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El único médico de Estados Unidos que usa luces de policía para llegar al hospital en casos de emergencia

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Cuando el doctor Ritesh Kaushal pide vía en el tráfico infernal de Miami, la mayoría de los conductores que ven su auto seguramente creen que se trata de un “agente encubierto” en un operativo de última hora.

Cuando hay alguna emergencia en su hospital en horario pico, el neurocirujano de origen indio se abre paso entre el tumulto de carros con luces relampagueantes rojas y blancas.

Son luces de policía cedidas por las autoridades de Hialeah, una ciudad en el sur de Florida, para que llegue más rápido al hospital.

“Al principio yo tenía dudas de si funcionaría cuando hubiera mucho tráfico, pero sorprendentemente, hace una diferencia: todo el mundo se aparta y trata de darte vía”, le cuenta Kaushal a BBC Mundo.

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“Es un carro que luce diferente y entonces creo que mucha gente piensa que soy un agente de la DEA”, explica.

Resultados

La iniciativa ya ha dado resultados: el Hospital Palmetto, donde trabaja el neurólogo intervencionista (opera sin necesidad de abrir el cráneo), es el centro que más rápido ha ofrecido atención a pacientes con infartos cerebrales en Estados Unidos, según un estudio publicado la pasada semana por la revista especializada Stroke.

“Hay que tener en cuenta que cuando ocurre un infarto cerebral, cada minuto, mueren dos millones de neuronas. Entonces, mientras más rápido se atienda al paciente, menores serán los daños en el futuro”, explica el médico.

Y fue para favorecer la rapidez de la atención médica a personas que sufren ese tipo de trauma que el servicio de emergencias y los bomberos de Hialeah tomaron una medida insólita: entregarle a Kaushal un conjunto de luces utilizadas generalmente por personal especializado de la policía o equipos de emergencia.

Autoridades policiales y médicas consultadas por BBC Mundo indicaron que, hasta donde saben, es, probablemente, el único caso de un médico en Estados Unidos que utiliza estas luces en su vehículo personal para llegar al hospital en casos de urgencia.

“¡Doctor, usted maneja muy despacio!”

El especialista, de 39 años, explica que la idea surgió a inicios de 2016, cuando decidió buscar alternativas con las autoridades de Hialeah para reducir el tiempo de atención a los pacientes con un infarto cerebral.

“Generalmente, de donde vivo al hospital toma alrededor de 16 minutos. Pero en horarios de tráfico, pueden convertirse en 45 o 55”, comenta.

Pero Kaushal asegura que, para una persona que sufre un accidente cerebrovascular, esa diferencia de 30 minutos puede significar quedarse discapacitado para toda la vida o irse a trabajar a la semana siguiente de la operación.

“Ese tiempo podría no representar nada si no traduces los 30 minutos al número de neuronas que salvas: 60 millones, el 10% del total de las que hay aproximadamente en el cerebro”, sostiene.

Según Kaushal, esa es la diferencia entre un infarto cerebral y un ataque cardíaco u otros tipos de emergencias médicas.

“Con un infarto cardíaco, mueres o sobrevives. Son las dos opciones más frecuentes, pero con un infarto cerebral generalmente no mueres, pero puedes quedarte discapacitado para toda la vida”, añade.

Sin embargo, el médico cuenta que, en ocasiones, llegaba al hospital mucho tiempo después que el paciente.

“A veces en broma los paramédicos me decían: ‘¡Doctor, usted maneja muy despacio!’, y yo les respondía: ‘Pero ustedes tienen luces y yo no’. Y de ahí surgió la idea de por qué no tendría luces yo también”, agrega.

Luces de policía para un médico

Patrick Flynn, jefe de la unidad de bomberos de Hialeah, explica a BBC Mundo que, tras las sugerencias de Kaushal, su oficina, junto a la de servicios de emergencia de la ciudad, investigaron hasta qué punto era legal entregarle este tipos de luces al neurocirujano.

“Aunque no encontramos antecedentes de un caso similar en Estados Unidos, sí vimos que en Florida es legal que los vehículos de emergencia usen estas luces. Entonces, para justificar la decisión, bastaba con considerar al auto personal del doctor como un vehículo de este tipo”, revela.

El doctor Kenneth Williams, director del Servicio de Emergencia Médica de Estados Unidos le dijo a BBC Mundo que el hecho de que un neurólogo cuente con estas luces resulta un caso “muy raro e insólito”.

“Generalmente directores médicos, personal de los servicios de emergencia o del sistema de ambulancia, o parte del equipo de respuesta a accidentes o desastres tienen este tipo de luces. Pero se tratan de vehículos oficiales. En, cualquier caso, no están en los vehículos personales de los médicos para llegar al hospital”, sostiene.

Finalmente, las autoridades de Hialeah colocaron las luces en el auto de Kaushal en septiembre de 2016.

Por leyes federales, los conductores deben ceder el paso obligatoriamente a los vehículos que posean estas luces. Aunque el médico, en su uso, también está sujeto a las leyes.

“Al utilizarlas, el doctor debe respetar las regulaciones del tránsito: no puede llevarse las rojas, pero sí pedir vía y utilizar los carriles de emergencia en las autopistas”, explica Flynn.

Durante los últimos 11 meses, el neurólogo asegura que las ha empleado en unas 17 ocasiones y en casi todas ha servido para reducir considerablemente el tiempo de llegada al hospital.

“Recuerdo el caso de un hombre joven, de 65 años. Era fin de semana, no era día de oficina. Pero había una construcción y estaba funcionando un solo carril. Había una fila de carros de alrededor de cinco millas”, cuenta Kaushal.

“Yo miré el GPS y, de seguir por esa vía, que era la más rápida, me hubiera tomado una hora y cuatro minutos para llegar al hospital. Usé las luces y llegué en 12 minutos”, recuerda.

Ese día, cuenta, cuando llegó al hospital, el paciente ya estaba en la mesa de operaciones. Él intervino, sacó el coágulo y el hombre se fue a su casa al día siguiente.

“Esa es la gran diferencia: si yo hubiera llegado una hora después, este hombre se hubiera quedado paralítico o hubiera muerto”, añade.

La idea se propaga

Pero los esfuerzos de este médico para subvertir los protocolos de atención a pacientes con un infarto cerebral no quedan ahí.

Junto a los servicios de bomberos y de emergencias de Hialeah han implementado un “proyecto piloto” en el que los paramédicos lo llaman directamente cuando alguien sufre un infarto cerebral.

“El método tradicional es que los paramédicos traen a los pacientes al hospital, los radiólogos evalúan al paciente, luego valoran el caso con todo el equipo y ahí se decide qué tipo de operación se va a realizar”, explica.

“Lo que estamos haciendo aquí es que me llaman directamente a mi teléfono personal y salgo hacia el hospital de forma casi simultánea. Y ya desde entonces, voy evaluando el procedimiento a emplear y le doy instrucciones a los paramédicos mientras van en la ambulancia sobre lo que deben hacer”, añade.

Desde que la iniciativa comenzó a conocerse, varios médicos en Estados Unidos han solicitado la instalación de las luces en sus vehículos personales.

“Aparentemente, mi caso ha sido el primero, pero la idea ha despertado mucho interés al menos entre las personas de mi campo, la neurocirugía interventiva”, explica Kaushal.

“Estamos trabajando con médicos del condado de Broward, aquí en Florida, y también con otros de Atlanta y en Nueva York. A medida que esta historia se conozca podrá despertar una mayor conciencia a lo largo de la nación”, sostiene.

“Y esa es la idea, mientras más médicos tenga este tipo de luces, mejor será para el cuidado de los infartos cerebrales”, afirma Kaushal.

Sin embargo, para el director del Servicio de Emergencia Médica de Estados Unidos, la idea podría resultar, al final, contraproducente.

“El uso de estas luces ha estado destinado históricamente a personal especializado, que ha recibido un entrenamiento adecuado. Su uso por personas sin la preparación adecuada podría ser irresponsable, porque podría generar choques o accidentes de tráfico”, sostiene.

Williams explica que, generalmente, los vehículos que usan las luces están diseñados para fines de emergencia y se les realizan revisiones de forma periódica para verificar su estado, algo que no suele ocurrir con los coches personales.

No obstante, considera que la idea podría resultar una alternativa para hospitales pequeños en comunidades alejadas.

“Creo que depende de las circunstancias. En los grandes hospitales existen los centros de trauma, en la que hay doctores de guardia esperando por que lleguen los pacientes, no es que haya que esperar por el médico”, le dice a BBC Mundo.

“Sin embargo, en hospitales más pequeños, esto definitivamente podría ser de gran ayuda si se toman las medidas de seguridad y se siguen los protocolos”, concluye.

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