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Rosana se desprende de complejos, defiende a la Humanidad y simpatiza con el reggaetón

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Hace unos días, Rosa (nacida con el apellido Arbelo) concluyó la primera parte de una gira estadounidense que la llevó a visitar muchas ciudades en las que no había estado anteriormente, aunque no dejó de lado a Los Ángeles, donde cuenta con muchos seguidores.

Sea como sea, se trata de su recorrido más provechoso hasta el momento por las tierras del Tío Sam, donde no goza todavía de la enorme fama que tiene no solo en su España de origen, sino también en muchas otras regiones, como lo demuestra el hecho de que sus producciones se han lanzado en más de 30 naciones distintas.

“Me he llevado una gran sorpresa, porque cada vez visitamos más lugares [en este país] y cada vez encontramos en ellos a más gente que no solamente habla nuestro idioma, sino que es también americana”, nos dijo la solicitada cantautora durante una entrevista telefónica desde Madrid. “He tenido experiencias que han sido fáciles de sentir, pero difíciles de explicar con palabras, y que me han demostrado nuevamente que la música traspasa los idiomas”.

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La artista oriunda de las Islas Canarias llegó por aquí con un nuevo disco bajo el brazo, “En la memoria de la piel”, que fue considerado por la revista Billboard como uno de los 10 mejores álbumes en español del 2016, y cuyo tema principal tiene un video en YouTube que es presentado por un texto en el que se afirma: “El verdadero poder de la música, el arte y el ser humano radica en romper barreras, muros, fronteras y miedos”.

El mismo clip muestra imágenes de personas de distintas razas que aparecen caminando en un terreno desolado y que parecen una alusión no del todo indirecta al drama de los inmigrantes, lo que resulta interesante en vista de que las letras de esta española nunca han sido evidentemente sociales ni políticas.

“Cualquier cosa que hable de las emociones del ser humano está hablando de convertir al mundo en un espacio distinto, porque quien es capaz de meterse en un desierto es capaz de lograr lo que se considera imposible”, nos aseguró ella.

“Cuando hablo de amor, no solamente estoy hablando del amor de pareja o del que se siente por los amigos, sino también de una filosofía de vida, de tratar de que el planeta funcione de otra manera, de la conciencia de que los seres humanos tenemos más cosas que nos unen de las que nos separan”, agregó. “Creo en la bondad esencial de los seres humanos”.

Rosana sabe que hay mucho odio en el mundo actual, así como toda clase de rechazos hacia los que son diferentes o vienen de lugares distantes. “Es frustrante saber que estamos en el siglo 21, donde hablamos de evolución, pero que hay todavía lugares en los que pareciera que se está en contra de las personas”, precisó. “Para mí, no hay que hacerle al otro no lo que no quieres que te hagan; es una idea muy sencilla, pero muy sólida”.

En su nueva canción “Con una hora menos”, ella misma pregona la necesidad de ser feliz, es decir, una característica que se ha encontrado siempre en su música y en su personalidad. “No me gusta la pena”, admitió. “Pero eso tiene que ver también con una forma de ser, con un código genético; ver las cosas de manera más positiva que negativa es algo con lo que se nace, al menos de manera parcial”.

Desde su portada misma, y pasando por algunos de sus videos, “En la memoria de la piel” usa imágenes de niños como representación de la esperanza en un futuro mejor. “Es que el mundo no es solamente de los que estamos en él; hay que pensar en los que vienen, aunque nos cueste hacerlo porque andamos muy ocupados con nuestros propios problemas”, nos dijo la vocalista, que ha mantenido siempre su vida privada en el más estricto de los secretos, por lo que no se sabe con quién anda en sus ratos libres ni lo que hace en la intimidad.

Musicalmente, tal y como ha pasado en la carrera de esta artista, el disco es muy diverso, ya que incluye tanto temas delicados como arranques guitarreros y hasta algo de blues. En ese sentido, nos animamos a preguntarle si haría algo reggaetonero, en vista de las críticas que recibe ese género.

“Soy una persona que tiene seguramente muchos complejos, pero el musical no es uno de ellos”, nos respondió. “Por ese lado, expreso lo que siento de manera completamente libre y a corazón desabrochado. Si una canción se pasea por el rock, la convierto en rock; si se pasea por el pop, la convierto en pop; y si se paseara por el reggaetón, la convertiría en reggaetón, aunque no lo haría porque se trate de algo de moda”.

“No me comprometo con las reglas, porque no existen para mí”, enfatizó. “La música es como el aire, que existe para todos; a veces se hace viento y a veces se hace brisa. Así como no puedo meter al aire en una caja, no puedo hacerlo con la música. Cada canción requiere de su propio paisaje sonoro”.

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