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El LAPD inicia una amplia investigación criminal sobre el exginecólogo de la USC e insta a pacientes a presentar denuncias

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Los funcionarios de la policía de Los Ángeles están investigando 52 denuncias de mujeres que alegan haber sido maltratadas por el Dr. George Tyndall, quien por casi tres décadas fue el único ginecólogo a tiempo completo en la clínica de salud estudiantil de la USC. Tyndall ha negado todo mal proceder (USC; Irfan Khan / Los Angeles Times).

El Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) afirmó esta semana que está investigando 52 denuncias por mala conducta presentadas por expacientes del ginecólogo del campus de la Universidad del Sur de California (USC), mientras las autoridades lanzaron una amplia investigación criminal sobre el escándalo que sacudió a la universidad.

Los detectives del LAPD también hicieron un llamado para que otras pacientes que se hubieran sentido maltratadas se presenten a declarar, señalando que miles de estudiantes fueron examinadas por el Dr. George Tyndall durante su carrera, de casi 30 años, en la USC. Desde que Los Angeles Times reveló las acusaciones, este mes, más de 410 personas se comunicaron a una línea directa de la universidad para reportar su experiencia con el médico.

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El “comportamiento y las prácticas de Tyndall parecen sobrepasar los límites de las normas de la profesión médica y los exámenes ginecológicos”, afirmó la jefa adjunta Beatrice Girmala. “Nos damos cuenta, sinceramente, de que las víctimas pueden tener dificultades para contar esos detalles a los investigadores. Somos empáticos y estamos listos para escuchar”.

El avance de la investigación criminal llega a medida que más mujeres presentan demandas civiles contra la USC. Esta semana el número total de expacientes con litigios pendientes llegó a 27.

Las revelaciones de la conducta de Tyndall en la clínica provocaron un alboroto en la universidad, lo cual llevó a los síndicos a anunciar, el pasado 25 de mayo, la renuncia del presidente, C.L. Max Nikias.

Aunque la investigación del LAPD está en sus primeras etapas, tres fiscales veteranos de crímenes sexuales de la oficina del fiscal de distrito del condado de Los Ángeles han sido asignados para ayudar a los detectives.

Tyndall, a quien se le permitió renunciar el año pasado a cambio de un acuerdo financiero, no pudo ser contactado esta semana para hacer comentarios, y no está claro si cuenta con un abogado. En entrevistas anteriores, el médico negó todo mal proceder. En una carta enviada a Los Angeles Times con fecha del 17 de mayo, pero recibida a fines de la semana pasada, el galeno afirma que conocía una sola queja de una paciente antes de marzo de 2016: una denuncia de que no había usado guantes durante un examen pélvico. El ginecólogo detalló que el reclamo fue desacreditado por los administradores. “Las pacientes a veces inventan historias”, escribió Tyndall.

Con su carta incluyó más de una docena de comentarios positivos de pacientes que enviaron correos electrónicos a los supervisores clínicos, desde 2013 a 2015. “En general, el Dr. Tyndall es un gran médico y un hombre muy amable, que muestra una gran atención por sus pacientes”, decía uno.

El capitán del LAPD, Billy Hayes, precisó que de las 52 quejas de antiguas pacientes, 13 llegaron directamente a la policía y el resto fueron compartidas por la USC.

Según Hayes, se cree que algunas de las pacientes que se presentaron eran menores de 18 años al momento de la consulta. Los investigadores trabajan para corroborar y verificar las fechas de las citas.

El delito más grave bajo investigación por parte del LAPD es la penetración mediante los dedos.

Los testigos de los exámenes de Tyndall afirmaron que, con frecuencia, el médico hablaba de la rigidez de los músculos vaginales de las pacientes, hacía comentarios inapropiados sobre sus vidas sexuales y las tocaba de forma inapropiada durante los exámenes de los senos y la pelvis. El médico introducía rutinariamente uno o dos dedos en las pacientes después de expresar su preocupación de que un espéculo no cupiera, y comentaba sobre sus cuerpos mientras las examinaba, informaron los testigos a Los Angeles Times.

En entrevistas con The Times, Tyndall remarcó que su uso de los dedos tenía un propósito médico legítimo y dijo que algunos de sus comentarios a las pacientes habían sido malinterpretados.

Una investigación interna realizada por la USC en 2016 y 2017 no acordó con ello, y determinó que sus exámenes pélvicos estaban al margen de la práctica médica aceptada y equivalían al acoso sexual de las pacientes.

Mientras los detectives examinan la ola de denuncias, Hayes destacó que la policía está consultando con expertos en exámenes ginecológicos, con la Junta Médica de California y el Santa Monica Rape Treatment Center.

Tracy Green, una abogada litigante que defiende a médicos y otros profesionales de la salud, destacó que para presentar una demanda criminal los fiscales deberán demostrar que Tyndall obtuvo satisfacción sexual de cualquier presunta mala conducta. Green señaló que los comentarios inapropiados podrían servir como evidencia de la intención sexual. “Cuando se agrega el comentario colorido, según las pacientes, eso es lo que lo hace un poco extraño”, advirtió.

Leonard Levine, un abogado defensor penal que se especializa en casos de abuso sexual, destacó que parte de la investigación implicará buscar patrones potenciales a partir de las declaraciones de las víctimas.

Las demandas civiles contra la USC y Tyndall también han alegado un patrón de mala conducta que data de finales de 1980.

Una estudiante universitaria de la USC, en una demanda presentada este martes, alegó que en 2013 Tyndall manoseó sus pechos, penetró su vagina con los dedos sin guantes y le “miró el cuerpo desnudo para su propio placer sexual”. Otra estudiante de pregrado relató que Tyndall la felicitó y le dijo que sus genitales eran “hermosos”; “Te ves como una modelo; apuesto a que tu mamá parece una modelo también”, le dijo.

Otra mujer alegó en una demanda presentada a fines de la semana pasada que el ginecólogo la penetró con tres dedos mientras la presionó para usar un método anticonceptivo y le dijo que sería “excelente para el sexo”.

La USC remarcó que las quejas sobre Tyndall -que datan de principios de la década de 2000- llegaron al director ejecutivo de la clínica, quien “manejó las denuncias de las pacientes de forma independiente”. La universidad no tiene en claro por qué se le permitió al galeno seguir en su puesto. Fue solo después de que una enfermera frustrada reportara a Tyndall ante el centro de crisis por violación del campus, en 2016, que éste fue apartado del cargo.

Los principales administradores reconocieron que el sistema para informar y disciplinar al especialista no había funcionado. Pero en una carta, el rector Michael Quick dijo que él y los administradores superiores desconocieron las quejas hasta 2017. La USC destituyó a dos administradores principales en la clínica a principios de este mes.

Hayes, el capitán del LAPD, no descartó ampliar la investigación para incluir a los administradores y otro personal de la USC familiarizado con la conducta de Tyndall, pero advirtió que hablar de ello era prematuro. “En este momento, la atención se centra en las personas perjudicadas, para determinar si hay víctimas reales de actos que lleguen al nivel criminal”, afirmó.

Según John Manly, un abogado civil que representa a más de 100 expacientes, con la investigación criminal ya en marcha, es importante que quienes tengan pruebas se comuniquen directamente con el LAPD.

Se insta a cualquier persona con información sobre Tyndall a ponerse en contacto con la sección especial de ataques, de la División de Robos y Homicidios, al (213) 486-6910.

Para leer este artículo en inglés, haga clic aquí:

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