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Un jurado de San Bernardino compensó con $36.1 millones a una niña que fue atropellada mientras caminaba hacia una parada de autobús escolar “insegura”

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Cada mañana, en su camino al primer grado en la escuela primaria Bonnie Oehl, en Highland, Isabella Sánchez cruzaba una calle residencial a mitad de la cuadra para coger su autobús.

Un día, dos meses después del inicio del año escolar 2012, la niña cruzó precipitadamente la calle y fue golpeada por un auto. Voló 70 pies en el aire, relató su abogado, antes de aterrizar sobre el pavimento y entrar en paro cardíaco varias veces.

Isabella, de 6 años, sobrevivió, pero estuvo en coma durante tres meses; sufrió una lesión cerebral traumática y fracturas en su cuello, en un brazo, una pierna y en la pelvis. La pequeña necesitó una silla de ruedas y atención las 24 horas.

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“Tú eres sus brazos, su cuerpo, sus ojos, sus sentimientos, todo”, afirmó su madre, Carina Sánchez, de 38 años, a The Times, el jueves pasado. “Para nosotros, descansar como una persona normal es algo que no ha ocurrido desde el día del accidente”.

Ahora, cinco años después, un jurado le concedió a la niña $36.1 millones de dólares como compensación al dictaminar que Durham School Services, una empresa privada de autobuses escolares, y uno de sus conductores, fueron negligentes cuando no notificaron al Distrito Escolar Unificado de San Bernardino sobre un patrón de cruces inseguros en esa parada de autobús.

El abogado que representa a la compañía no pudo ser localizado el jueves.

La compañía “debe ser los ojos y los oídos del distrito escolar para supervisar todas las cosas inseguras que ocurren en las paradas de autobús”, aseguró Geoffrey Wells, el abogado que representó a la familia Sánchez. “Todo el mundo admitió que el conductor tenía un deber absoluto de informar eso y solicitar que la gente de seguridad fuera allí de inmediato”.

El veredicto se produce después de un juicio de cinco semanas, en el cual cuatro madres, dijo Wells, testificaron que todos los días cruzan la calle a mitad de la cuadra enfrente del conductor del autobús para llegar a la parada del autobús. Un semáforo se alza a unas cuatro casas al final de la cuadra.

Según Wells, el director de transporte del distrito escolar testificó que el distrito confía en que los conductores reporten las condiciones peligrosas en las paradas de autobuses, incluyendo los cruces peligrosos a mitad de cuadra. Dos conductores también testificaron que no vieron los cruces peligrosos, detalló Wells. Ninguno fue despedido, agregó.

El jurado deliberó durante dos días antes de llegar al veredicto por 11-1, confirmó el letrado, y también encontró negligente a la madre de Isabella -lo cual Wells admitió- y la consideró en un 20% responsable por el daño de su hija al apoyar la peligrosa ruta hacia la escuela. La mujer no estaba allí el día del accidente, destacó Wells, e Isabella caminaba hasta la parada del autobús con un vecino.

Andy Basseri, abogado que también representó a la familia, dijo el viernes que estaba satisfecho de que “el jurado consideró a la compañía de autobuses responsable por su falta en el reporte de los cruces. Espero que este fallo muestre a las compañías de autobuses que habrá consecuencias importantes si no siguen sus propias reglas. Esperemos que esto prevenga futuros accidentes como éste”.

Después del fallo, Sánchez manifestó sentirse aliviada de que su hija pudiera recibir la atención médica que necesita. “Especialmente, no quiero que ningún otro niño pase lo que yo he estado pasando”, expresó. “Confiamos nuestros hijos a las compañías de autobuses para que tengan un futuro mejor, y no queremos que nada les suceda”.

Traducción: Diana Cervantes

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí

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