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Ramón Ayala y sus Bravos del Norte estremecen el centro de Los Ángeles

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Hablar de la música norteña sin nombrar a Ramón Ayala es como hablar de salsa sin mencionar a Oscar D’ León, de merengue sin referirnos a Wilfrido Vargas.

A pesar de haber surgido innumerables exponentes de los ritmos norteños, el líder de Los Bravos del Norte es el referente por excelencia del género y la noche del sábado, en el escenario del Microsoft Theater de Los Ángeles, Ramón Ayala demostró el por qué nadie ha podido destronar al “Rey del Acordeón”.

Con una cargada dósis de buena música, don Ramón puso a vibrar a todo un recinto que un día antes había reunido a miles de seguidores de la música urbana con Nicky Jam y que este día estaba atiborrado de botas, sombreros y mucho tequila.

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Sí, de tequila, como el que el oriundo de la Colonia Argentina en la Ciudad de Monterrey, Nuevo León, estuvo promocionando desde la tarima para que la audiencia probara su propuesta “Tragos de amargo licor”, el mismo que un día hizo su lanzamiento en un casino de Las Vegas.

El concierto

Fue precisamente a las 8:20pm del sábado 30 de julio cuando las luces del escenario del LIVE LIVE se apagaron para recibir con aplausos al ídolo corpulento de los bigotes recios, quien llegaba a esta ciudad para celebrar sus 50 años de carrera artistica al lado de sus Bravos del Norte, quienes vestidos de

camisa amarilla y traje negro con diseño dorado y la tejana negra, encendieron la noche al ritmo de “La rama del mezquite”.

Los ánimos continuaron elevándose con la interpretación de “La vecinita”, un clásico de su repertorio que no puede faltar en sus bailes.

La noche también se prestó para una apuesta entre Ayala y uno de los locutores de la estación de radio La Que Buena 105.5 FM, la cual ganó el “Rey del Acordeón” al conocido comunicador radial, quien se hizo presente con una playera que llevaba un mensaje ofensivo contra Donald Trump, el candidato oficial del partido republicano a la presidencia de Estados Unidos que tanto ha ofendido a los inmigrantes mexicanos.

Al perder la apuesta, el llamado “Al 100 con chido”, tuvo que entonar un tema musical que lo dejó en ridículo, porque estaba muy claro que la cantada no era lo suyo.

La fiesta norteña continuó luego con temas como

“Qué casualidad” y “Que me entierren cantando”, antes de darle paso a su hijo Ramón Ayala Jr., con quién cantó a dúo el sencillo “Mi piquito de oro”.

Para sorpresa de muchos y la admiravión de otros, el joven músico demostró a la audiencia que tiene mucho talento y más aún cuando logró desencadenar ovaciones entre las chicas que querían subir al escenario a bailar con él.

Como buen caballero, el “junior” les correspondió con besos, aunque sí aclaró en tono de broma que en la primera fila se encontraba su esposa y que si seguían los piropos lo iban a “correr de la casa”.

Junior cantó con el apoyo del Mariachi Los Reyes y junto a su padre le rindió un

homenaje al fallecido Cornelio Reyna con los temas”Me caí de la nube que andaba” y “El Tenampa”.

El ambiente se mostraba muy alegre, la audiencia se mantenía de pie y las parejas de baile hacían sus mejores pasos en los pasillos del teatro, aunque de vez en cuando la gente de seguridad los mandaba a despejar el área de circulación.

A las 10:20pm Ramón daba por terminada su presentación con un popurrí que dejó satisfecha a su fanaticada, que al ritmo de “Mi golondrina, “Un rinconcito en el cielo”, “Un puño de tierra”, “Casas de madera” y “Chaparra mi amor”, lo despidieron con sonoros aplausos, una sonrisa y el tequila en la mano hasta una proxima oportunidad.

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