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Acusado de matar al policía de Whittier se presenta en el tribunal de Bellflower ante la mirada de 19 oficiales

Los hijos del oficial Keith Wayne Boyer aparecen dándole el último adiós a su padre, quien fuera asesinado en cumplimiento de su deber.

Los hijos del oficial Keith Wayne Boyer aparecen dándole el último adiós a su padre, quien fuera asesinado en cumplimiento de su deber.

(Irfan Khan / Los Angeles Times)
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El miembro de un pandilla de Los Ángeles el lunes se mantuvo impasible en una sala de audiencias, cuando 19 policías de Whittier dieron un testimonio sombrío de un proceso legal para el individuo acusado de matar a uno de los suyos.

Michael C. Mejía, de 26 años, se mostró sin emociones durante una audiencia en Bellflower, y donde más de la mitad de los presentes eran policías que habían trabajado con el oficial asesinado, Keith Boyer.

Mejía es acusado de matar a Boyer el 20 de febrero durante un tiroteo, que también dejó herido a un segundo oficial de policía, Patrick Hazell. Su petición se retrasó hasta el 5 de abriAcusado de matar al policía de Whittier se presenta en el tribunal de Bellflower ante la mirada de 19 oficiales l para que un abogado pudiera ser asignado a su defensa.

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Los oficiales de Whittier mantuvieron los ojos fijos en Mejía durante todo el procedimiento; pero el acusado prefirió evitar el contacto visual con los hombres y mujeres vestidos de azul.

Usando una camisa y pantalones de color marrón y luciendo un tatuaje en su rostro de la pandilla de East L.A, Winter Garden, Mejía solo susurró brevemente a un defensor público adjunto. Pero no mostró señales visibles de heridas sufridas durante el tiroteo con los agentes de policía.

Mejía también es acusado de matar a su primo, Roy Torres, en East L.A.. Este crimen sucedió antes de huir con el coche de Torres y estrellarse contra otros dos vehículos en una intersección de Whittier.
Cuando Boyer, de 53 años, y Hazell llegaron a la escena del accidente para ayudarlo, ordenaron a Mejía que saliera de su automóvil, pero éste abrió fuego cuando se acercaron a él, según los fiscales. En ese momento, Mejía mató a Boyer e hirió a Hazell, mientras que el agresor quedo herido.

El día de hoy, el pandillero, fue acusado de dos cargos de asesinato y uno de cada uno, por intento de asesinato, robo de coche y ser un delincuente en posesión de un arma de fuego. También enfrenta acusaciones con circunstancias especiales de múltiples asesinatos, la muerte de un agente de policía y de asesinato al tratar de escapar del arresto, todo esto lo podría hacer elegible para la pena de muerte.

Los fiscales indicaron que la decisión de optar por la pena de muerte se haría más tarde.

Después del tiroteo, el pandillero fue llevado a un hospital e inicialmente registrado por violar la libertad condicional.

En el momento de los asesinatos, Mejía estaba bajo la supervisión del Departamento de Libertad Condicional del condado de Los Ángeles. Además, había sido encarcelado por violar su libertad condicional cinco veces desde el verano de 2016, aunque después fue puesto en libertad.

El delincuente había cumplido anteriormente una sentencia de prisión por asalto de automóviles y previamente había sido condenado a cuatro años de prisión por robo.

El doble asesinato ocurrió una semana después de que Mejía terminara su último encarcelamiento. Los investigadores dijeron que durante su libertad condicional, Mejía sirvió repetidas sentencias cortas que incluía posesión de narcóticos y por tratar de escapar de las autoridades.

Algunos críticos culparon los cambios a las medidas de reforma de justicia penal, particularmente la medida AB 109, por poner a Mejía de vuelta en la calle.

Este proyecto de ley, apoyado por el gobernador Jerry Brown, surgió en respuesta a la aglomeración carcelaria y cambió a muchos reclusos de prisiones estatales a las cárceles del condado. También permitió que algunos detenidos cumplieran una “sentencia dividida”, con una parte del tiempo en libertad condicional y otra tras las rejas.

Los funcionarios estatales han dicho que el AB 109 no desempeñó ningún papel en la liberación de Mejía ya que el acusado había cumplido todas sus penas de prisión.

No obstante, dos supervisores del condado de L.A. han iniciado una investigación sobre el manejo del departamento de libertad condicional del ahora acusado y del por qué, su libertad condicional no había sido revocada.

Si desea leer la nota en inglés, haga clic aquí.

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