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‘Es momento de salir a las calles’: con la noticia del final de DACA, una estudiante de UCLA se declara indocumentada y sin miedo

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El martes a las 7:30 a.m., Yael Pineda se reunió con una docena de personas más en el Centro Laboral de la UCLA para ver una transmisión en vivo del anuncio de la administración de Trump acerca de las protecciones de deportación para casi 800,000 jóvenes inmigrantes como ella.

Cuando el fiscal general de los Estados Unidos, Jeff Sessions, anunció que el gobierno rescindiría la política -surgida en la era de Obama- conocida como DACA, que aplazó los procedimientos de deportación y permitió que estos inmigrantes estudien y trabajen, la sala quedó en silencio, relató Pineda.

“Había incredulidad en la forma en que Jeff Sessions lo narraba, decía que quitamos trabajos, que somos delincuentes”, afirmó la joven de 22 años, quien este mes se graduará de la UCLA en psicología y estudios laborales y de ambiente de trabajo.

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Pero a medida que la noticia surtía efecto, remarcó Pineda, surgía otro sentimiento: una decisión plena de rechazar el miedo y unirse con otros para presionar al Congreso para que amplíe las protecciones.

“No tenemos que tener miedo. No debemos dejar que los policías y el Congreso nos aterroricen”, expresó Pineda. “Este es el momento de salir a las calles y organizarnos. El programa DACA no nos define. Nuestro éxito no depende de la legislación. Somos seres humanos que merecen dignidad, paz y justicia por sobre todo”.

Bajo la política de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA por sus siglas en inglés), los inmigrantes que llegaron al país sin autorización o que quedaron fuera del estatus legal antes de los 16 años pero que permanecieron en la escuela y tuvieron buena conducta, eran elegibles para solicitar el aplazamiento de la deportación y un permiso de trabajo.

Un memorando del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos publicado este martes señaló que los estudiantes con estatus de DACA mantendrán su protección hasta que expiren sus períodos de dos años, y las renovaciones y solicitudes pendientes de estatus serán procesadas. En tanto, las nuevas solicitudes serán rechazadas.

Pineda, oriunda de México, fue traída ilegalmente a los Estados Unidos cuando tenía cuatro años. La joven se destacó en su escuela preparatoria La Puente con un promedio de calificaciones de 4.5. En la UCLA mantuvo un promedio académico de 3.5, incluso pese a tener dos empleos y asumir roles de liderazgo en las organizaciones del campus.

Pineda es líder en IDEAS en la UCLA, el primer grupo del campus dirigido por estudiantes para apoyar a sus compañeros sin estatus legal. También trabaja en el Centro Laboral de la UCLA, cuyo Centro de Recursos DREAM lleva a cabo investigaciones sobre inmigración y ofrece a los estudiantes inmigrantes capacitación en liderazgo y ayuda para conseguir pasantías.

Sus padres, dijo, tienen un hogar, pagan impuestos y han creado casi una docena de empleos a través de sus negocios de contratación y mantenimiento. “La gente indocumentada sabe cómo llegar a fin de mes y buscar una manera de seguir adelante”, resaltó Pineda. “Nuestra resistencia y determinación no permitirán que estos temores nos detengan”.

Traducción: Diana Cervantes

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí

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