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El metal mexicano y el metal latino de L.A. se unen contra viento y marea en un gran concierto de hermandad

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No todos los latinos relativamente jóvenes que viven en el Sur de California escuchan música regional, reggaetón o pop, y eso es algo que queda muy claro cuando se ve a los incontables greñudos que andan por las calles de Los Ángeles y que llevan camisetas con diseños de bandas del género, muchas de ellas pertenecientes a naciones latinoamericanas.

“Todo es Metal”, el ambicioso evento de RBM (Redbull Music Academy) que se realizará este sábado desde las 2 p.m. hasta la medianoche en Los Angeles Theatre (615 S. Broadway, Los Angeles, CA 90014), pretende reforzar esos vínculos al recurrir a un amplio cartel que incluye tanto a bandas aztecas (Transmetal, Disgorge, Thanalogy y más) como a grupos locales de filiación hispana (Terrorizer LA, Sadistic Intent, Volahn y más), con el fin de trazar una conexión que no resulta siempre evidente.

Como era de esperarse, el acto central de la noche será Transmetal, un quinteto michoacano de fama internacional que acaba de cumplir 30 años de carrera, y que en “las buenas épocas” de la MTV (es decir, cuando la televisora se dedicaba principalmente a difundir videoclips) fue ampliamente difundido por dicho canal, lo que le permitió llegar a territorios insospechados.

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Por ese lado, Transmetal -que se inició tocando thrash metal, pero que ha alterado su estilo con el paso del tiempo- ha visitado numerosas veces este país, sobre todo las ciudades de L.A., Chicago y Nueva York, lo que no quiere decir que tenga el camino asegurado por aquí, como lo demuestra ahora mismo el inesperado hecho de que dos de sus integrantes principales (el guitarrista Juan Partida y el bajista Lorenzo Partida) no lograron llegar a este rincón del planeta debido a que se les negaron las visas necesarias.

“La entrada a los Estados Unidos se está poniendo cada vez más complicada, por cuestiones de criterio que desconocemos; pero vamos a dar de todos modos lo mejor de nosotros con un bajista invitado, y vamos a dedicarle la presentación a mis hermanos, que no pudieran entrar”, le dijo el baterista Javier Partida a HOY Los Ángeles, apenas llegado al hotel en el que se alojará al lado del cantante Sergio Burgos y del guitarrista Arturo Cabrera, los miembros más nuevos de la agrupación.

Javier, que fundó Transmetal al lado de Juan y de Lorenzo en 1987, recuerda que el combo ha tocado en cerca de 5 mil conciertos y ha hecho unas 40 grabaciones, además de atravesar numerosos cambios de integrantes (sobre todo en el plano de los vocalistas) y de haberse sometido a veces a críticas severas por sus cambios de estilo, por lo que este es un impase que lograrán superar. “La mejor prueba de ello es que, en medio de las adversidades, no hemos parado en tres décadas”, precisó el músico.

Para él, es gratificante poder presentarse este fin de semana en un evento que los tendrá tanto al lado de agrupaciones mexicanas como locales, aunque espera también ver a asistentes anglosajones, lo que no sería descabellado en vista de que Transmetal ha participado en festivales tan reputados como el Milwaukee Metal Fest y el November to Dismember y ha grabado al menos dos versiones completas de sus álbumes en inglés, incluyendo la que hicieron del celebrado “El Infierno de Dante”.

En lo que respecta a compartir el escenario con las bandas angelinas, Javier reconoce estar familiarizado con Terrorizer y Sadistic Intent, y haber compartido incluso las tarimas con ambas a este y al otro lado de la frontera. “Nos encanta poder ser testigos de su crecimiento musical, porque todos somos hermanos de la escena que tenemos que apoyarnos mutuamente”, sentenció.

Pese a que las letras de Transmetal se han apartado siempre del predecible tema satanista para hablar en cambio de asuntos sociales y cuestionar a la religión institucionalizada, el baterista prefirió no hacer comentarios sobre estos tópicos. “Me mantengo al margen de las discusiones políticas, religiosas y hasta de futbol, pero eso no quiere decir que no sienta inconformismo por algunas cosas”, precisó.

“Estamos atravesando tiempos difíciles, con las catástrofes naturales que se han dado en varios países y, por supuesto, el sismo que azotó a nuestras tierras; pero hay que seguir adelante, luchando por la identidad mexicana que tenemos, y que sigue plasmada en nuestro nuevo trabajo en estudio, ‘El vigésimo mandamiento””, concluyó.

Desde este lado

Terrorizer es una agrupación angelina con una trayectoria inestable debido a problemas internos y cambios de integrantes que, en la actualidad, cuenta con dos versiones activas. Pero todo parece indicar que los fans de hueso colorado se inclinan mayormente por Terrorizer L.A., que además de tener entre sus filas al vocalista original Oscar García, interpreta únicamente los temas del primer álbum, “World Downfall” (1989), reconocido en el mundo entero como una obra esencial del death metal y del ‘grindcore’, es decir, dos de las ramas más agresivas y veloces del género pesado.

“Esta es mi versión de Terrorizer; la hice en el 2014, supuestamente para un solo concierto en homenaje a Jesse Pintado, un gran amigo mío y guitarrista fundador del grupo [que falleció en el 2006], pero a la gente le gustó mucho y decidimos continuar, aunque no se trata de un proyecto demasiado formal ni estable”, le dijo a HOY Los Ángeles García, cuyo trabajo musical principal sigue estando en Nausea, otra emblemática banda que se fundó igualmente en los ‘80.

Como lo cuenta la Historia, la formación inicial de Terrorizer estaba integrada por latinos: aparte de García, que es descendiente de una inmigrantes jalisciense y de un guatemalteco, figuraban en ella Pintado (quien nació en Sonora y pasó luego a integrarse a los famosos Napalm Death) y Pete Sandoval (el baterista de ascendencia salvadoreña que se hizo mundialmente famoso al sumarse al influyente combo Morbid Angel, instalado en Florida).

García recuerda haber conocido a Pintado mientras daba vueltas por las calles del empobrecido barrio en el que vivía, cerca de South Central, donde había muchos latinos; pero asegura que, en esa época, la pertenencia a una comunidad específica no era algo de lo que hablara con sus amigos, como lo refleja el hecho de que se interesó en un estilo musical ajeno a las tradiciones latinas.

“Éramos básicamente unos chicos que queríamos tocar y tener una grabación; no nos importaba quiénes nos escucharan”, recordó. “En esa época se oía ya mucho death metal y quisimos hacer algo un poco diferente, por lo que empezamos a tocar más rápido que los demás, usando incluso canciones de Nausea, que en esos momentos se inclinaba hacia el hardcore y el punk rápido”.

Por ese lado, Terrorizer se apartó de los rollos oscurantistas del death para hablar en cambio de asuntos sociales. “Las letras que hice para ese disco aludían a los tiempos que se vivían, con corporaciones que estaban tomando el control de nuestras vidas personales y la existencia de dictadores; no me llamaba mucho la atención hablar del Diablo”, explicó García.

El cantante de la voz gutural recuerda que uno de sus tíos tocaba en una banda de ‘covers’ de Santana, y que tras ir a uno de sus propios ensayos, este familiar le dijo que lo que él estaba tratando de hacer era “un sonido de blancos”; pero el Oscar de esa edad, que escuchaba álbumes de Iron Maiden y de Discharge, no entendió sus palabras, porque no había matiz racial alguno en lo que proponía.

“Lo que sí es cierto es que hace un par de años fuimos a tocar a Ciudad de México, y descubrí entonces que a la gente de allá le interesaba no solo nuestra música, sino también los mensajes que habíamos dado en ella”, precisó. “Eso fue muy emocionante”.

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