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Joaquín de Luz: “Hay un péndulo social muy grande con el movimiento Me Too”

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EFE

El bailarín español Joaquín De Luz, que dejó la danza de gran formato este domingo con el Ballet de la ciudad de Nueva York, dijo a Efe que la prestigiosa compañía en la que ha estado 15 años necesita un “reajuste” y que en EE.UU. hay un “péndulo social muy grande” a raíz del movimiento Me Too.

En declaraciones con motivo de su despedida, De Luz se refirió a la situación de la firma, descabezada desde enero, cuando el danés Peter Martins, director artístico desde 1989, se retiró entre denuncias de acoso sexual y abusos verbales y físicos que, tras dos meses de investigación interna, no fueron corroboradas.

“Todo va por ciclos y es tiempo de reajustes. A raíz de que Peter saliera, ha habido una cadena de acontecimientos un poco desafortunados. También hay un péndulo social muy grande aquí en EE.UU. con el MeToo, el movimiento”, afirmó el bailarín, una tendencia de la que cree que es consciente la asamblea de directores del NYCB.

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“Cuando el péndulo está muy alto, se tiende a compensar por todos los años de abuso, pasó también con el racismo en este país”, comentó el bailarín, quien apuntó que en ese contexto “a veces se cometen errores” y llamó a “tener cuidado” en el mundo del arte, “porque cuanto más lo impregnas de política, menos arte se hace”.

“Con Peter no tuvieron ninguna prueba, pero él se tuvo que despedir por la presión”, defendió sobre el coreógrafo ligado a la institución desde 1967, primero como bailarín y, tras dejar los escenarios, en 1983, asumiendo distintas funciones de dirección hasta convertirse en único responsable artístico.

De Luz señaló que en la danza “hay gente de mala sangre” y, poniendo como ejemplo que no todo el mundo puede conseguir un rol principal, criticó que “es fácil echarle la culpa a un director y decir que es homófobo, esto o lo otro”.

“Cualquier persona lo puede utilizar, y a ti te arruinan la carrera. Hace falta tener pruebas”, añadió De Luz.

El español declaró estar “a favor del inclusivismo y la igualdad, que todo el mundo tenga los mismos derechos, sea del color que sea, sea hombre o mujer”, pero matizó que el movimiento Me Too “se puede usar para bien y para mal, y a veces se cruza la línea”.

“Si las cosas estuvieran así cuando (George) Balanchine estaba vivo, nunca hubiéramos visto un ballet de él, porque lo habrían acusado de esto y lo otro. Hay un término medio”, abundó el bailarín español.

Asimismo, el artista afincado en EE.UU. desde hace 22 años consideró que cuando escucha hablar del mundo de la danza o de “lo que pasa en España”, en general, piensa que “nos hace falta mucho más Rafa Nadal”, ya que con los valores que representa “nos iría mucho mejor”.

“Veo que hay la costumbre nacional de quejarnos demasiado -apostilló-, hay mucha queja de políticos de un lado y otro. Falta rigor y falta humildad”, atributos con los que definió al tenista mallorquín, al que dijo admirar, junto a su “humanidad y generosidad”.

Con más de diez minutos de ovación, el público de Nueva York se despidió en un abarrotado Lincoln Center del bailarín español Joaquín De Luz, en lo que fue su retirada de la danza de gran formato con la New York City Ballet.

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