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La historia de amor del disidente chino y Premio Nobel de Paz Liu Xiaobo y su esposa Liu Xia

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El disidente chino y Nobel de Paz Liu Xiaobo pasó años en prisión por pedir un cambio político para su país.

Estuvo en la cárcel más de la mitad de su matrimonio con la poeta Liu Xia y este jueves falleció a los 61 años de un cáncer terminal de hígado, aún bajo custodia.

Liu Xia solo pudo reencontrarse con su marido en los últimos momentos de su vida, pues el gobierno chino le ordenó arresto domiciliario a la escritora hace siete años.

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El fallecimiento de Liu Xiaobo provocó que las autoridades de Estados Unidos exigieran la liberación de su esposa y el permiso para que abandone el país asiático.

La periodista de la BBC Celia Hatton hizo un recuento sobre cómo la relación de la pareja sobrevivió a pesar de las dificultades.

Lucharon para que se les permitiera casarse. Pero cuando el gobierno de Pekín finalmente retrocedió, permitiendo que uno de sus críticos implacables se casara con su amor, los problemas permanecieron.

La cámara que supuestamente iba a tomar el retrato oficial de la pareja no funcionó. Los certificados de casamiento chinos no son válidos a menos de que contengan una foto oficial tomada en la ceremonia.

Así que Liu Xiaobo y su prometida improvisaron. Encontraron fotos individuales de cada uno y las juntaron. La imagen improvisada se estampó y, finalmente, pudieron casarse.

Eso pasó en 1996.

Casarse fue una pequeña victoria para la pareja. Le dio a Liu Xia el derecho de visitar su esposo en el sombrío campo de trabajo forzado en el noreste de China donde este había sido encarcelado.

Liu Xia viajaba 1.600 kilómetros de vuelta a Pekín cada mes.

La poeta escribió entonces que sollozaba y que aún así no podía sostener la mano de su amado.

Su banquete de bodas se celebró en la cafetería del campo de trabajo forzado, un escenario que sería simbólico.

Durante su largo e intenso romance, el gobierno chino era un implacable tercer elemento, el socio no invitado que sirvió de telón de fondo constante a sus interacciones.

A pesar de todo, Liu Xiaobo y Liu Xia eran inseparables, excepto cuando se separaron forzosamente.

Liu Xiaobo empezó su carrera como un escritor brillante y un admirado profesor, que a menudo recibía invitaciones del extranjero para estudiar y dar conferencias.

En la primavera de 1989, estaba en Nueva York cuando supo de una protesta a favor de la democracia en la plaza china de Tiananmen. Volvió a su país en seguida.

Xiaobo ayudó a estimular a los manifestantes con su llamado a una reforma política, y luego ayudó a negociar con los soldados chinos para que muchos estudiantes no resultasen heridos.

Todavía es un secreto cuántos murieron a manos de las fuerzas del gobierno en junio de ese año, pero muchos concuerdan con que la cifra hubiese sido mucho más alta sin la intervención de Liu Xiaobo.

Eso hizo poca diferencia a los ojos del gobierno.

Días después, Xiaobo fue llevado a un centro secreto de detención. Permaneció allí por casi 20 meses. Cuando lo liberaron, había perdido casi todo, incluido su prestigioso puesto como profesor y su casa.

Fue allí que conoció a la luz de su vida: una exuberante y joven poeta llamada Liu Xia.

Encontré toda la belleza del mundo en esta sola mujer”, se dice que le dijo a un amigo.

Seis años más joven, ya gozaba de reconocimiento como una escritora dotada. Su amigo cercano, el escritor Liao Yiwu, dijo que en ese entonces, Liu Xia siempre estaba sonriendo.

La escritora provino de un entorno privilegiado, siendo la hija de un banquero de alto nivel. Se esperaba que siguiera sus pasos, pero abandonó la posibilidad de una vida estable para escribir.

Contra todo pronóstico, los padres de Xia apoyaron su relación con Xiaobo, a pesar de los inconvenientes políticos.

“Si alguien está en la cárcel, su vida familiar termina también”

Al principio de su relación, la pareja trató de llevar una vida normal. Xiaobo se mudó al apartamento de Xia, no muy lejos de la plaza de Tiananmen.

Liu Xiaobo estaba bajo vigilancia constante por agentes de seguridad, quienes lo presionaban a que dejara de escribir sobre la necesidad de la democracia y a que no criticara al estado unipartidista chino.

“Hay que entender: si el gobierno persigue a alguien, lo primero que tratan de hacer es perturbar su vida privada”, explicó la autora Tienchi Martin-Liao.

“Van a separar a la pareja. Si alguien está en prisión, su vida familiar termina también”.

La pareja nunca consideró seriamente tener hijos, dijo Tienchi.

“Xiaobo me dijo: “No quiero que un hijo o una hija vean a su padre siendo detenido por la policía”.

“No he tenido un solo día sereno desde que estamos juntos

Tienchi era la editora de Liu Xiaobo y por ello pasaba horas al teléfono con él.

Más adelante, cuando le dieron la sentencia final de 11 años al escritor, Tienchi tuvo que empezar a hablar con Xia, que a menudo lloraba en las llamadas.

“A veces ella decía, ‘Bueno, no he tenido un solo día sereno desde que estamos juntos”.

“Lo cual es cierto. Pero no significa que lo quisiera abandonar. Solo enfatizaba en las duras condiciones sobre las que ese amor había sobrevivido”.

Incluso cuando Liu Xiaobo salía de prisión, la pareja rara vez pudo pasar tiempo en solitario.

“Como escribía tantos artículos críticos, mucha gente con dificultades y sin privilegios iba a su casa”, recordó Tienchi Liao.

“Y la mayoría de las veces, aun sin conocerlos, los recibía y trataba de ayudarlos”, añadió.

Xiaobo nunca quiso detener su trabajo político, incluso cuando este interfería con su pareja. Y parte de ese ímpetu lo atribuía a su preocupación por el futuro de Liu Xia.

“Él podía ahorrar más dinero para ella, en caso de que alguna vez le pasara algo (a él). Al menos Liu Xia podría tener una vida estable sin preocuparse por comer o vestirse”, escribió el biógrafo y amigo cercano de Xiaobo, Yu Jie.

Todo cambió cuando Liu Xiaobo ayudó a redactar y difundir la Carta 08, un documento que llamaba al fin del gobierno de un solo partido en China que lo llevó a la cárcel.

Xia siempre se mantuvo al margen de las ideas políticas de su esposo, pero le dijo a la cineasta Ai Xiaoming que sabía que la Carta 08 causaría problemas.

Ai le preguntó si la había leído y Xia respondió: “No tenía interés en hacerlo. Pero sabía que causaría grandes problemas. Traté de advertirle a Xiaobo, pero no sirvió de nada. Solo podía hacer lo que hacía en el pasado, esperar pacientemente a que la calamidad llegara”.

“Esperas en la prisión intangible del corazón”

Antes de que la Carta 08 fuese oficialmente publicada, Xiaobo fue arrestado. Casi un año después, fue hallado culpable de intentar derrocar al Estado.

Su última declaración pública, hecha en la corte en 2009, terminó con un reconocimiento a su esposa.

“Estoy sirviendo mi condena en una prisión tangible, mientras tú esperas en la cárcel intangible del corazón. Tu amor es la luz del sol que salta sobre muros altos y penetra las barras de hierro de mi ventana en prisión, acariciando cada centímetro de mi piel, calentando cada célula de mi cuerpo, permitiéndome mantener siempre la paz, la apertura y el brillo en mi corazón; llenando cada minuto de mi tiempo en la cárcel con significado”.

“Mi amor por ti, por otra parte, está tan lleno de remordimiento y arrepentimiento que a veces me hace tambalear bajo su peso”.

No está claro cuánto sabía Liu Xiaobo sobre las condiciones de vida de su esposa cuando comenzó su sentencia.

Poco después de haber ganado el Premio Nobel de Paz en 2010, la poeta fue puesta bajo estricto arresto domiciliario, confinada a su pequeño departamento en Pekín.

En una entrevista con la BBC en 2010, Liu Xia dijo que no podía darle a Xiaobo ningún detalle sobre su arresto: “No nos permitían hablar de eso. De cualquier modo, pensé que me entendería”.

“Originalmente pensé que estaría encerrada por un mes o dos. El tiempo vuela, ya llevo dos años en esto”.

A medida que los años bajo arresto domiciliario se prolongaban, Xia empezó a sufrir de depresión clínica.

Tenía acceso intermitente a un teléfono, pero solo podía llamar a unos cuantos familiares cercanos. Un grupo de policías la llevaba a ver a Xiaobo en ocasiones, pero esas visitas fueron vigiladas de cerca por las autoridades.

Liu Xiaobo se reunió finalmente con su esposa solo cuando quedó claro que moría de cáncer de hígado y lo trasladaron a un hospital bajo libertad condicional por razones médicas.

La voz de la editora Tienchi Liao se quebró al preguntarle por el futuro de Liu Xia.

“Sabemos que está muy enferma, física y psicológicamente”, dijo.

Ahora que Xiaobo ha muerto, a Xia le quedará muy poco de él. En 2009, admitió que hasta los poemas y las cartas que Xiaobo le escribió desaparecieron.

“Entre el 8 de octubre de 1996 y el 8 de octubre de 1999, le escribí más de 300 cartas y él me dedicó unas 2 a 3 millones de palabras. Luego de que nuestra casa fue allanada varias veces, casi todos sus escritos desaparecieron”.

“Esta es nuestra vida”.

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