FOTOS: Santería en Cuba, negocio gracias al gobierno
Juliana Natividad Hernández enciende un cigarro frente a un altar en su tienda de objetos religiosos en La Habana, Cuba. Las tiendas especializadas en artículos religiosos, desde la santería hasta el catolicismo, abundan tras las reformas impulsadas por el gobierno.
(Ramon Espinosa / AP)
Una mujer acomoda un libro de Santería con Chango, el Rey de Fuego, junto a un libro de oración cristiana con Jesucristo en su tienda de artículos religiosos. Locales y casas se han convertido en tiendas llenas de objetos que se requieren en las ceremonias de santería.
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Un altar en una tienda de artículos religiosos en La Habana; los locales de productos de santería y catolicismo son de los más exitosos. En las primeras décadas de la revolución, la religión en Cuba fue, aunque no prohibida explícitamente, subestimada.
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Una tienda con productos católicos y de santería. El catolicismo era predominante en familias ricas que emigraron de Cuba mientras el proceso revolucionario se radicalizaba. La santería, en cambio, era común entre la población negra y mulata, pero para todos la devoción religiosa era un estigma.
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Una tienda de ropa de santeria en La Habana. A partir de la apertura religiosa de los años 90 la práctica de los cultos afrodescendientes -un sincretismo entre el catolicismo y las tradiciones traídas por los esclavos africanos- se extendió en toda la isla.
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Un 70% de la población cubana realiza algún tipo de práctica religiosa afrocubana, sea la santería propiamente dicha -Regla de Ocha-Ifá- o alguna de sus hermanas menos conocidas como la Regla de Palo Monte, la de Arará o los Abakuas. Un 10% es católico.
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La santa Dilma de las Mercedes espera a clientes junto a su altar religioso en La Habana. La santería se proyecta como una forma de influir en el presente de cada persona solucionando sus problemas con la ayuda de los Orishas -seres humanos deificados con sus defectos-.
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