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La Cuca, Aterciopelados y NTVG destacan en un Üateke Fest marcado por los retrasos

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Ver a una multitud de jóvenes latinos participando efusivamente en un descomunal ‘slam’ a las 2 de la mañana de un viernes en el que muchos tenían sin duda que trabajar unas cuantas horas después fue un espectáculo aparte del que se desarrollaba en el escenario.

Y es que los admiradores de La Cuca, el poderoso grupo que se presentaba en esos momentos en el Belasco Theatre de Los Ángeles, son capaces de superar cualquier obstáculo con el fin de estar no solo presentes durante una de las ya memorables presentaciones de sus ídolos, sino de disfrutar la faena del mejor modo posible.

Pero el hecho fue también una muestra contundente del modo en que la edición del Üateke Rock Fest que se llevaba a cabo en nuestra ciudad se le había salido de las manos a sus organizadores, lo que se insinuaba ya desde el planteamiento de un cartel que incluía a ocho bandas en siete horas y que, según el horario difundido previamente, iba a tener intermedios imposibles de 15 minutos entre cada acto y, pese a ello, iba a terminar supuestamente a las 2 de la mañana, es decir, un horario absolutamente inusual para L.A. y altamente inconveniente para un día de semana.

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Cuca se retiró cerca de las 2.30 a.m. y no nos quedó otra opción que irnos a casa, lo que nos llevó a perdernos la actuación de El Haragán, un talentoso músico de blues y de rock urbano, que debe haber salido a la tarima después de las 3 de la mañana. De hecho, Cuca (que era el grupo favorito de muchos) tuvo que tocar prácticamente la mitad del set de 50 minutos que tenía planeado, lo que nos dejó con la miel en los labios, pese a que hicieron lo suyo de manera contundente mientras arremetían con temas tan rocanroleros y colindantes con el heavy como “Hijo del lechero”, “Arre Lulú”, “El son del dolor” y, por supuesto, la épica “Cara de pizza”, que se difundió por toda Latinoamérica a través de la MTV durante los años ‘90.

Escuchamos por ahí quejas relacionadas a que el retraso se debía a lo mucho que se demoró Aterciopelados -la agrupación anterior- en preparar su salida; pero lo cierto es que, ya en esos momentos, el retraso era de más de una hora y que, como profesionales con casi tres décadas de experiencia que son, los colombianos (que acaban de ser nominados a dos Latin Grammys) se encontraban en su derecho de seguir los lineamientos estipulados en su contrato, que debían incluir la implementación de una suerte de pared de aislamiento alrededor de la batería.

Estos requerimientos lograron que fueran los artistas con mejor sonido de la noche/madrugada de todos los que vimos y que ofrecieran un show impecable de la mano de sus fundadores, la encantadora vocalista Andrea Echeverri y el eficiente bajista Héctor Buitrago, quienes incluyeron en el repertorio clásicos tan evidentes como “Baracunatana”, “El estuche”, “Florecita rockera” y “Bolero falaz”.

No faltó en la partida “Dúo dinámico”, que habla de la prolongada relación entre ellos (antes de pareja, ahora de colaboradores) y que se encuentra desde este jueves en la nómina de la categoría de Mejor Canción Alternativa del citado Latin Grammy; sin embargo, entre los temas nuevos, el que despertó más entusiasmo fue “Piernas”, una creativa composición de amor propio y de inflexiones blueseras en el que se mencionan varias partes del cuerpo.

Durante su interpretación, hubo toda clase de gritos por parte del público, que adoraba realmente a la cantante, dueña de una gran presencia escénica y de un claro mensaje de empoderamiento femenino; pero el que más nos llamó la atención -pronunciado por una mujer- fue el que decía: “¡Andrea, unas chichis pa’ la banda!”

Los ‘atercios’ no fueron los únicos nominados al Latin Grammy sobre la tarima del Belasco. Horas antes, estuvo también allí No Te Va Gustar (NTVG), un combo uruguayo que ha venido ganando notoriedad en los Estados Unidos y que tiene ahora posibilidades en el apartado de Mejor Álbum de Rock.

NTVG practica un estilo normalmente apacible al que no le faltan los arranques rockeros, e introduce en su música elementos del candombe, el reggae y el ska, respaldados por una entusiasta sesión de vientos. Entre las piezas interpretadas figuraron “Chau”, “Verte reír”, “Fuera de control” y “No era cierto”.

Después de NTVG y antes de Aterciopelados, la tarima contó con la presencia de Enjambre, una banda que fue formada en Los Ángeles por inmigrantes de Fresnillo, Zacatecas, pero que alcanzó recién la fama al mudarse a la CDMX, desde donde se ha labrado una merecida reputación como una de las propuestas mexicanas más relevantes del rock alternativo.

Pese a que el sonido no lo ayudó del todo (los bajos estaban demasiado fuertes), Enjambre sedujo a la audiencia combinando un estilo vocal cercano al de los Caifanes con una tendencia que puede ser a veces muy pop, pero que se pone en otros momentos de lo más pesada y psicodélica, hasta el punto de generar grandes pasajes instrumentales que se veían realzados por los llamativos videos proyectados en una pantalla trasera. El listado de canciones incluyó a “Visita”, “Celeste”, “Dulce soledad” y “Tercer tipo”.

El Üateke Rock Fest tiene una fecha adicional: la que se llevará a cabo el día de hoy en el Embarcadero Marina Park de San Diego. En ese caso, el concierto empezará al mediodía, lo que resulta mucho más razonable en vista del ambicioso cartel, que es prácticamente igual al de L.A. Esperamos con sinceridad que le vaya muy bien por allá, porque la escena del rock en español necesita realmente de eventos de primer nivel para poder seguir a flote entre las grandes ligas.

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