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Los Fabulosos Cadillacs traen a Los Ángeles su insaciable fusión musical

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Ya han pasado varios meses desde la celebración de la edición más reciente del Latin Grammy, pero nosotros recordamos todavía con satisfacción el momento en el que la legendaria banda argentina Los Fabulosos Cadillacs se subió a la tarima de la T-Mobile Arena para romper la monotonía impuesta por los numerosos actos de reggaetón presentes con una contundente y hasta caótica sesión de rock.

Pero eso quiere decir que uno de sus fundadores y miembros principales, el bajista y compositor Flavio Cianciarulo, odie el ritmo de moda. “En lo personal, trato de no enojarme con ninguna tendencia musical, y a pesar de que soy un hombre grande, prefiero no refugiarme en la idea de que todo tiempo pasado fue mejor”, le dijo el artista a HOY Los Ángeles desde su casa en Mar del Plata, a través de una conexión telefónica.

“El rocanrol existe y existirá, al igual que la música en vivo; tengo muchos colegas que se quejan del estado actual de la música, pero yo vivo en mi propia fantasía”, agregó. “La observación que sí le haría a los organizadores del Latin Grammy, con todo respeto, es que le dieran un poco de espacios a otras vertientes; y no solo al rock, sino también a la canción popular de nuestros países, porque ponen un 99 por ciento de actos de reggaetón y un 1 por ciento de otras cosas”.

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No hay que olvidar tampoco que Los Fabulosos Cadillacs empezaron haciendo ska, un ritmo festivo y bailable que se originó en Jamaica, aunque poco a poco fueron dejando de lado ese estilo al incorporar elementos de distintos géneros y darle vida a una fusión totalmente original que, actualmente, se ve renovada con la inclusión de los jóvenes hijos de Cianciarulo y del vocalista Vicentico en la formación (lo que, entre otras cosas, hace que tengan dos bateristas en vivo).

De hecho, estos argentinos no visitaron el Latin Grammy simplemente para presentarse, sino que fueron ganadores de dos premios: el entregado a la Mejor Canción de Rock por su composición “La tormenta” y el otorgado al Mejor Álbum de Rock por su obra “La salvación de Solo y Juan”, una ambiciosa producción que tiene un tema central y que, además de incorporar diferentes estilos, recuerda por momentos a la agrupación de rock clásico The Who, es decir, una referencia que no se les había encontrado antes.

“No tenemos filtros ni barreras en ese sentido, por lo que mostrar un color nuevo en nuestra obra es algo normal para nosotros”, retomó Cianciarulo. “Lo que hemos hecho puede parecer pretencioso y hasta ofensivo ante la ‘chatura’ [limitación] musical que existe hoy, pero nosotros estamos muy felices con los resultados y con el hecho de que hayamos podido darnos este gran gusto a estas alturas de nuestra carrera”.

Lo interesante de “La salvación de Solo y Juan” es que las canciones funcionan también de manera individual, pese a que se trata de una obra conceptual. “Me gustaba la idea de no crear un disco completamente cerrado e instrumental, sino algo que funcionara también como una propuesta de pop, tal y como lo hacían los discos de Alan Parsons que escuché de chico”, detalló el bajista. “Si te das cuenta, ‘La tormenta’, ‘Juan’ y ‘El rey del swing’ funcionan perfectamente como sencillos para la radio”.

A diferencia de los rockeros que hacen letras atadas a la realidad sociopolítica, las de los Cadillacs en esta ocasión asumen un aire completamente ficticio, tomando como base la historia de dos hermanos pero evitando alusiones geográficas o temporales directas.

“Es un disco que no tiene ninguna atadura consciente con la realidad; de hecho, es una exaltación de la fantasía, tanto de la nuestra como la del oyente que quiera acompañarnos en esta aventura. Está lleno de simbologías y de metáforas”, comentó Cianciarulo.

En medio de lo señalado, los Cadillacs, que se presentan este viernes en el Microsoft Theatre de LA Live, llegan a los Estados Unidos en momentos especialmente complicados para la comunidad latina en vista de las políticas de Donald Trump. Pero ese es un tema que nuestro entrevistado trató de evitar.

“Prefiero no opinar de cosas que no he estudiado, y en este caso, carezco de los elementos necesarios para poder juzgar la situación”, enfatizó. “Sin embargo, espero y deseo que la gente esté bien, sea con el gobernante que sea”.

A fin de cuentas, él mismo defiende con firmeza la idea que se encuentra clara en el corte final de este disco, “La música salvará al mundo”. “Como decía el filósofo alemán [Friedrich] Nietzsche, la existencia del arte es esencial; y yo creo que es mejor aferrarse a la fantasía que a la realidad, aunque eso no signifique que haya que ser hueco ni estar desinformado”, concluyó el músico, quien también forma parte del supergrupo de metal De La Tierra al lado del baterista de Maná Alex González.

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