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Por qué no murieron niños durante el tiroteo en la escuela de Rancho Tehama

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Fue uno de los peores escenarios para un tiroteo en una escuela: un patio lleno de niños jugando, con un pistolero desenfrenado a pocos minutos de distancia.

En la primaria Rancho Tehama Elementary School, los pequeños que estaban en el exterior fueron movilizados rápidamente el martes por la mañana a habitaciones cerradas, mientras Kevin Janson Neal se acercaba.

Un estudiante recibió un disparo, pero nadie murió. Y eso, dicen las autoridades, es impactante. “Hubo un alumno gravemente herido y estoy desconsolado por eso, pero hay motivos para tener esperanza”, afirmó el superintendente del Distrito Escolar Primario de Corning Union, Richard Fitzpatrick. “Si podemos hacer un cierre total (lock down) y podemos dejar de ser un objetivo aparente, nuestros niños pueden irse a casa cuando todo haya pasado”.

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‘La diferencia entre 100 niños vivos y decenas de ellos baleados o asesinados’

Rancho Tehama Elementary es una pequeña escuela rural, con menos de 100 alumnos, nueve empleados y cuatro salones de clase, detalló Fitzpatrick en una conferencia de prensa televisada el miércoles pasado, en la que relató el tiroteo basándose en videos de vigilancia que observó, conversaciones con el personal escolar y sus propios recuerdos de la conversación telefónica que mantuvo con el personal de la escuela durante la balacera.

Entre las 7:50 y las 7:53 a.m. del martes, la secretaria de Rancho Tehama Elementary y otros miembros del personal escucharon un disparo cerca. Luego escucharon dos más. “El primero fue fuerte, estuvo cerca”, afirmó Fitzpatrick. “Pero los segundos dos se dieron en rápida sucesión. Bum, bum”.

Eso es todo lo que la secretaria necesitaba para anunciar el cierre total. El personal rápidamente entró al patio y comenzó a reunir a los estudiantes en sus salones de clases y a llevar a los padres de familia a la oficina.

Alrededor de dos tercios del cierre estaba en marcha cuando el tirador embistió una puerta en el extremo norte del campus con una camioneta blanca, rompiendo la valla de la escuela. El conserje asomó la cabeza por el costado del edificio e hizo contacto visual con el tirador, quien le disparó, afirmó Fitzpatrick. “El agresor estaba luchando con su arma en ese momento”, dijo. La pistola, al parecer, estaba atascada, y tenía problemas para cargar municiones, explicó el funcionario.

El superintendente cree que esa interacción le dio al personal unos segundos más para llevar a los niños a los salones de clase y completar el cierre total.

El video de vigilancia muestra que entre ocho y 10 segundos después de que cada aula estuviera asegurada, el tirador ingresó al patio. “La secretaria de la escuela reconoció la amenaza, que rápidamente marcó la diferencia entre tener 100 niños vivos hoy o decenas baleados o asesinados”, consideró. “Esos segundos fueron críticos”.

Neal corrió hacia el patio disparando, con una expresión “horrorosa” en su rostro, dijo Fitzpatrick, y apuntó al edificio a su izquierda, luego a la oficina. Sus balas destrozaron vidrios y perforaron paredes de madera y estanterías.

Un niño, identificado por sus familiares como Alejandro Hernández, de seis años de edad, recibió un disparo en el pecho y el pie en el salón de clases K-1. La maestra y la asistente inmediatamente comenzaron a atenderlo, aplicando presión directa sobre las heridas, relató el superintendente. Se espera que el niño sobreviva.

Entre los disparos, el hombre armado intentó entrar a las aulas y a la oficina principal, pero no pudo. También revisó el baño, que estaba abierto pero vacío. Luego caminó hacia el campo de la escuela, colocó un cargador lleno y disparó hacia afuera, hacia un área vallada y boscosa fuera de la entidad. “Parecía como si eso hubiera sido hecho en señal de frustración”, manifestó Fitzpatrick.

Unos seis minutos después de haberse estrellado contra la reja de la escuela, el tirador se alejó del lugar.

‘O los traes adentro o corres’

Hay dos opciones cuando los estudiantes están afuera durante una situación de tirador activo: “O los traes adentro, o corres”, consideró Dennis Lewis, cofundador de Edu-Safe, una compañía de consultoría y capacitación en seguridad escolar. “El personal tiene que tomar una decisión en una fracción de segundo en función de lo que sabe, y a menudo sabe muy poco”, afirmó Lewis. En este caso, parece que un equipo bien entrenado “combinado con un poco de suerte” fueron los motivos que se unieron para salvar estas vidas, expuso. La pequeña población escolar y los problemas del tirador con su arma también podrían haber ayudado al personal a ingresar a las aulas más rápido, dijo.

El personal de la escuela ha practicado simulacros y ejecutado cierres antes, por lo que a pesar de que nunca habían tenido un tirador activo en el campus, sabían qué hacer, aseveró Fitzpatrick. “El procedimiento de cierre se implementó de manera impecable”, dijo. “La razón por la que tenemos una situación en la cual hay sólo un alumno lesionado en el campus y donde no ocurrió nada peor es el accionar heroico de todos los miembros del personal de la escuela”.

En una una anterior conferencia de prensa, después del tiroteo del martes, Fitzpatrick informó que el alumno que recibió el disparo estaba escondido debajo de un escritorio.

Durante una situación de tirador activo, los estudiantes deben estar cerca del suelo y fuera de la vista, pero debajo de sus propios escritorios quizá no sea el mejor lugar para esconderse, consideró Lewis. Sin embargo, sin saber en qué parte del salón de clases estaba escondido el niño, o cómo estaba configurada la escuela, no podía determinar si los estudiantes de Rancho Tehama estaban en el lugar más seguro.

Por lo general, los chicos no deben estar dispersos y deben concentrarse en una esquina trasera de las aulas más alejadas de la entrada, consideró. A pesar de todo, dijo, la secretaria que pidió el cierre sin esperar la dirección de las agencias del orden salvó decenas de vidas. “A menudo digo que en estos tiroteos escolares, los segundos importan mucho”, aseguró Lewis. “Éste es un ejemplo donde los segundos fueron valiosos”.

Traducción: Diana Cervantes

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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