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Los Premios Especiales de la Academia Latina de la Grabación reconocieron a varias leyendas vivientes

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Como lo dijo al principio del evento Gabriel Abaroa, presidente de la Academia Latina de la Grabación (la organización encargada del Latin Grammy), la ceremonia de entrega de los Premios Especiales que se llevó a cabo esta mañana en el hotel Four Seasons de Las Vegas, y que se ha realizado ya durante 14 años, es un reconocimiento a esas “leyendas vivas” que han abierto camino para las nuevas generaciones, pero que pasan a veces desapercibidas en tiempos tan veloces como los que vivimos.

En ese sentido, el primer segmento, en el que Abaroa contó con la colaboración de la cantante costarricense Debi Nova en el área de la animación, fue el más llamativo, porque le correspondió a la Excelencia Musical, un área destinada a celebrar a los rostros más visibles de este negocio.

Por ese lado, lo más emocionante se produjo en el momento dedicado a Lucecita Benítez, emblemática representante boricua de la Nueva Ola y la Nueva Trova; y eso se dio desde el momento de la presentación misma, cuando la compatriota de la homenajeada, Olga Tañón, sintió que se le quebraba la voz al hablar no solo de una mujer que ha sido su “guía en lo que respecta a la voz potente”, sino también al recordar “el dolor y el sufrimiento“ que atraviesa su país tras el devastador paso del huracán María.

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Benítez, que tiene 75 años, aceptó lo recibido “con orgullo y mucha humildad”, y le dedicó el logro “al país que más sufre y a las personas que siguen trabajando para levantarlo”. “Estoy aquí con el corazón partido”, afirmó al final la señora, dejando en claro la emoción agridulce que le provocaba el histórico instante.

Pero los aplausos mayores de la audiencia fueron para Ilan Chester, un cantante venezolano perteneciente a la misma camada ochentera de Ricardo Montaner y Franco de Vita, quien en consonancia con la filiación Hare Krishna que ha tenido por décadas, dio un discurso en el que evitó aludir directamente a la situación política de su país adoptivo (nació en Israel), pero que le sirvió en cambio para hablar de valores perdidos, del costo de vidas a causa de las constantes guerras y de las masivas muertes de animales a causa de las demandas de la industria alimenticia.

El tono social se hizo más evidente cuando llegó el turno del galardón para el cantautor argentino Víctor Heredia, quien luego de ser presentado por el rockero Andrés Calamaro, invocó a Atahualpa Yupanqui para ofrecer un mensaje en el que recordó los estragos de la dictadura militar y reivindicó su compromiso con “los pueblos que luchan”, incluyendo a los indígenas de América Latina, mientras mencionaba a las Madres de Mayo y a otras instituciones relacionadas al complicado tema de los desaparecidos.

Fuera del guitarrista João Bosco, un exponente del movimiento de la Música Popular Brasileña cuyo agradecimiento se produjo en portugués (aunque él mismo tradujo su importante frase de cierre, “Creo que la música nos va a salvar”), también fueron reconocidos Antonio Romero Monge y Rafael Ruíz Perdigones, es decir, los integrantes de Los Del Río, el dúo sevillano creador del impresionante éxito mundial “Macarena”.

Ellos mismos recordaron que cuando lanzaron la primera versión de este tema tenían más de 30 años de carrera, porque se unieron a los 14 años de edad con el fin de ayudar “a unas familias humildes y trabajadoras que estaban atravesando un momento difícil”.

“La sencillez es la que te lleva a todos los lugares del mundo”, dijo Romero, para hablar luego de unos 55 años de carrera que no les han permitido aprender “ni inglés, ni francés ni portugués” debido al incesante trabajo que han tenido que cumplir. Y como si alguien le hubiera preguntado por la situación de Cataluña, el cantante proclamó que “España ha sido siempre lo mejor del mundo, y lo sigue siento”.

En lo que respecta a la comunidad mexicana, el momento de celebración se produjo ante la distinción entregada a Guadalupe Pineda, quien lleva más de cuatro décadas en este rubro del entretenimiento y que, además de todo, fue presentada por su primo Pepe Aguilar, quien le agradeció “su integridad artística, porque hay muchos que se van simplemente por el lado comercial, por el del negocio”.

Pineda, que se ha distinguido por cantar boleros pero interpreta en realidad muchos géneros en distintos idiomas, afirmó que “la música es el lenguaje universal que une a los pueblos y derrumba muros, porque los muros caen”, en una velada alusión a los planes de cierto mandatario estadounidense; y concluyó su parte saludando con efusividad a “la tierra de José Alfredo Jiménez, que es la que me ha dado todo”.

También estuvo por ahí Cuco Valoy, un artista dominicano de música afroantillana que comentó que este ha sido “un camino largo, pero de mucha gloria a lo largo de seis décadas, porque un músico no termina nunca”. Tras decir con sentido del humor que su país “está de fiesta porque se reconoce el trabajo de uno de sus hijos más queridos”, Valoy reconoció que cada vez que veía el Latin Grammy “me quedaba celoso porque pensaba que me iban a dejar morir sin darme nada”. Para terminar, el vocalista de 80 años invitó a la tarima a su hijo Ramón Orlando, quien ha compuesto muchas de sus canciones.

La parte menos llamativa del evento se dio al llegar la etapa de los Premios del Consejo Directivo, dedicados a profesionales de la industria que no han dado la cara como artistas y que, por lo tanto, son muchos menos populares que los que sí lo hacen.

Ese fue especialmente el caso de Jon Fausty, un ingeniero de sonido que ha trabajado con grandes estrellas de la salsa como Willie Colón, Los Van Van y Eddie Palmieri, pero que al ser anglosajón, se comunicó únicamente en inglés para ofrecer un brevísimo discurso; y aunque el premiado final, Lalo Schifrin, que nació en Argentina, es mucho más célebre (compuso la música original de “Mission Impossible”, entre otros grandes méritos), su estado de salud le impidió estar presente, aunque mandó un mensaje en video donde se notó su fragilidad actual, pero también sus ganas de reconocer el premio y a “los latinos que vinimos de tierras que ayudaron a desarrollar nuestro arte”.

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