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Gerardo Ortíz mantiene su fidelidad a los corridos pese a los problemas legales a los que se ha enfrentado

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Como ha sido ya costumbre en su carrera, la nueva producción de Gerardo Ortíz no se limita a un solo genero ni a un solo mensaje, lo que se hace más evidente que nunca en este caso, debido a que la obra, titulada “Comeré callado”, se lanzará a través de dos volúmenes.

Pero no cabe duda de que muchos estarán especialmente atentos a lo que respecta al área de los narcocorridos. Estos abundan en la primera parte de la producción, que será lanzada este viernes y que, además de orientarse a la escuela sierreña y norteña, incluye títulos como “El “El #09”, “Palma Salazar” y “El regreso del JT”, que aluden de manera evidente a personajes reales vinculados al mundo del narcotráfico.

Eso quiere decir que Ortíz, que a pesar de tener solo 27 años cuenta con una larga trayectoria, no ha dejado de lado su intención de insistir en las historias de esta clase, incluso cuando el año pasado se metió en líos con las autoridades mexicanas debido a un cargo por supuesta apología del delito al que sumaron acusaciones de que el videoclip materia del problema, dedicado a la canción “Fuiste mía”, había sido filmado en la antigua residencia de una personaje vinculado al mundo delictivo.

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“Mis corridos siempre han tenido esa fama de dar un poco de polémica, pero la música [que contienen] ha sido muy aceptada; han funcionado muy bien en el medio americano”, nos dijo el cantante y compositor nacido en el Sur de California y radicado actualmente en Los Ángeles, pero crecido en Culiacán, Sinaloa. “Además, no he tenido ningún problema relacionado a los personajes o a las letras”.

De hecho, las acusaciones específicas en su contra no se debieron a lo que decía la canción involucrada, que era de desamor, sino a las imágenes del video, en las que el mismo Ortiz hacía el papel de un sujeto que, tras descubrir la traición de su mujer, mataba de un balazo en la cabeza al amante, secuestraba a la muchacha y, después de liquidarla, quemaba el auto en el que la colocaba.

“No sé de qué manera lo tomaron ellos [los demandantes], por lo que me resulta difícil opinar sobre lo que pensaron; pero yo de todos ofrecí mis disculpas, para que sepan que no lo hice con esa intención [de incentivar la violencia de género]”, explicó el artista.

“Probablemente tuvieron dificultades para ver la distancia entre la realidad y la ficción, y tomando en cuenta que esta era una canción romántica, ¿dónde estuvo el problema? ¿Quiere eso decir que voy a hacer una cumbia y va a tener igualmente problemas?”, agregó. “Se le tiene que dar respeto a la música, que también es arte”.

Pese que no contamos con información precisa sobre el desenvolvimiento del caso legal, Ortíz nos dijo que este era “cosa del pasado”. “Ya quedó atrás, y ahora estamos dedicados a esta nueva producción”, enfatizó. Cuando le preguntamos específicamente si se había cerrado, nos respondió: “Ya se solucionó, gracias a Dios”.

Sea como sea, el tema de los corridos sí le causa actualmente algunas complicaciones laborales, como pasó hace unos días con la decisión hecha por el Ayuntamiento de Tijuana para prohibir la participación de Ortíz y de Los Tucanes de Tijuana en el evento Palenque 2017, programado para los meses de agosto y septiembre de este año.

“Está mal que el público esté esperando para ver a su artista favorito y que cuando llegue el día no pueda hacerlo”, retomó nuestro entrevistado. “Hay que ser más cuidadosos a la hora de tomar ese tipo de decisiones, porque nosotros nomás llevamos alegría al pueblo; no llevamos ofensas ni les decimos que agredan a nadie”.

Recientemente entrevistamos a Los Cuates de Sinaloa, un grupo radicado en Phoenix, Arizona, que ha despertado también controversia por sus narcocorridos de letras directas, pero sobre todo por las entrevistas en las que sus integrantes han contado su participación en ‘narcofiestas’.

Cuando le pedimos su opinión sobre esta circunstancia, Ortíz tuvo una respuesta medida. “Es la forma que tienen de caminar en su carrera; no estoy muy informado de lo que han estado diciendo, pero sí los sigo y me gusta su rollo”, nos respondió.

Sin embargo, como ya lo señalamos, “Comeré callado Vol. 1” no tiene solo corridos, sino también composiciones románticas, como es el caso de “¿Para qué lastimarme?”, una emotiva balada que se lanzó recientemente como sencillo.

El hecho de que las piezas de este disco que van por ese lado se inclinen hacia el lado del desamor no quiere decir necesariamente que Ortiz (que sigue soltero) la esté pasando mal en esos terrenos, ni que sus letras hablen de vivencias propias.

“No me va mal con el corazón; al contrario, estamos contentos, llenos de amor y bendecidos con todo lo que está sucediendo”, dijo. “Las canciones de amor tienen un gran impacto; pueden salir cursis o románticas, pero las ‘cortavenas’ son las que llegan a corazón de todos, ya sean mujeres, hombres, jóvenes o adultos, y es por eso que las sigo haciendo”.

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