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Los latinos reciben sus premios en una ceremonia no televisada del Grammy que incluye críticas a Trump

Jesse y Joy durante su paso por la alfombra roja del Grammy; más adelante, ellos mismos recibieron un premio en el rubro de Mejor Álbum Latino de Pop.

Jesse y Joy durante su paso por la alfombra roja del Grammy; más adelante, ellos mismos recibieron un premio en el rubro de Mejor Álbum Latino de Pop.

(Marcus Yam / Los Angeles Times)
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Como es ya habitual, la mayoría de los premios otorgados por la Academia de la Grabación (cerca de 70) se entregan durante una ceremonia previa que se puede ver solo a través de grammy.com y que se transmitió el día de hoy desde las 12.30 hasta las 3.30 pm; pero su interés principal para nosotros radica en que este mismo evento, realizado en el Microsoft Theatre, a diferencia del televisado que se realiza en el Staples Center, es el que incluye a todas las categorías específicamente latinas.

El rubro latino que se decidió primero fue el de Mejor Álbum de Jazz Latino, asignado a Chucho Valdés por “Tribute to Irakere”; el celebrado pianista de 75 años subió al estrado con ayuda (“me falta el aire”, dijo al comenzar su discurso), pero terminó gritando con entusiasmo “¡increíble, increíble!” para celebrar el valioso logro.

En la sala de prensa, Valdés, quien se comunicó completamente en español, dijo que el premio era especialmente importante por el reconocimiento indirecto que le hacía a la connotada agrupación Irakere. Recordó su paso por la formación inicial del conjunto e insistió en que su propio proyecto tenía como meta “invitar a músicos muy jóvenes para darle un nueva vida a ese legado”, aunque “no habrá nunca algo como el Irakere original”.

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En realidad, las categorías más populares en lo que a nuestra comunidad respecta, que son cuatro, se entregaron un poco más adelante. La primera de ellas, Mejor Álbum Latino de Pop, terminó favoreciendo a “Un besito más”, de Jesse & Joy, quienes subieron al estrado para agradecer lo recibido.

“No quiero que se me haga una costumbre llorar”, dijo Joy, debido a lo que ha hecho en otras ceremonias; pero terminó de todos modos con la voz notoriamente quebrada al comentar que el disco habla de su padre fallecido. Sin embargo, lo más interesante llegó luego, cuando afirmó que tanto ella como su hermano se encuentran “orgullosos de ser mexicoamericanos” y le dedicó el triunfo a “todos los hispanos y las minorías que viven en este país; estamos con ustedes”.

En la sala de prensa, además de recordar que acababan de emprender un viaje maratónico desde Chile para poder asistir a la ceremonia, el dúo insistió en que ser un grupo comercial y esencialmente romántico no les impide tener una opinión concreta sobre asuntos relevantes.

“Estuvimos muy activos desde antes de la elecciones, invitando a los latinos a que se registraran para votar, y a pesar de que hacemos canciones de amor y de despecho, aprovechamos los tres minutos detrás del micrófono que se nos da [en esta clase de eventos] para tratar de hacer algo que llegue más allá de la música”, dijo Jesse ante una pregunta nuestra.

“Estamos siempre en el ojo público, y sentimos una responsabilidad como ciudadanos para poder decir lo que sentimos sobre lo que está pasando en este país”, comentó Joy. “Lo más importante que podemos hacer es mantenernos juntos, porque la unión hace la fuerza”.

Por su lado, el gramófono para Mejor Álbum de Rock Latino, Urbano o Alternativo terminó en las manos de “Ilevitable”, de iLe, una cantante que es todavía mucho más conocida con el apelativo de PG-13 debido a su participación en Calle 13. La muchacha no estuvo presente, por lo que no hubo nada que escuchar por ahí.

El Mejor Álbum de Música Regional para los votantes fue “Un azteca en el Azteca”, de Vicente Fernández, quien tampoco dio la cara; mientras que el Mejor Álbum Tropical Latino fue “¿Dónde están?” de Lugo & Guasábara Combo, quienes brillaron igualmente por su ausencia.

Hay que precisar que, fuera de las categorías señaladas, hubo al menos una participación evidentemente latina en este segmento: la de los legendarios artistas brasileros Caetano Veloso y Gilberto Gil, quienes compitieron en el apartado de Mejor Álbum de World Music por su trabajo “Dois Amigos, Um Século De Música: Multishow Live”, pero que tuvieron que cederle la estatuilla al también eminente Yo-Yo Ma y su “Sing Home”.

En lo que respecta a la música en vivo, el momento más esperado para los mexicanos era la presentación de Carla Morrison, quien interpretó su éxito “Un beso” con convicción y un enorme despliegue vocal; pero no lo hizo sola, sino en colaboración con Northern Cree, un grupo canadiense de percusión indígena que le dio un interesante giro rítmico a la interpretación, luego de presentar su propia ‘performance’ instrumental.

En visita de la pequeña turbulencia que despertó durante su discurso en el Latin Grammy, en el que llamó “cab... naranja” a Donald Trump, era de esperar que Morrison dijera algo semejante en esta ocasión; pero como no ganó el gramófono que podría haber ganado en la categoría de Mejor Álbum Alternativo, no estuvo en el podio ni acudió a la sala de prensa, aunque terminó la canción que le tocó con un elocuente grito de: “¡Viva México, señores!”

La anfitriona de la ‘Premiere’ fue Margaret Cho, quien además de lucir un peinado ‘afro’ intencionalmente excesivo, insinuó desde el comienzo que iba a haber comentarios políticos, los mismos que, en realidad, resultaron bastante discretos… a excepción del que ella misma lanzó casi al final, cuando soltó un “f… Donald Trump” de lo más directo.

Antes de ello, la comediante dio también en el blanco -y se burló de paso de otra academia- al comentar inmediatamente después del acto de Morrison que “nadie podrá decir nunca #GrammysSoWhite”.