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Para un abogado de la USC, el acuerdo secreto con el ginecólogo del campus acusado ‘funcionó de manera eficiente’

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Al testificar ante los legisladores en el Capitolio estatal, este lunes, un abogado de la USC defendió la respuesta de la institución a las denuncias de mala conducta contra un ginecólogo del campus, alegando que la decisión de la universidad de expulsar al galeno a través de un proceso interno secreto “funcionó de manera eficiente”.

“El médico fue suspendido y retirado del entorno de los pacientes”, afirmó Keith Carlson, abogado externo de la USC, quien agregó que desde el momento en que la entidad comenzó la investigación -en junio de 2016- que derivó en la partida del Dr. George Tyndall, éste “nunca atendió a otra estudiante de la USC”.

Las declaraciones del letrado ante un comité, que analiza cómo la profesión médica maneja las denuncias de mala conducta sexual, adoptaron un tono diferente al de los mensajes anteriores, en los que los funcionarios universitarios expresaron su pesar por el manejo de Tyndall.

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Los administradores señalaron que, aunque la USC no tenía el deber legal de denunciar a Tyndall a la junta médica estatal -la agencia que protege al público de los médicos problemáticos- debería haberlo hecho.

Desde que The Times reveló la larga historia de quejas contra Tyndall, más de 400 personas se pusieron en contacto con una línea directa para que las expacientes denunciaran los casos de mala conducta. El Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) se puso en contacto con 135 mujeres para hablar sobre Tyndall, y ejecutó órdenes de allanamiento en el hogar del médico la semana pasada. En demandas y entrevistas, las mujeres denunciaron malos tratos por parte del ginecólogo que datan de finales de la década de 1980. Muchas pensaban que sus experiencias eran aisladas hasta que leyeron el informe de The Times.

Tyndall negó todo mal proceder y dijo que la atención que brindaba era concienzuda, aunque apropiada.

En su testimonio, en Sacramento, ante un comité presidido por el senador estatal Jerry Hill (D-San Mateo), Carlson sugirió que lidiar con Tyndall discretamente, como un asunto de recursos humanos, fue “mucho más eficiente” que buscar una “revisión e investigación por parte de pares, que a menudo resulta en un informe a la junta médica”. También afirmó que Tyndall alegó durante la investigación que estaba sufriendo represalias en su contra, lo cual aumentó la perspectiva -a los ojos de la universidad- de que pudiera demandar para recuperar su trabajo.

La USC le ofreció a Tyndall un acuerdo monetario a cambio de su renuncia, y el galeno aceptó. Los términos del trato son confidenciales.

La universidad “optó por entrar en un acuerdo de solución [con Tyndall] para eliminar la posibilidad de que fuera reincorporado [al empleo] por un tribunal”, expuso Carlson. En ese momento, dijo, ninguna paciente había alegado “mala conducta sexual real”, y Tyndall, que entonces tenía 70 años, les dijo a los administradores que planeaba retirarse.

Otro representante de la USC se dirigió brevemente al comité y ofreció disculpas a las pacientes. Martha Escutia, vicepresidenta de relaciones gubernamentales, aseveró: “Hemos realizado cambios significativos en el liderazgo, las políticas y los procedimientos en el centro de salud estudiantil, y confiamos en que esto no volverá a suceder”.

El testimonio del abogado fue objeto de fuertes críticas por parte de otros testigos del comité. John Manly, un letrado que representa a más de 100 expacientes, ridiculizó la descripción del proceso como ‘eficiente’. “Fue eficiente para ocultar el maltrato y el abuso sistemático de mujeres”, dijo Manly. “No fue eficiente para ayudar a mis clientas o víctimas”.

Lucy Chi, una graduada de 2014 que fue atendida por Tyndall y ahora demanda a la universidad, afirmó que los administradores deberían haber acudido a la policía para denunciar al ginecólogo cuando las quejas surgieron por primera vez, en la década de 1980. “La USC fue cómplice en poner a decenas de miles de mujeres en peligro de abuso sexual por parte de George Tyndall”, señaló. Sobre el argumento de Carlson, de que la investigación de la universidad en 2016 no arrojó quejas de mala conducta sexual por parte de las pacientes, dijo: “Pienso qué tipo de preguntas estaban haciendo, y a quién le estaban preguntando”.

El escándalo sobre cómo la USC manejó las quejas contra el médico irritó al campus y generó la salida del presidente de la escuela, C.L. Max Nikias. La USC contrató a la firma de abogados O’Melveny & Myers para investigar a Tyndall y “reportar fallas” en la clínica del campus.

El Departamento de Educación de Estados Unidos anunció a principios de este mes que inició una investigación sobre cómo la USC manejó las denuncias de conducta indebida, y reprendió a la entidad por su retención inadecuada de información sobre Tyndall durante la investigación federal previa.

Para leer este artículo en inglés, haga clic aquí:

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