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Policía de Los Ángeles sigue buscando al dueño del arma disparada en un aula de Westlake

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Una semana después del tiroteo a estudiantes en Sal Castro Middle School, la policía de Los Ángeles aún intenta determinar de dónde provino el arma.

Los disparos estallaron en un aula el 1º de febrero pasado; una sola bala hirió a un chico de 15 años en la sien y a una chica de 15 años en la muñeca izquierda. La joven fue dada de alta del hospital durante el fin de semana, mientras que el muchacho permanece en buenas condiciones. Otros dos alumnos y una maestra sufrieron heridas leves.

Una niña de 12 años fue detenida en conexión con el hecho; en la escena se recuperó una pistola semiautomática. Los fiscales acusaron a la niña del un delito grave de ser un menor en posesión de un arma de fuego, y un segundo cargo de delito grave por portación de arma en un recinto escolar.

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La familia de la menor ha cooperado con las autoridades y niega cualquier responsabilidad o conocimiento acerca del arma, declaró el subjefe del Departamento de Policía de Los Ángeles, Robert Arcos. “Desde el primer día, nuestra mayor preocupación, y realmente nuestra mayor conexión con este caso, es la pregunta ‘¿de dónde vino el arma?’. Eso es algo que no hemos podido descubrir”, afirmó Arcos. “Si ella u otro estudiante no hablan, estamos algo limitados”.

La semana pasada, la policía indicó que, según la evidencia, el arma se accionó desde una mochila, y disparó una sola ronda.

“Realmente pensamos que fue manipulada en la mochila y disparada involuntariamente”, expuso Arcos. “Tuvo que haber estado manipulándola en la mochila, moviéndola o tocándola; quién sabe lo que pasaba por su mente en ese momento, pero así es como creemos que se disparó. Ni un ruido, y de repente se disparó”.

Aunque la policía inicialmente indicó que el arma no estaba registrada, Arcos advirtió que sí lo estaba y que están intentando rastrear a su propietario, que no sería local, indicó. “No estaba registrada a nombre de ningún familiar [de la chica]”, aseguró.

La niña permanece bajo custodia, pero se niega a hablar del hecho, detalló el subjefe. La policía todavía está recopilando los informes de los estudiantes que la conocen o habían oído sobre ella y “los diferentes problemas que estaba atravesando en su propia vida, en su vida personal”.
“Eso es algo de lo que nos gustaría hablar con ella; esperamos que nos ayude a comprender mejor cómo pudo haber sucedido esto y cómo podemos actuar para evitarlo en el futuro”, concluyó Arcos.

Traducción: Diana Cervantes

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí:

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