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Un alto funcionarios de la escuela de medicina de la USC temía que el decano ‘usara drogas’ y alertó a la administración, según declaró

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Un exvicedecano de la Escuela de Medicina Keck de la USC testificó este martes que temía que el entonces decano Dr. Carmen A. Puliafito, “usara drogas” y expresó preocupación por su bienestar general al segundo administrador de la universidad, antes de que Puliafito abruptamente dejara su cargo, en 2016.

El testimonio del Dr. Henri Ford, en una audiencia de la Junta Médica del estado, marca la primera sugerencia de cualquier administrador de la USC de sospechas sobre el posible uso de drogas de Puliafito antes de su renuncia. Una investigación del Times, el año pasado, descubrió que el médico llevaba una doble vida con uso de drogas ilegales junto con un círculo de jóvenes delincuentes y adictos. Puliafito testificó sobre su comportamiento en la audiencia del martes, diciendo que consumía drogas con una joven cada semana.

Ford decidió alertar al rector de la USC, Michael Quick, luego de recibir informes a principios de 2016 de que Puliafito estaba festejando en hoteles con personas de “reputación cuestionable”, y que le preocupaba su estabilidad mental, declaró.

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Ford afirmó que no tenía “evidencia razonable de nada”. Pero si su preocupación “era creíble por naturaleza, entonces algo tenía que hacerse”. No detalló sus conversaciones con Quick, pero indicó que le pidió al preboste “que verificara todo con mis fuentes. Sé que él lo hizo”.

Quick emitió un comunicado el martes confirmando que fue la información de Ford la que lo llevó a acercarse a otros empleados de la USC sobre Puliafito y a, finalmente, dar por terminado su cargo como decano. Sin embargo, admitió, “si el Dr. Henri Ford tenía conocimiento de primera mano de que Puliafito estaba involucrado en el consumo de drogas, no me lo contó ni lo informó a las autoridades ni a colegas médicos”.

Quick agregó que no recuerda “ninguna conversación sobre el uso de drogas del decano, caso contrario hubiera actuado sobre esa información de inmediato, ya que habría sido una clara violación de nuestras políticas y una infracción denunciable”.

Ford se acercó a la oficina de Quick en marzo de 2016. Fue el mismo mes en que una joven sufrió una sobredosis en la habitación de Puliafito, en un hotel de Pasadena. Bajo presión, el médico renunció como decano tres semanas después.

Quick aseguró en una carta al profesorado, el personal y los estudiantes de Keck en ese momento, que Puliafito había decidido renunciar como decano para tomar a un puesto académico en oftalmología.

La USC no reportó el hecho a la junta médica. Le permitió al cirujano ocular permanecer en la facultad y continuar atendiendo pacientes durante 16 meses más, hasta que una investigación del Times reveló su uso de metanfetamina y otras drogas mientras se desempeñaba como decano.

Once días después de la aparición de la historia de The Times, en julio de 2017, el presidente de la USC, C.L. Max Nikias, expresó en una carta a la comunidad universitaria que durante “sus casi 10 años como decano, recibimos varias quejas sobre el comportamiento del Dr. Puliafito, que fueron abordadas a través de procedimientos de personal universitario; esto incluyó acciones disciplinarias y entrenamiento de desarrollo profesional”.

Nikias escribió que, en las semanas posteriores a la sobredosis en el hotel de Pasadena, Quick consultó con él luego de que dos empleados se quejaran del comportamiento de Puliafito. Quick confrontó al oftalmólogo, y éste decidió renunciar, destaco Nikias en la carta.

El expresidente de la USC enfatizó que “en ese momento, ningún líder de la universidad estaba al tanto de ninguna actividad ilegal o ilícita, lo cual habría llevado a una revisión de sus responsabilidades clínicas”.

Nikias no respondió a una solicitud de entrevista este martes.

La audiencia de la junta médica, en curso en el centro de Los Ángeles, determinará si a Puliafito se le permite reanudar la práctica de la medicina.

Después del informe de The Times, la junta comenzó una investigación y suspendió la licencia de Puliafito. La investigación dio como resultado acusaciones de que el oftalmólogo había usado drogas los días en que trabajaba en Keck y “regresaba a su consultorio médico para ver a pacientes horas después de consumir metanfetamina”. La junta alegó que el cirujano había usado metanfetamina y heroína en Keck y otros lugares entre 2015 y 2016.

Puliafito subió al estrado el martes, por primera vez. Atribuyó gran parte de la culpa por su uso de metanfetamina a Sarah Warren, la mujer que sufrió una sobredosis en el Hotel Constance, y afirmó que Warren conmocionó su vida al introducirlo a la droga. El cirujano testificó que, después de ello, consumía metanfetamina con ella una vez a la semana.

Warren, dijo, colocó Xanax en su bebida durante un viaje a Las Vegas para una conferencia, lo cual le causó un desmayo durante 18 horas. Durante ese tiempo perdió su reunión, y ella retiró miles de dólares de su cuenta, testificó Puliafito. “Me podrían haber matado en Las Vegas. Realmente no entendí qué había ocurrido. La perdoné. Mi visión estaba cegada. Suspendí voluntariamente la incredulidad de que esta persona alguna vez me lastimaría... La amaba y ella expresaba su amor hacia mí”.

El médico negó haber proporcionado drogas a Warren. Ella le dijo a The Times y a la Junta Médica que el oftalmólogo le había dado metanfetamina y otras drogas. La joven invocó la Quinta Enmienda y fue excusada de testificar en la audiencia. Pero el juez que supervisa el caso está considerando las declaraciones hechas por Warren y su hermano.

Ford, quien recientemente fue contratado como decano de la facultad de medicina de la Universidad de Miami, fue llamado como testigo por Puliafito, quien negó repetidamente cualquier mal proceder.

Ford testificó que estaba sorprendido de que la USC no exigiera a Puliafito un tratamiento. Más bien, remarcó, los administradores le informaron que el oftalmólogo había renunciado como decano después de que le dijeran que ya no confiaban en él. Ford también declaró que le preocupaba que el cirujano fuera “encontrado muerto en una habitación de hotel”.

Ford testificó que alertó por primera vez a Quick sobre el comportamiento de Puliafito varios meses antes, cuando el decano no se presentó a la conferencia de Las Vegas porque estaba “festejando” en su habitación de hotel con compañías de cuestionable reputación. En ese momento, testificó Ford, Quick prometió hacer un seguimiento del episodio, pero nunca lo hizo. Los intentos de contactar a Quick este martes por la noche fueron infructuosos.

La semana pasada, la USC anunció que Nikias dejaría el cargo tras un informe del Times donde se informó que la universidad ignoró durante años las quejas de que un ginecólogo del campus había incurrido en mala conducta con las estudiantes. El Dr. George Tyndall fue acusado de tocar indebidamente y acosar sexualmente a sus pacientes durante décadas. La USC no reportó a Tyndall a la Junta Médica hasta después de que The Times comenzó a entrevistar a los empleados de la universidad sobre el tema.

Eso fue 21 meses después de que la institución, silenciosamente, suspendiera a Tyndall, quien luego recibió un acuerdo financiero a cambio de su renuncia. El ginecólogo negó todo mal proceder.

Rick Caruso, presidente de la junta directiva de la USC, aseguró el martes que estaba “realmente preocupado” por el testimonio de Ford. “Voy a llegar al fondo del asunto”, dijo Caruso.

Caruso y un comité de directivos encargaron una investigación del caso Tyndall a la firma de abogados O’Melveny & Myers. La exfiscal federal Debra Yang y su empresa, Gibson Dunn & Crutcher, llevaron a cabo una investigación por separado sobre el caso de Puliafito que, según se dice, está en sus etapas finales. Caruso indicó que la investigación de Tyndall concluirá para el comienzo del semestre de otoño de la USC.

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