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Las 5 últimas predicciones de Hans Rosling, el profeta de la demografía

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Hans Rosling fue un profesor sueco que cambió radicalmente la manera de entender las estadísticas de la evolución poblacional.

En febrero murió de cáncer, pero hasta el final intentó modificar viejas percepciones con respecto a diferentes aspectos de la sociedad.

La organización de la que es cofundador y que se dedica a promover al desarrollo sostenible, Gapminder, continúa con su trabajo.

En su última entrevista con la BBC, se refirió a las cinco formas en las que los cambios poblacionales están definiendo al mundo.

1.- Los dormitorios son el motor de las economías

¿Por qué Goldman Sachs, bancos y similares me invitan a mí, un profesor de salud pública, a dar una charla sobre demografía?

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Porque en mi computadora puedo ver el crecimiento de la economía... antes que ellos.

En el pasado, el crecimiento económico era lo que impulsaba el aumento poblacional. Pero en la actualidad, lo que ocurre es lo contrario.

En mis análisis he visto que cuando aumenta la calidad de vida, disminuye la tasa de natalidad.

Y cuando en un país empiezan a aparecer familias con dos hijos, a continuación se produce un crecimiento económico. Es el caso en Vietnam y Tailandia.

El cambio viene. Así que si se quiere saber dónde invertir en África, se debe analizar la demografía.

Los gobiernos no pueden controlar los dormitorios. Son las habitaciones las que rigen el mundo.

Las mujeres que pertenecen al segmento con un mayor nivel educativo, que representa un 20% en países como Ghana, Tanzania y Etiopia, tienen entre dos y tres hijos.

En África hay una China emergente.

Si quieres una buena pensión cuando te retires, invierte parte de tu capital allí: es el continente en el que la economía crecerá con mayor rapidez.

2.- El impacto del crecimiento poblacional en África

En el continente se está registrando un aumento significativo de habitantes, pero hay una gran diferencia de un país a otro.

Ghana, Tanzania y Etiopia se destacan en el sector educativo y de salud.

Pero hay ejemplos trágicos en los que el nivel de riesgo es bastante elevado. Es el caso de Congo y la República Centroafricana.

Necesitan generar puestos de trabajo, cuando eso pase, los países se estabilizarán y sus economías se desarrollarán.

En este escenario, las familias serían más pequeñas.

Pero hay una vieja creencia acerca de que el exceso de población en África, asociado al elevado número de hijos que tienen las mujeres, tendrá un importante impacto ambiental.

Sin embargo, la causa del efecto perjudicial en el medio ambiente no sería el número de hijos, sino el crecimiento económico.

Al tener una mayor capacidad adquisitiva, hay más consumo, lo que querría decir que existirían muchos más refrigeradores consumiendo energía de los que habría si las familias siguieran siendo numerosas pero no hubiera prosperidad económica.

Por eso, tomar medidas para preservar el medio ambiente es urgente.

3.- La gente vive más

Las consecuencias de este escenario son dos: los trabajadores pagan más impuestos o trabajan por un período de tiempo más largo.

Fredrik Reinfeldt, quien fue primer ministro de Suecia entre 2006 y 2014, dijo que los suecos teníamos que trabajar hasta los 75 años.

No podíamos tener un período de tiempo de 10 años, entre los 65 y los 75 años, en el que la gente se dedicara a jugar golf.

Se trata de una oportunidad ante la cual los sistemas públicos y las concepciones tradicionales tienen que cambiar.

Muchas parejas jóvenes trabajan arduamente para mantener a sus hijos y desarrollarse profesionalmente.

Y es aquí donde los abuelos se incorporan a la ecuación.

El segmento poblacional de mayor edad puede contribuir de muchas formas a la sociedad.

Su aporte puede ser monetario, generando impuestos al trabajar por un mayor período de tiempo, o de otra naturaleza.

Es una novedad porque, en la actualidad, este grupo es más activo y saludable.

El momento de la vida en el que la persona experimenta problemas de salud ahora llega más tarde.

4.- Las mujeres en Asia tienen el control

En países asiáticos como Japón, Corea del Sur, Tailandia y China se están presentando similitudes increíbles.

En Singapur hay pánico porque las mujeres están teniendo un solo hijo.

Es lo mismo que ocurre en Taiwán, pese a que no hay ninguna restricción gubernamental con respecto al número de niños que puede tener una familia, como es el caso de China.

Entonces, ¿por qué no hay más bebés en esa parte del mundo?

Tuve la respuesta durante una cena en Hong Kong.

Durante una charla que di en un banco, terminé sentado al lado de una exitosa banquera. Tenía 37 años y me contó todo acerca de las tendencias financieras en Asia.

Al final de la noche le pregunté si tenía familia. Me dijo que no, que todo su tiempo lo dedicaba al trabajo. Insistí y le pregunté si le gustaría tener una familia.

“Sí. Pienso en tener hijos todos los días. Pero no soporto la idea de tener un esposo”.

Esa frase resume una tendencia en esa parte del mundo.

Las mujeres profesionales en Asia, que viven en países con distintas circunstancias políticas, han sido aceptadas en el mercado laboral.

Pero siguen estando limitadas por viejos valores que las responsabilizan por el cuidado de su esposo y sus suegros.

5.- ¿Podría la inmigración solucionar los problemas del mundo?

Mi mejor amigo, quien realizó su doctorado en Tanzania, estaba molesto porque un keniata que tenía muy buenas calificaciones había obtenido un puesto de trabajo que pudo haber sido para su hijo.

La inmigración ocurre a todo nivel. Los países africanos necesitan profesionales calificados, y por eso hay europeos que se mudan a África.

Por ejemplo, hay portugueses en Angola y Mozambique.

Entonces, personal altamente capacitado hace su trabajo en diferentes continentes. De la misma manera, quienes están en el extremo opuesto en el mercado laboral, buscan oportunidades.

Muchos con buen corazón y poca planificación creen que ciertos países europeos pueden solucionar los problemas del mundo acogiendo a personas de escasos recursos y refugiados.

Pero eso no va a funcionar. En vez de tratar de llegar a Europa realizando viajes peligrosos con organizaciones criminales, deberían mudarse con su familia.

Si logramos controlar la inmigración en el mundo, los beneficios serán para la persona que emigra y para su familia, para el país del que salieron y para el país que los recibe.

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