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Para este artista gay y latino, ser bailarín de Madonna fue una tabla de salvación

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Veintisiete años después de haberse integrado a lo que era entonces el nuevo grupo de danza de la superestrella del pop Madonna, José Gutiérrez sigue hablando de ese momento; pero ahora tiene una buena excusa para hacerlo, porque tanto él como los otros miembros del conjunto acaban de convertirse en protagonistas de “Strike a Pose”, un llamativo documental que se transmite actualmente por Logo.

En 1990, Madonna reclutó a siete bailarines muy jóvenes que nunca habían trabajado con ella para la gira ‘Blonde Ambition’, que fue muy polémica debido a las innumerables escenas de provocación erótica que aparecían durante los conciertos y que, poco después, alcanzó todavía más notoriedad debido al documental “Truth or Dare” (1991), en el que dos de los bailarines aparecían besándose, porque la mayoría de ellos eran homosexuales.

“Yo fui elegido personalmente por ella, luego de una audición de 5 mil o 6 mil personas que se hizo entre Los Ángeles y Nueva York”, le dijo a HOY Gutiérrez desde su ciudad natal, la de los rascacielos. “En ese momento tenía un dúo con otro muchacho latino, Luis Camacho, de origen puertorriqueño, y él fue también integrado al grupo”.

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Nuestro entrevistado recuerda que conoció a la intérprete de “Like a Virgin” en una discoteca, y que ella sabía ya de sus méritos en la práctica del ‘vogue’, una danza que era muy popular en esa época y que según este bailarín fue creada por la comunidad gay como una forma de expresión distintiva durante los tiempos de la música ‘disco’. Más adelante, la misma Madonna le rendiría tributo al estilo con una canción que se llamaba justamente “Vogue”.

No es un secreto para nadie que, a pesar de ser heterosexual, Madonna se ha encontrado siempre muy cerca de la comunidad homosexual. “Lo que pasa es que sus mejores maestros fueron gays, sus mejores amigos fueron gays y su hermano es gay”, retomó Gutiérrez. “Ella estuvo del lado de nosotros desde el principio”.

En medio de la discordia

Las consecuencias de la histórica gira no fueron del todo positivas, incluso si se piensa de manera progresista, porque como lo muestra “Strike a Pose”, en 1992, tres de estos bailarines hicieron un juicio contra la cantante acusándola de ‘invasión de privacidad’ por las imágenes mostradas en “Truth or Dare”. Pero ese es un tema del que Gutiérrez se siente desvinculado.

“Yo no la demandé; trabajar con ella me ha traído muchas cosas buenas hasta el día de hoy, y sigo estando agradecido por eso”, explicó. “Mi experiencia fue totalmente diferente a la de los chicos que presentaron ese caso; uno de ellos tenía todavía problemas con su sexualidad y no le gustó aparecer ante la cámara en la escena del beso, y parece que los otros no sabían que los estaban filmando. Pero siento que, pasara lo que pasara después, ella nos dio una oportunidad enorme”.

En una escena particularmente emotiva de “Strike a Pose”, la madre dominicana de Gutiérrez le reclama por haber dejado de trabajar con Madonna y por no haber sido capaz de comprarle una casa, ya que si bien este bailarín se mantiene activo y está lejos de vivir en la miseria, no goza de la fortuna que podría haber logrado en otras condiciones.

Pero el filme deja también en claro que, en medio de todas las lágrimas que derrama al ser retratado, Gutiérrez no sufrió tanto como otros de sus compañeros, que cayeron en las garras del alcohol y de las drogas; uno de ellos llegó incluso a morir a causa del sida.

“Yo he sufrido mis cosas, como le pasa a cualquiera, pero gracias a Dios me ha ido muy bien si me comparo con toda la gente que se ha perdido a causa de la enfermedad”, retomó el artista. “Hubo un tiempo en el que no me dediqué a mi carrera debido a razones personales, a asuntos del amor, pero no me quejo de nada, porque todo lo que hice fue porque quise hacerlo”.

Y es que, a diferencia de varios integrantes de ese grupo, Gutiérrez asegura no haber sufrido demasiado de la discriminación pese a su identidad sexual y a provenir de una comunidad como la latina, que puede ser a veces de lo más conservadora.

“Mis padres siempre me apoyaron pese a que yo era muy diferente a los demás, y mi mamá sigue siendo mi reina”, manifestó. “Ha sido un tipo de relación que muchos no tienen, y estoy consciente de que eso me ayudó mucho en mi carrera y en poder estar todavía en este mundo el día de hoy”.

De todos modos, su presencia en el ‘tour’ del ’90 y en el posterior documental han hecho que muchos latinos homosexuales le escriban de forma constante, lo que es un honor para él pero, a la vez, una consecuencia nunca buscada.

“Me encanta que me manden tantos emails y tantos mensajes en las redes sociales, pero no puedo decir que mis intenciones fueron generar un impacto en otras personas con mi arte y mi forma de ser; para mí, todo se dio de manera espontánea”, aseguró.

Una opción más visible

En estos días, se ha hablado mucho de la relevancia que ha cobrado la comunidad gay en el mundo hollywoodense debido a la presencia de dos personajes específicos en las películas “The Beauty and the Beast” y “Power Rangers”; pero Gutiérrez no encuentra demasiadas novedades por ese lado.

“La gente se está dando recién cuenta, pero creo que es algo que se ha dado siempre”, razonó. “En ‘Wizard of Oz’, el león era gay; en los musicales de Broadway siempre ha habido personajes gay; y en esa pareja de mejores amigos de ‘Sesame Street’, uno de ellos es gay”.

A pesar de que Gutiérrez no tuvo problema alguno con Madonna y de que siguió trabajando con ella por un tiempo después de la gira citada, no la ha visto en muchos años. “Me gustaría reencontrarme con ella, ahora que soy más maduro y que ha pasado el tiempo”, admitió. “Y creo que a ella le gustaría también verme”.

“Quizá este documental lo logre, quizá no; tampoco puedo decir que voy a salir a buscarla”, agregó. “Puede ser que, cuando se de, se abra la tierra y nos trague a los dos”.

Sea como sea, él mismo se mantiene a cargo de su compañía Xtravanganza, y no tiene planes de retiro a la vista. “La carrera del artista a veces es muy corta, y es por eso que considero que es una bendición poder seguir haciendo no solo las coreografías, sino también bailando en este punto de mi vida”, concluyó. “No puedo negar que me estoy poniendo viejo, pero sigo adelante”.

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