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Aprueban controversial aumento a la matrícula de Cal State

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Después de una acalorada mañana de debates y declaraciones apasionadas de los estudiantes, profesores y legisladores, la junta de directivos de la Universidad Estatal de California (Cal State) voto este miércoles por 11 a 8 para aumentar la matrícula como una forma de compensar la disminución en financiamiento estatal.

“No hago esto con nada de alegría”, afirmó Timothy P. White, rector de Cal State, ante la colmada sala de reuniones. “Lo hago por necesidad”.

Estudiantes molestos se levantaron después de la votación y gritaron: “¡Es vergonzoso”!, “¡vergüenza!, ¡vergüenza!”. Algunos de ellos se limpiaban las lágrimas, mientras otros se abrazaban y prometían llevar su pelea a los legisladores y al gobernador Jerry Brown, quienes tienen el poder de aliviar los problemas presupuestarios del sistema.

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“Hay mucha gente que observa y sabe de este problema del acceso a CSU”, aseguró Courtney Yamagiwa, miembro de la organización Estudiantes Asociados de Cal State Long Beach y del grupo de activistas Estudiantes para una Educación de Calidad. “Ya no son sólo unos estudiantes quejándose”.

Yamagiwa y sus compañeros de los 23 campus se habían reunido desde el amanecer para protestar por cualquier aumento de su carga financiera. Se manifestaron a lo largo de la mañana con tambores y cantos que rezaban: “¡Cuanto más pagamos, más tiempo nos quedamos!”. Sus letreros pedían: “Cambiar el sistema”, “Mantener la universidad asequible”.

Los líderes universitarios tenían la esperanza de que, en la propuesta de presupuesto presentada por el gobernador Jerry Brown en enero pasado, se contemplara el dinero necesario para preservar la calidad del sistema universitario público más grande del país. En cambio, la cantidad designada en fondos adicionales estatales asignadas por el gobernador fue menos de la mitad de lo que Cal State había solicitado.

Cal State imitó así las medidas adoptadas por los regentes de la Universidad de California (UC) a principios de este año, que votaron por 16-4 para terminar con el congelamiento de la matrícula y aprobaron un 2.5% (o $282) de incremento para el próximo año escolar.

En Cal State, el incremento será cercano al 5% -o el equivalente a $270- para los estudiantes de California. La matrícula para los alumnos foráneos así como para los programas de credenciales para maestros graduados, también aumentará.

Estas alzas generarán unos $77.5 millones en ganancias netas, dijeron los administradores. El 60% de estudiantes de Cal State cuyas matrículas están totalmente cubiertas con becas y exenciones no se verán afectados.

Para dar un cierto margen de maniobra, los directivos incorporaron a su propuesta la posibilidad de reconsiderar su decisión después de la próxima propuesta de presupuesto del gobernador, en junio venidero.

Pero si la historia sirve como indicio, el sistema universitario seguirá luchando en junio con las crecientes presiones para inscribir más estudiantes, lograr que se gradúen más rápido y contratar a más de 400 docentes, todo ello con una porción de dólares estatales más pequeña que en años anteriores.

Los administradores señalaron que, a pesar de que los campus del sistema han inscrito a 20,000 estudiantes adicionales desde la recesión, debieron rechazar a 30,000 solicitantes calificados el año pasado. El estado de California también tiene un retraso acumulado en mejoras a edificios por un valor de $2,000 millones.

De acuerdo con los administradores, el fondo estatal cubre cerca de la mitad de los costos de operación de Cal State, comparado con el 80% que cubría en 1990. El sistema depende del pago de matrículas y costos por parte de sus 475,000 estudiantes para cubrir el resto.

Durante la recesión, el estado redujo en cerca de un tercio su apoyo para Cal State. Desde 2006 a 2011 el valor de inscripción aumentó en más del doble, a $5472.

A cambio del congelamiento de las matrículas, Brown prometió incrementos anuales, y en los últimos seis años el estado ha ido restableciendo los fondos. Pero las demandas crecientes han superado estos aumentos, remarcan los administradores de Cal State.

Este año, la propuesta de presupuesto de Brown destinaba cerca de $157.2 millones en fondos adicionales para el próximo año fiscal, lo cual aumentaría el apoyo estatal para Cal State a cerca de $3,600 millones. Sin embargo, los funcionarios de la universidad estiman que necesitan un extra de $324.9 millones de dólares.

Estos números originaron el acalorado debate del miércoles. Peter Taylor, administrador y presidente del comité de finanzas de la junta, dijo que basó su voto a favor del aumento en una visión realista de lo que se necesita para preservar las prioridades del sistema universitario. “Estamos aquí porque el estado, en forma constante y persistente, ha subfinanciado la institución. Es embarazoso que nos quedemos con esta terrible elección entre el acceso y la calidad”, afirmó, golpeando el estrado con frustración. “Nuestra cantidad de profesores titulares es una vergüenza, nuestros edificios desgastados son una vergüenza, nuestro tamaño de clases está cada vez peor... La calidad cuesta dinero”, aseveró.

El vicegobernador Gavin Newsom, que también votó en contra del aumento de UC como exregente de oficio de UC, desafió a los funcionarios de Cal State a presionar a los legisladores estatales. “Votar para aumentar la matrícula”, dijo, “es dejarlos libres de culpa”.

El presidente de la Asamblea, Anthony Rendon (D-Paramount), que respaldó una propuesta de ayuda financiera para ayudar a los estudiantes a graduarse con menos deuda, defendió a la Legislatura y dijo que ésta financió completamente la solicitud de presupuesto de Cal State hace dos años. Que los directivos hablen ahora de la necesidad de más dinero y que sean los estudiantes los que compensan la brecha financiera resulta “absurdo”, expresó.

Lateefah Simon, una de las directivas, quien pasó diez años en la universidad mientras trabajaba y era madre soltera, afirmó que siente empatía con los estudiantes “y con el personal, y con nuestro rector, que intenta entender cómo llenar los agujeros con mucha angustia”.

Pero en las últimas semanas, expresó, recibió más de 500 llamadas, correos electrónicos y textos de alumnos y padres ansiosos. “Yo iba a votar sí al aumento, pero no puedo”, expresó a sus colegas. “Yo sé exactamente por lo que estos estudiantes están pasando”.

Durante los comentarios del público, docenas de estudiantes hablaron apasionadamente acerca de la falta de vivienda, el hambre y las familias a las cuales apoyan mientras asisten a la universidad. Algunos dijeron que tienen múltiples empleos y que trabajan más de 30 horas a la semana, incluso recolectando botellas vacías para llegar a fin de mes. Hablaron de costos de libros de texto tan altos como $240, para una sola materia.

“No es justo para los alumnos. Nosotros trabajamos duro y ya hacemos muchos malabares”, manifestó Radhika Kataria, quien cursa el tercer año en Chico State en la carrera de administración pública y condujo hasta la junta con otros 15 compañeros. Todos durmieron en una iglesia cercana para poder comenzar la protesta al amanecer.

“¿Cómo esperan que nos graduemos a tiempo, cuando también tenemos que trabajar en múltiples empleos sólo para pagar por la universidad?”.

Traducción: Diana Cervantes

Para leer esta historia en inglés haga clic aquí

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