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¿Los milenios lograrán unir a los Estados Unidos?

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“Construye un muro y mi generación lo derribará”, decía un cartel sostenido por un joven manifestante anti Trump en una marcha reciente, un grito reiterado por el representante Joe Kennedy en su respuesta al discurso del primer mandatario sobre el Estado de la Unión. Ese sentimiento podría servir como un eslogan para la Generación del Milenio, jóvenes adultos que ahora tienen entre 20 y 30 años, quienes están en una buena posición para servir de puente entre la población adulta mayor y los estadounidenses adolescentes o niños.

Una falla importante en nuestro país dividido es generacional. Las últimas tres elecciones presidenciales, por ejemplo, mostraron una marcada brecha por edad. En una, los mayores de 40 votaron principalmente por el candidato republicano, mientras que los más jóvenes optaron principalmente por la demócrata.

Esta división, evidente en áreas distintas a la política, tiene sustento demográfico y cultural.

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El 44% de los millennials son minorías raciales: latinos, negros, asiáticos y otros grupos más pequeños. Tres de cada 10 son estadounidenses de primera o segunda generación, y uno de cada seis son multilingües. Entonces los milenios están en la primera línea del cambio de diversidad de la nación, entre los baby boomers y la Generación X, que son más blancos, y los post-millennials, a veces llamados Generación Z, que son menos blancos. Para 2035, los ancianos de la Generación del Milenio serán 65% blancos, y los más jóvenes que ellos, que constituirán casi la mitad de la población, serán 46% blancos.

Mientras que los blancos mayores expresan temores ante la cambiante demografía racial y étnica para el futuro de la nación y posiblemente su propia seguridad (los temores avivados por las firmes posiciones del presidente Trump sobre la inmigración y la vigilancia), los millennials son famosos por su tolerancia.

Casi uno de cada siete matrimonios de milenios es multirracial, en comparación con uno de cada 20 entre los baby boomers cuando tenían la misma edad. A diferencia de los adultos mayores de 35 años, la mayoría de los millennials creen que, desde la década de 1950, la cultura y el modo de vida de los estadounidenses han cambiado para mejor. También es más probable que crean que los inmigrantes fortalecen al país y que los mejores días de los Estados Unidos están por venir.

Los milenios de color no solo apoyan un país más diverso, sino también a los políticos que la promueven. Los millennials blancos, mucho más que los blancos mayores, también propugnan puntos de vista favorables sobre la inmigración y el futuro de la nación.

Para que la Generación del Milenio tenga éxito económico y sienta las bases sociales para las generaciones muy diversas que seguirán, necesitamos invertir urgentemente en una variedad de programas de educación y redes de seguridad. Mientras que los millennials en su conjunto han alcanzado niveles más altos de educación postsecundaria y universitaria que sus mayores, a los millennials negros y latinos les ha ido mucho peor que a sus pares blancos en esas medidas, así como en la propiedad de la vivienda y los ingresos, a menudo consecuencia de una educación con escasos recursos y servicios comunitarios.

La administración actual está haciendo lo contrario de lo necesario. Impulsados por una base política más antigua, que no ve a las diversas familias de milenios como sus hijos y nietos, Trump y el Congreso controlado por los republicanos trataron de eliminar la Ley de Cuidados de Salud Asequibles y aprobaron una norma fiscal que aumentará drásticamente la deuda federal, allanando el camino para recortes en programas domésticos que ayudarían a las familias jóvenes.

Los daños continuarán a menos que la influencia demográfica de la Generación del Milenio y sus sucesores sea más plenamente reconocida; un poder potencialmente retrasado en las urnas por la supresión de votantes y la manipulación.

Los líderes políticos necesitan ver a los millennials y sus hijos, nativos y nacidos en el extranjero, como el núcleo de la fuerza de trabajo futura de los Estados Unidos, y prepararlos para una economía más globalizada. Al mismo tiempo, deberían argumentar a su demasiado atemorizada base política que tienen una relación codependiente con ese país racialmente diverso. Mientras que los millennials se beneficiarán de las inversiones del gobierno en su bienestar actual, los estadounidenses mayores se beneficiarán de las contribuciones de los primeros a la Seguridad Social y Medicare en las próximas décadas.

Tal vez el atributo más importante de la Generación del Milenio como un puente hacia el futuro diverso de los Estados Unidos es su optimismo implacable, especialmente las minorías de ellos que activamente adoptan el sueño estadounidense. Una encuesta de GenForward, de 2017, descubrió que los millennials latinos, asiáticos y negros son más propensos que los blancos a afirmar que tendrán un mejor desempeño financiero que sus padres.

Guiando con el ejemplo y como defensores, los milenios de todos los orígenes raciales continuarán argumentando que invertir en un Estados Unidos más joven y más inclusivo es esencial para el éxito económico de la nación, y que solo puede ayudar a las poblaciones mayores de hoy en día. Los estadounidenses mayores deberían escuchar y ayudar a unir al país.

William H. Frey es investigador principal del Programa de Política Metropolitana de la Institución Brookings y autor del informe “The Millennial Generation: A Demographic Bridge to America’s Diverse Future”.

Traducción: Diana Cervantes

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí:

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