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Esto no es retórica.- Patti Smith

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Con el paso de los años, en el rostro de Patti Smith ha logrado asentarse la misma sabiduría calma que se asocia con los filósofos y los santos. A los 70 años, ya no empuja la quijada hacia afuera y mira con el desafío que mostró en la que, para muchos, es la mejor portada de rock de la historia, la de Horses (1975).

Que la escuche hablar, sin embargo, quien por ello piense que ha perdido una onza del espíritu que la llevó, sobre el escenario del ya extinto CBGB, a convertirse en figura señera del punk rock neoyorquino que incendió a la música de su Época.

“Para mí, siempre ha habido pequeñas revoluciones; son interesantes, son intelectuales, a veces se trata de una revolución en el mundo del arte, en la música, pero lo que necesitamos ahora son revoluciones más altas para poder proteger y preservar a nuestro mundo, nuestra especie, nuestros hijos”, lanza.

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De visita en México para presentar su proyecto Sesiones del Café La Habana, Smith ofrecía ayer una conferencia de prensa en la que habla de sus luchas actuales, de su poesía y su amor por México.

“Esto no es retórica, es algo en lo que creo y por lo que rezo, y siento que van a ser los jóvenes quienes salven este mundo y pongo mi fe en ellos”, concluye.

A su lado, el guitarrista Lenny Kaye, mancuerna creativa de la artista, asiente con convicción.

Hoy Smith leerá en Casa del Lago, a las 13:00 horas, su poema Hecatomb, con el que agradece a Roberto Bolaño haber escrito 2666.

“Cuando por primera vez descubrí a Roberto, Él acababa de morir y yo acababa de terminar 2666, que para mí es una obra maestra. Diría que, mientras el siglo 21 comenzaba, Roberto nos dio la primera obra maestra del siglo y luego murió”, explica en la conferencia.

En el Café La Habana, que acogió a Bolaño y a los infrarrealistas, Smith tiene también una serie de fotografías en exhibición. Una de ellas se quedará ahí de manera permanente.

Aunque rehúye el enfrascarse en discusiones sobre asuntos de política mexicana, Smith es rápida en deplorar las políticas migratorias del presidente estadounidense Donald Trump y su encono con México.

“Trump no me representa, él no es mi presidente y sólo puedo decir que lo siento de parte de mi país y que vamos a continuar la lucha”, acentúa.

Como parte de su proyecto, Smith intervino un espectacular en Sonora 128, invitada por el proyecto homónimo, con su poema Individuo ¡presente!, Pueblo ¡unido!: “Yo creo / que todo lo que soñamos / puede suceder / unidos / podemos cambiar al mundo / podemos cambiar la revolución / de la tierra”.

Termina la conferencia y Patti Smith toma el micrófono. Kaye, con su guitarra, toca los acordes familiares y arranca, a manera de punto final, uno de sus clásicos: People Have the Power (El pueblo tiene el poder).

“¡Usen su voz!”, implora la cantante con el puño en alto. En su rostro de filósofa y santa se mira la misma flama de siempre y el mensaje, es claro, no es sólo retórica.

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