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Guillermo del Toro emociona a la audiencia en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara

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Guillermo del Toro, acompañado de sus estatuillas, vino a su tierra a demostrar que sí se puede lograr con perseverancia lo que uno quiere.

En su discurso resaltó la palabra “evolución”, desde las heridas que deben evolucionar en el cine, y dijo que el acto evolutivo es belleza y misterio.

Entre el público estuvo Angélica Aragón, Damián Alcázar y el director Alfonso Arau, así como alumnos del Instituto de Ciencias, creadores de stop motion y personas involucradas en la industria del cine, quienes estuvieron desde las 10:00 horas esperando entrar.

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La emoción por verlo llegar esperó cinco minutos después de las 16:00. Aún con asientos vacíos, arrancó la primera Master Class. Cuando salió al escenario Del Toro, en jeans y playera de mangas largas gris, fue aplaudido de pie y entre los gritos se escuchó un “te amo”.

Durante la charla que dio Del Toro seguía llegando público, incluso se escucharon celulares en medio de la charla.

“Rara vez se discute el cine en términos plásticos”.

“El cine no es química, es alquimia es tomar elementos que transmutas y devuelves convertido en oro”, dijo el cineasta.

Las personas seguían entrando tras iniciar la charla, aún después de 10 minutos de compartir sus procesos y sus experiencias respecto a la película La Forma del Agua.

Recibió cuestionamientos de críticos como Leonardo García, pero las preguntas del público causaron mayor expectativa y Del Toro pidió que más tiempo para responderlas.

Una de las preguntas fue sobre la estructura del guión y los procesos de la película La Forma del Agua.

Cuando le avisaron que ya era la última pregunta, él pidió cinco más.

También dijo que Guadalajara era una “Ciudad bien pinche rara”, recordó el pavimento bicolor y los encantos culinarios, los desayunos de Santa Tere (que probó este sábado), las paletas Manhattan, los lonches de Leo, además de los churros La Bombilla y la nevería el Polo Norte, y dijo por eso está así (aludiendo a su físico).

Hasta el meme “porque soy mexicano” salió en la plática cuando una extranjera le preguntó sobre cómo crea los personajes.

Estudiantes del Instituto de Ciencias, lugar donde estudió el cineasta, se alborotaron para decirle que ha sido su inspiración y le pidieron un consejo para los emprendedores; otros asistentes le regalaron una playera que llevaron a su lugar, además de dos peluches.

“La mejor educación de cine es hacer cine con compañeros, ver cine”, reflexionó.

La Master Class estuvo envuelta en risas por decir cómo sacaba su ingenio de mexicano en sus procesos, las escasas fotos de su infancia en el que está vestido con botas, el “robarse” de un azulejo de piso tapatío y por su manera de expresarse con camaradería y palabras altisonantes.

Parte del público empezó a abuchear a un asistente al preguntar si apoyaría a los largometrajes de stop motion en proceso.

Pero Del Toro calmó y dijo que por eso estaba ahí sentado, por los jóvenes.

“El cine en la adversidad, te prepara, dijo. “Quiero ayudar en animación de stop motion”; anunció sobre una beca, pero no ahondó.

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