la marcha”, afirmó Bob Bland, director ejecutivo y fundador de Manufacture New York, uno de los organizadores. “Así como el movimiento de sostenibilidad en la moda es muy polémico, muy socialmente responsable y consciente de temas como los derechos humanos, este movimiento resuena de la misma forma. Estamos viendo una mezcla de mujeres y hombres aliados, con distintos orígenes, fundidos en esta propuesta”.

Mara Hoffman fue una de las varias diseñadores que se unieron a finales del año pasado para recaudar fondos para la marcha. “Definitivamente no conozco un sólo negocio de moda femenino que no se sienta afectado por esto, o que no necesite adoptar una postura al respecto”, expresó. “Creo que en general la industria de la moda siente las cosas, y quiere involucrarse, y no necesariamente sabe dónde enfocarse algunas veces”.

Diseñadores como Michael Kors, Marc Jacobs, Diane von Furstenberg y Prabal Gurung han dicho que no planean asistir, mientras que Rachel Comey, Aurora James y Hoffman sí planean hacer el viaje. Es poco probable que la directora artística de Condé Nast y editora en jefe de Vogue, Anna Wintour -una firme partidaria y recaudadora de fondos para Clinton- se presente, dados los eventos de alta costura en París en estos días.

“No es fácil para mí tampoco, porque necesito estar en París el 23”, coincidió Julie Gilhart, quien estuvo involucrada en la coordinación del evento. “Nunca quiero que la gente se sienta excluida, y algunas personas no quieren marchar por temor a las multitudes, pero esto realmente puso a prueba lo que yo sentía al respecto. Algunas compañías no pueden sumarse porque es demasiado riesgo, pero ciertas personas sí lo hacen y eso es impresionante”.

James, quien cerrará su tienda durante el día para que su personal pueda acudir al evento, lo ve como una prueba para sus negocios y sus ideas morales.

“La moda, en última instancia, es un negocio, y creo que la gente -en cierta medida de forma justificada- está un poco nerviosa de sumarse a cuestiones que puedan poner en peligro o molestar a su base de clientes”, expresó. “Para mí, creo que todo se trata de por qué creas y haces algo. Creo que es fácil para muchos verbalizar ciertas cosas pero, en el momento en que estamos, debemos considerar qué significa apoyar una idea”.

Si desea leer la nota en inglés, haga clic aquí.

Traducción: Valeria Agis

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