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Da Vinci a la cocina, broma millonaria

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Una tomada de pelo épica en la literatura de la alimentación es el “Codex Romanoff. Notas de Cocina de Leonardo Da Vinci”. El texto se presentó a la prensa inglesa el 1 de abril de 1987, en el marco del April Fools’ Day, Poisson d’avril o Pesce d’aprile que, en algunos lugares del mundo, es una fecha asociada a las bromas.

Su impacto fue tal que se volvió un texto de culto en algunas escuelas culinarias. El libro recopila historias relacionadas con supuestos inventos culinarios del pintor y contempla también algunas “normas” de comportamiento en la mesa.

“Si hay un asesinato planeado para la comida, entonces lo más decoroso es que el asesino tome asiento junto a aquel que será el objeto de su arte. Que se sitúe a la izquierda o a la derecha de esta persona dependerá del método del asesino, pues de esta forma no interrumpirá tanto la conversación si la realización de este hecho se limita a una zona pequeña”, se lee en la famosa publicación.

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“Después de que el cadáver y las manchas de sangre hayan sido retirado por los servidores, es costumbre que el asesino también se retire de la mesa, pues su presencia en ocasiones puede perturbar las digestiones de las personas que se encuentran sentadas a su lado, y en este punto un buen anfitrión tendrá siempre un nuevo invitado, quien habrá esperado fuera, dispuesto a sentarse a la mesa en ese momento”.

El documento, en el que se redactan también “consejos útiles”, como no prender fuego a su vecino de mesa, fue tomado por algunos como referencia bibliográfica seria, hasta que el 7 de septiembre de 2011, el periodista y crítico gastronómico Carlos Capel reveló la mentira.

“El supuesto manuscrito original de Da Vinci, que se denominó ‘Codex Romanoff’, no está en el museo de l´Hermitage, como algunos piensan, ni en poder de los herederos del genio renacentista. No está porque no existe. Hablamos de un libro imaginado cuyo contenido es completamente falso”, declaró Capel.

“En el año 1998 yo dirigía la colección de gastronomía de la editorial ‘Temas de Hoy’, que acababa de iniciarse. De golpe, recibimos una copia de un título en inglés, ‘Leonardo’s Kitchen Notebooks’. Una obra que, al parecer, había tenido una magnífica acogida en Inglaterra. El libro -me dijeron- lo había escrito una pareja de historiadores, Shelagh y Jonathan Routh, sin otra intención que divertir a sus lectores”, explicó.

El libro se lanzó a la venta en español en 1999 y para 2011 ya había vendido 75 mil ejemplares.

“Como director solo retiré dos trampas de bulto que los autores habían introducido. Dos ingredientes como las alubias y el maíz, productos americanos que a principios del siglo 16 eran desconocidos en Europa. En cambio, respetamos los dibujos originales, como el de la máquina de pelar patatas, artefacto absurdo porque tampoco estos tubérculos habían llegado al puerto de Sevilla”, comentó sobre la edición del texto.

¡Ciudado con lo que lees hoy, inocente palomita! “El Codex Romanoff” es el mejor ejemplo de que las bromas ingeniosas pueden convertirse rápidamente en mentiras millonarias.

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