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Por encima de las escuelas privadas y Charter, muchas familias están optando por esta escuela

La presidenta de la clase de liderazgo Caitlyn Cho, designa tareas a otros estudiantes en Porter Ranch Community School.

La presidenta de la clase de liderazgo Caitlyn Cho, designa tareas a otros estudiantes en Porter Ranch Community School.

(Anne Cusack / Los Angeles Times)
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Ashlee Rose quería lo mejor para su hija, por eso cuando estaba lista para comenzar el kinder hace tres años, ella eligió la escuela privada Chatsworth Park Elementary, en vez de una escuela local en el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD), en donde los resultados de los exámenes y la participación de los padres no cumplen con los estándares, dijo Rose.

Pero cuando Rose y su familia se mudaron a la comunidad Porter Ranch en el norte del Valle de San Fernando este año, fue el momento de tomar otra decisión. Después de una extensa búsqueda en las escuelas del área Rose se decidió por Porter Ranch Community School en el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles. Ahora ella es una de los cientos de familias que han optado por una escuela pública en lugar de algunas de las escuelas Charter o privadas que hay alrededor.

“Esta escuela es maravillosa”, dijo Rose. “Es una escuela pública que te provoca una sensación de estar en una escuela privada”.

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Mientras las inscripciones en el LAUSD están disminuyendo, con miles de estudiantes cambiándose a escuelas Charter, privadas o a otras áreas, Porter Ranch refleja una tendencia contraria. El campus abrió hace tres años y ya creció en espacio. Se añadió un bungalow doble con cuatro salones de clase que rápidamente se llenaron, lo que originó nuevos planes para construir otros dos bungalows con dos aulas y un edificio para estudiantes de secundaria con 10 salones de clase.

Cerca de una tercera parte del plantel de 1,100 estudiantes desde kinder hasta octavo grado han llegado de escuelas Charter y escuelas privadas cercanas, – una evolución que tomó por sorpresa a los funcionarios. “No anticipamos esto; estos estudiantes estaban fuera de nuestro alcance”, dijo la directora Mary Melvin.

El crecimiento que se espera incremente a 1,350 estudiantes para el 2018, está impulsado en gran parte por el auge en el desarrollo de vivienda para familias con ingresos altos y los bajos índices de crimen que hay en el área. Los estudiantes de la escuela no reflejan la media demográfica del distrito; son principalmente de origen blanco y asiáticos americanos, sólo hay un 4% de familias de bajos ingresos y padres de familia que pueden solventar un pago de $150,000 al año en educación.

El campus de 10 acres tiene un espléndido gimnasio, laboratorios de ciencia y computo, una biblioteca y espacios para las artes. Los padres de familia también dicen que escogieron la escuela por la dinámica de la directora, los maestros son dedicados, la comunidad es muy unida, y tiene lo que ellos encuentran como un rico programa educativo y comprometido.

La escuela ofrece un programa de educación dual Coreano- Inglés, al mismo tiempo que ofrece un programa para después de escuela a estudiantes de tercer grado en Español, Coreano, Mandarín y Chino. El programa de Coreano atrajo tanto a Alice Lee como a su familia de Castlebay Lane Charter Elementary.

Lee, segunda generación de Coreanos Americanos, dijo que su hija que va en tercer grado ha sobrepasado incluso sus propias habilidades en el manejo del idioma coreano, y que ha aprendido acerca de los días festivos culturales que ella y su esposo ya no celebran en casa, como el año nuevo coreano y el día de acción de gracias. El Consulado General de la República de Corea apoya el programa con materiales y ayuda a financiar un programa de Tae Kwon Do y clases de tambores coreanos.

Ella y otros dicen que el liderazgo de Melvin ha sido clave para el éxito de la escuela. Melvin realizó múltiples juntas comunitarias antes de que la escuela abriera para exponer su visión vanguardista de la educación global, pero también solicitó ideas de los padres, lo que ayudó a ajustar el enfoque de la escuela en la ciencia, escritura y liderazgo.

Hace dos años, Melvin lideró los esfuerzos para transformar Porter Ranch en una escuela piloto, lo que permite una mayor libertad a los maestros para dar forma a su propio plan de estudios y al calendario en lugar de estar sujetos a los mandatos del distrito.

Ella fue capaz de seleccionar a su personal, escogiendo a los mejores talentos para la enseñanza: 14 de sus 49 maestros han logrado la certificación del consejo nacional, seña que indica que la profesión de la enseñanza se ha conseguido.

Kip Kaprelian es una de esos maestros. Recientemente guió a sus alumnos a través de una estrecha lectura de “Sarah, Plain and Tall”, impulsándoles a considerar si era “raro” hacer publicidad a una novia, enseñándoles el lenguaje figurativo frente al lenguaje literal.

Ella dijo que Melvin la animó a perseguir su interés con un método matemático utilizado en Singapur y otros países asiáticos el cual se centra en la comprensión a profundidad de los conceptos matemáticos. Ella y otros profesores lo intentaron el año pasado con alumnos de primer grado y tuvo tanto éxito que toda la escuela está mudando a este sistema en lugar de utilizar el programa de matemáticas del distrito.

“La forma en que el distrito ve la reforma es en el control”, dijo Kaprelian. “Me encanta esta escuela porque en vez de atarme de manos, me da la libertad de hacer lo que siento que es mejor para los niños”.

La escuela también eligió su propio programa de escritura después de que datos mostraron que en el 2013 estudiantes de cuarto grado de Porter Ranch obtuvieron un puntaje considerablemente más bajo que sus compañeros en Castlebay Charter. Melvin dijo que el porcentaje de escritura ha mejorado un 15% desde entonces.

La escuela puso en marcha un programa de civismo después de encontrar que el 42 % de sus estudiantes de secundaria habían recibido notas insatisfactorias en hábitos de trabajo y cooperación. Melvin dijo que el comportamiento ha mejorado desde entonces, sin suspensiones estudiantiles el año pasado.

El mes pasado llegó una prueba más de que la escuela va por buen camino, cuando los resultados de los nuevos exámenes estatales mostraron que los estudiantes de Porter Ranch superaron a Castlebay y a las escuelas de los alrededores con un 71 % a nivel de grado en matemáticas y 75 % en inglés. Eso fue muy por encima del promedio del LAUSD de 33 % en matemáticas y 25 % en inglés.

En la clase de liderazgo de séptimo y octavo grado, varios estudiantes que vinieron de otras escuelas elogiaron particularmente a los maestros, diciendo que su instrucción era clara y que tenían disposición para trabajar con ellos durante el almuerzo, además de que las actividades extraescolares les habían ayudado a aumentar su rendimiento.

El plan piloto se enfrentó a un reto importante cuando el presupuesto previsto de $200,000 dólares fue abruptamente reducido a $ 27,000 con un nuevo sistema de financiación estatal que redirigió el fondo educativo a estudiantes que son de bajos recursos, aprendices de inglés o que viven en hogares de crianza. Pero los padres se han manifestado en respuesta, recaudando alrededor de $150,000 dólares al año para pagar ayudantes adicionales de maestros, enfermeras, bibliotecarios, consejeros, capacitación de personal, computadoras portátiles, equipo y asistentes de laboratorio para ciencias.

Rand Darghali dijo que tal participación de los padres fue una de las principales razones por las que ella decidió cambiar a sus tres hijos de una escuela privada a Porter Ranch este año. Ella deseaba que las clases fueran más pequeñas - hay 36 estudiantes en la clase de su hijo que estudia en quinto grado en comparación con 18 en la escuela privada. Pero Darghali no se arrepiente - especialmente ahora que ella se ahorra los $2,000 al mes que invertía en inscripciones en la escuela privada.

Rose dijo que el LAUSD podría traer de regreso a más familias a las escuelas públicas, siguiendo el método de Porter Ranch: altas expectativas, oportunidades para la participación y una estrecha comunicación entre los administradores, maestros y padres de familia.

“No están mirando al promedio; lo que están viendo es la forma de superar las expectativas para dar a nuestros hijos la mejor educación que se merecen”, dijo.

teresa.watanabe@latimes.com

Twitter: @TeresaWatanabe

Traducción Diana Cervantes

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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