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Otra oportunidad perdida para México

Rafa Márquez se queja de la falta que el árbitro de Portugal cobra en contra de México.
Rafa Márquez se queja de la falta que el árbitro de Portugal cobra en contra de México.
(Mauricio Dueñas / EFE)
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FORTALEZA.- Probablemente la Selección de México nunca estará tan cerca de llegar al tan hablado quinto partido de un Mundial. Ni la derrota ante Estados Unidos en 2002 quedará grabado tan cruelmente en la mente de los mexicanos como el duelo del domingo en la tarde en estadio Arena Castelao de Fortaleza.

La victoria en el cuarto partido nunca estuvo tan cerca pues estuvieron a escasos minutos de vencer al subcampeón del mundo, el cual nunca perdió la frialdad y lejos de frustrarse y lanzar patadas, terminó llevándose la victoria, como el buen equipo de jerarquía que es.

Mucho se podrá hablar del penalti a Arjen Robben en los minutos finales, pero también hay que recordar que en el primer tiempo Rafael Márquez derribó al holandés tras un error garrafal de Francisco “Maza” Rodríguez, lo que originó la lamentable fractura de Héctor Moreno, un hombre al que se le extraño mucho en el segundo tiempo.

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También no hay que olvidar que este equipo hace siete meses estaba sumergido en una crisis en la que solamente la suerte (o Estados Unidos) lo salvó de una eliminación en el Hexagonal Final. Lejos de echar culpas, hay que aceptar la falta de trabajo que se dejó de hacer por los hombres del pantalón largo durante este proceso mundialista, quienes cambiaron tres veces de técnico en los últimos meses y los cuartos de final iba a ser un premio injusto para la falta de preparación que tuvo el Tricolor en este Mundial.

A pesar de que Miguel Herrera hizo decisiones cuestionables ante Holanda, como fue el sacar a Giovani Dos Santos muy temprano en el partido por Javier Aquino y tácticamente el equipo se desvaneció pues defendía con más pundonor que un sistema, también hay que recordar que Herrera llegó hace unos cuantos meses y que tuvo escasas semanas para armar este equipo. Para ser sinceros, Herrera tampoco hubiera sido la opción número uno de los directivos si fuera un proceso “sano”, como se pretendía.

Pero México llegó a Brasil a tropezones y su futbol, con apuros y de último momento, le dio lo suficiente para dejar en el camino a Camerún y Croacia, dos selecciones respetables pero no de elite. Luego se encontró con un Brasil y gracias a Guillermo Ochoa (un movimiento acertado de Herrera) y a su afición que los alentó como nunca para ese duelo, los aztecas avanzaron con siete puntos, cumpliendo con honores lo que se había presupuestado en la primera fase.

Luego todo México sabía que le iba a tocar un rival fuerte: ya sea Holanda, España o Chile y terminó siendo la Naranja Mecánica. Con un clima de 63 grados farenheit y 78% de humedad, con gran parte de los seguidores a su favor, México se fue arriba en el marcador producto de una genialidad de Giovani Dos Santos, un hombre que tuvo un buen Mundial y que parece haber sido desperdiciado una vez más.

Entonces el Tricolor volvió a fallar a la hora de capitalizar el momento, tal como lo habían hecho muchas de las selecciones antecesoras del “ya merito”. Cedió el balón y se salvó una y otra vez, gracias a su buena defensa y Ochoa, hasta que al minuto 88, encontró Wesley Sneijer un balón dentro del area y la reventó dentro de la portería.

Después del gol, México nuevamente se desvaneció moralmente, como lo fue contra Argentina hace cuatro años tras los errores del árbitro y del defensa Ricardo Osorio, y los aztecas tuvieron no tuvieron el tiempo para reaccionar.

“Al final nos quedamos donde mismo y es algo muy triste porque creo que dentro de los mundiales pasados no se había convertido en una ilusión como este Mundial, haber hecho tan buenos partidos”, dijo Andrés Guardado, quien probablemente jugó su último mundial.

“En Alemania igual el grupo no hicimos una gran fase de grupos pero calificamos bien, aquí había sensación de que se podía, de que podíamos llegar muy lejos y nos quedamos en el camino otra vez”, expresó.

Al final, el mismo Héctor Herrera, quien hizo un buen Mundial, se quedó con las mismas palabras que se preguntaron los millones de mexicanos.

“La verdad es difícil explicar qué es lo que le falta a México, porque se queda aquí si ha tenido grandes selecciones”, expresó.

Pero qué es lo que se necesita para llegar al quinto partido? Primero que nada, olvidarse de ese quinto partido y cambiar la mentalidad de que se puede lograr cosas más grandes que eso. Se necesita clasificar primero para tener a un rival accesible y no un Argentina u Holanda. Eso significa vencer a un grande en la fase de grupos o hacer un buen trabajo ganando la Copa Oro, o teniendo un buen papel en la Copa América o Copa Confederaciones.

También se necesita vencer a equipo grandes en la etapa de grupos y pasar como primeros, tal como lo hizo Costa Rica en el Grupo de la Muerte. Entonces el trabajo no llega hasta dentro de cuatro años en el próximo Mundial, sino que es un buen trabajo que se debe de hacer durante cuatro años.

La ruta para Rusia 2018 comienza desde ahora para el Tri.

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