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Angel NG canta en varios estilos, pero es también un ejemplo de superación para los latinos

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Se llama en realidad Angie Villela, pero su nombre artístico es Angel NG; y aunque el apelativo puede llevar a imaginar que es una artista de pop o de rap, lo cierto es que esta muchachita mexicoamericana de solo 14 años ha venido llamando la atención por sus habilidades en géneros musicales muy distintos.

Se trata del canto operático y de las rancheras, dos estilos que ha interpretado muchas veces de forma separada en prestigioso auditorios con la compañía de instrumentistas de nivel y que ahora mismo se encuentra fusionando, lo que le resulta posible debido a la impresionante calidad de su voz y su posibilidad de adaptación.

Angel, que nació en la ciudad de Los Ángeles, empezó a practicar la música inspirada por su hermano mayor, que estaba aprendiendo a tocar el violín y que le había prohibido que lo usara. “Pero cuando él salía de la casa, iba a su cuarto y lo usaba, de puro oído, hasta un día en que mi mamá me escuchó y, aunque pensé que me iba a regañar, decidí ponerme en clases”, recordó la niña durante una visita a la redacción de HOY, a la que llegó al lado de su madre Reyna y de su padre Jorge.

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“El problema es que para estudiar en un conservatorio hay que tener mucho dinero y no estábamos bien económicamente, por lo que encontramos una escuela donde me daban clases de violín para hacer canciones latinas”, siguió Angel. “Pero luego de ver al Mariachi Monumental de América en Plaza de la Raza, me interesó mucho el canto; como no hablaba bien el español, empecé a estudiar y estudiar por cinco meses, y luego de eso recibí una invitación del mismo mariachi para cantar en el Ford Amphitheatre”.

El tema que debía interpretar, “Caminos de Michoacán”, era muy difícil para ella debido a los enredos de su letra en español, pero Angel se las ingenió para aprenderlo en un día, y al abandonar el escenario, hubo ya voces que la definieron como “Lolita Beltrán”, en alusión a la legendaria cantante mexicana.

En vista de los buenos resultados, decidió estudiar canto para poder hacerlo profesionalmente; nuevamente, la falta de dinero fue un problema, pero del mismo modo, ella encontró la manera de solucionarlo. “Usé la internet para aprender el idioma italiano y poder postular al conservatorio de la escuela Colburn”, dijo ella. “Nunca había cantado ópera, pero de todos modos me animé, pese a que la competencia por una sola beca era muy dura, porque estamos hablando de 600 estudiantes de diferentes países”.

De eso modo, acudió a la audición sin ninguna expectativa; cantó una pieza en italiano y otra en alemán, y como la interrumpieron de pronto para decirle que era suficiente, pensó que no les había gustado su labor; pero una semana después, era aceptada por la institución, en la que toma actualmente clases prácticas y teóricas de primer nivel.

Pero eso no es todo lo que hace más allá de sus presentaciones, porque asiste de lunes a viernes a una escuela ‘magnet’ enfocada en las artes y ha tomado un programa más avanzado para graduarse antes del tiempo reglamentario.

“Siempre le echamos ganas; cuando mi papa perdió uno de sus trabajos -porque tenía dos-, empezamos a buscar oportunidades por otro lado”, retomó la soprano. “Dicen que un artista nace de una familia de dinero, pero yo creo que es que más por el esfuerzo y el trabajo que le pones”.

Su madre está completamente de acuerdo. “Mi hija se levanta a las 5 de la mañana para tomar el bus a las 6 y llegar a la escuela en Verdugo; cuando sale, hace las tareas en el bus, llega a la casa y se come el almuerzo en el carro para poder llegar a tiempo al conservatorio”, precisó la señora oriunda de Mazatlán, Sinaloa.

Otro detalle interesante que, a pesar de cometer algunos errores al hablar español, Angel maneja con mucha corrección nuestra lengua. “Me siento orgullosa de ser de la raza cobriza; tengo amigos que no hablan español a pesar de tener padres mexicanos, y yo digo que la tradición se debe pasar de generación en generación”, afirmó.

A pesar de vivir en un territorio tan liberal como lo es el Sur de California, la muchacha ha sentido en carne propia lo que es ser distinta. “No me daba cuenta antes, pero ahora sé que crecí teniendo muchas menos amistades que las niñas con ojos azules y pelo rubio del conservatorio”, recordó nuestra entrevistada. “Y ahí mismo me he encontrado con señoras que me han dicho que sus hija llevan años de años estudiando en escuelas privadas y no han obtenido una beca. ‘¿Por qué tú sí?’, me preguntan”.

“Hay gente que cree que ella obtuvo la beca porque es hindú, española o del Medio Oriente”, agregó el padre de Angel, que es técnico en un laboratorio médico y nació en Tepic, Nayarit. “Hay todavía muchos que creen que los latinos no podemos progresar y que nos dedicamos a una sola cosa”.

Con todo lo dicho, está claro que esta chica se encuentra lejos de responder al molde de “violadores y ladrones” que difundió Donald Trump para referirse a los inmigrantes mexicanos. “No me gusta meterme en política ni en religión, pero en mi corazón sí siento mucha rabia y mucha tristeza por lo que está pasando en la política”, retomó ella. “Solo espero que ese señor abra su corazón y le dé oportunidades a nuestra comunidad, porque ahora mismo hay muchas protestas, muchas marchas para que no se quede como nuestro líder, debido en parte a los cometarios negativos que ha hecho sobre nosotros, cuando somos los más luchadores”.

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