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Tiene 48 años de edad, acaba de graduarse de la preparatoria y le debe todo a la biblioteca

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Ron Hagardt no terminó la escuela preparatoria, cuando se suponía que debía hacerlo en 1985; beber lo llevó por un camino equivocado, el mismo que lo condujo a la cocaína, con todo esto abandono la preparatoria Sonora en La Habra durante su último año.

Ahora tiene 48 años, cuatro años sobrio - y se ha graduado de la preparatoria. El martes, Hagardt llevaba birrete azul y toga y durante una ceremonia de graduación en la Biblioteca Pública de Los Ángeles en el centro de la ciudad cambio de lugar la borla dorada de su birrete.

La biblioteca pagó la matrícula de $1,100 y Hagardt pasó ocho horas al día delante de una computadora durante unos seis meses, ya fuera en la biblioteca o en casa, para terminar la escuela preparatoria. Es uno de los 30 adultos de L.A. que obtuvieron un diploma de preparatoria a través de una alianza entre Los Angeles Public Library y la carrera en línea de preparatoria, un programa para graduarse de la escuela preparatoria acreditada para adultos.

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En 2014, el 8.4 % de los adultos de California mayores de 25 años habían asistido a la escuela sin obtener un diploma, ese porcentaje fue mayor en la ciudad de Los Ángeles, donde casi una décima parte de los adultos mayores de 25 años cayó en la misma categoría, según las estimaciones de la encuesta sobre la comunidad estadounidense obtenidas por la Oficina del Censo de EE.UU de 2014.

Con cada diploma o título, los estadounidenses están posicionados para ganar más dinero y son menos propensos a ser desempleados.

Los becarios reconocen “que hay muchos empleadores que requieren un diploma de la preparatoria”, dijo el bibliotecario de la ciudad, John Szabo, quien lidera el sistema de bibliotecas de Los Ángeles y quien implementó el programa en 2014.

La biblioteca puso en marcha el programa de becas en 2014 y fue el primer sistema de bibliotecas públicas en el país en asociarse con la preparatoria para ofrecer la carrera en línea. Otros sistemas de bibliotecas de todo el país, desde Sacramento hasta algunas en la Florida ya han puesto en marcha programas similares.

Actualmente hay 124 estudiantes matriculados en toda la ciudad, dijo Szabo; y la biblioteca estatal firmó el año pasado el compromiso de proporcionar fondos para el programa en las bibliotecas a lo largo de California, incluyendo más becas en Los Ángeles.

Para inscribirse, cuando un estudiante comienza, él o ella debe vivir o trabajar para la ciudad de Los Ángeles, tener por lo menos 19 años de edad, y haber terminado el octavo grado. Estos requisitos dejan fuera al 15 % de los adultos de 25 años o mayores, que tienen una educación inferior al noveno grado en Los Ángeles, así lo muestran las estimaciones del censo. Pueden transferir créditos de su escuela preparatoria y tienen 18 meses para obtener el diploma.

Su primera graduación

El evento del martes fue tanto una celebración de los estudiantes que se graduaron desde que inició el programa como un medio para dar a conocerlo y reclutar, dijo Szabo.

Sin embargo, para los graduados se trataba de una oportunidad de darse a sí mismos y a sus familias un día que nunca habían tenido.

“Esta es su primera graduación”, dijo la madre de Hagardt, Vicki Baker, después de la ceremonia. Ella comenzó a llorar y a hablar de lo orgullosa que estaba, “hemos pasado por muchas vicisitudes juntos”.

Otras familias tuvieron reacciones similares; mientras se llamaba a cada estudiante, las familias estiraban sus brazos para conseguir el mejor ángulo y tomar fotografías con sus teléfonos celulares abarrotando el escenario, los niños faltaron a la escuela para animar a sus mamás o papás que se graduaron; vale la pena faltar un día para aprender la importancia de terminar la escuela, dijeron sus padres.

“Ese es mi bebé, Ebony!” dijo Adrienne Daniels, después de que su hija, Ebony Daniels, subió a sentarse al escenario sosteniendo su diploma. Ebony Daniels, de 36 años, había conducido desde Las Vegas. Ella inició el programa siendo residente de Los Ángeles en octubre de 2014, pero se mudó a una casa más asequible el año pasado, anteriormente vivía en el sur de Los Ángeles, cerca de la intersección de la Avenida Florence y Figueroa Street. “No es un lugar para criar a los niños”, dijo la madre de tres hijos.

Ebony termino en enero, justo unos meses antes de que su hijo mayor se gradúe de la escuela preparatoria. Ebony “estaba decidida a terminar”, antes que su hijo, dijo.

A través del programa, Ebony Daniels tuvo acceso a un tutor académico con quien podía hablar por teléfono, aprendió gramática, álgebra y biología a través de su computadora, le fue útil tener un estudiante de preparatoria en casa.

“Me tuvo que ayudar con biología”, dijo.

Planes de Posgrado

Cuando era adolescente, Hagardt no escuchaba a su madre cuando le decía que se quedara en la escuela.

“Le entraba por un oído y le salía por el otro”, dijo Baker, su madre.

Pero a los 40 años, después de perder su trabajo como gerente de un restaurante, Hagardt quería un cambio de carrera. Su padre ha sido un peluquero en Seattle durante décadas y Hagardt decidió seguir el mismo camino, y tal vez hacerse cargo del negocio cuando su padre se jubile.

Sin embargo, para inscribirse en el colegio de peluqueros, necesitaba un diploma de preparatoria.

Terminó el programa de la biblioteca en junio pasado y poco después se inscribió en Pro Barber College en Torrance; planea obtener su certificación de barbero este verano.

Hagardt recibió un saludo durante la ceremonia de graduación. El alcalde de L. A., Eric Garcetti, relató una historia a los graduados acerca de su propio abuelo, quien abrió una peluquería cerca de USC, generaciones antes de que Garcetti fuera profesor allí.

“¿Uno de ustedes es peluquero, verdad?, o ¿se quiere convertir en un peluquero?”, Garcetti preguntó a los graduados.

Hagardt levantó la mano.

Encuentre a Sonali Kohli on Twitter @Sonali_Kohli o por correo electrónico en Sonali.Kohli@latimes.com.

Traducción: Diana Cervantes

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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