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Retrata Ingobernable la realidad de Tepito

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Aunque se trata de una ficción, la serie Ingobernable se metió a las entrañas del barrio de Tepito para representar el choque entre dos realidades de México: el pueblo y la clase política, esta ˙última encarnada por la pareja presidencial, Emilia Urquiza (Kate del Castillo) y Diego Nava (Erik Hayser).

En la serie que mañana llega a Netflix, Emilia es perseguida por un crimen que no cometió, así que se oculta en el corazón de la Ciudad de México, protegida por la familia de la niñera de sus hijos, Dolores (María del Carmen Farías), integrada por Canek (Alberto Guerra) y Chela (Aída López).

“Chela Lagos pertenece a un grupo real, que existe en Tepito, que se llama ‘Las siete cabronas de Tepito’. Son siete mujeres de alto poder, poder de acción, intelectual, de cambio en esta sociedad y en este microcosmos que es Tepito.

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“Estas siete mujeres hacen una labor para romper los estereotipos de los jóvenes y niños, tratan de educarlos de otra manera, de introducir en su crianza la literatura, la creatividad, el arte, para tratar de hacer seres distintos”, comentó López ayer en conferencia de prensa.

La producción contó con guías para enseñarles cómo moverse en la zona, así como el lenguaje no verbal de sus habitantes. Por lo tanto, aunque no es un retrato fiel, tampoco se caricaturizó.

“Tepito es un personaje más. Pero no sólo representa a Tepito, sino a una sociedad. En la familia Lagos y sus allegados encuentras una metáfora de lo que podría funcionar, es el México que puede darte a entender que es más fácil vencer unidos, aunque suene a un gran cliché. Representa a Juárez, Guerrero, muchas comunidades que pasan por lo mismo”, agregó Guerra.

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