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Estos son todos los laberintos de terror en el fascinante Dark Harbor del Queen Mary

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Como lo hemos dicho en otras ocasiones, cuando llega al Sur de California la temporada correspondiente al Día de las Brujas, las personas que prefieren festejarla asistiendo a eventos masivos dedicados a la implementación de laberintos suelen poner primeramente la mirada en las Halloween Horror Nights de Universal Studios, que sigue siendo la celebración más profesional, más espectacular y más cargada de efectos especiales de todas las que se ofrecen.

Pero es también la más costosa y multitudinaria, hasta el punto de que resulta a veces difícil desplazarse entre la gente y soportar el tiempo que se requiere en la fila antes de poder entrar a cualquier atracción; en ese sentido, la alternativa ideal es el Dark Harbor del Queen Mary de Long Beach, que sigue siendo la más económica del mercado local para todo lo que ofrece.

Este evento tiene obviamente mucho menos presupuesto que el de Universal, pero subsana las carencias con creatividad, apelando mucho más a los sustos de la vieja escuela y a una estética de serie B que al ‘gore’ y las escenografías fastuosas. Sin embargo, su encanto mayor se encuentra en los laberintos que se ubican dentro de la nave y al lado del mar, lo que les permite aprovechar las posibilidades sugestivas de unos recintos reales que, debidamente iluminados (u oscurecidos), son capaces de generar mucho miedo y de convertirse en un marco único para imágenes inolvidables.

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Dark Harbor mantiene por lo general las atracciones del año anterior, pero con modificaciones que, según cada caso, pueden ser evidentes o casi imperceptibles. Las zonas exteriores tienen decoraciones con elementos de utilería, malabaristas que juegan literalmente con fuego y patinadores infernales con espuelas de acero que se empeñar en asustarte; pero lo que sigue en este texto es una descripción de lo que más le interesa a los asistentes, es decir, los laberintos a los que tienes que entrar bajo tu propio riesgo.

DEADRISE

Esta es la atracción ‘bandera’ del Dark Harbor, ya que se encuentra directamente relacionada a El Capitán, un elegante zombi al que se puede encontrar en diferentes áreas del evento y que, según la leyenda inventada, se ha puesto al frente de sus fieles subordinados (también muertos vivientes) para recuperar la nave que fue alguna vez suya.

El laberinto en sí ha estado presente en varias ediciones de esta celebración pagana y no ha cambiado demasiado, por lo que sigue sustentado en elementos de escenografía vinculados al mar, como algas, anclas y redes de pescar que esconden a personajes siniestros. Hay también encuentros directos con fuentes de agua que pueden causar sorpresa, aunque, por lo general, se trata de una visita que no impresiona demasiado.

INTREPID

Se supone que esta es también una atracción que ha estado presente en ediciones anteriores del Dark Harbor, pero no logré recordarla, pese a que he asistido varias veces al evento. Sea como sea, ese detalle me permitió quizás gozar de mejor modo de un laberinto inspirado en la figura del Iron Master, el arquitecto responsable de la creación del Queen Mary.

Ante nuestros ojos, la ambientación posee un indudable sabor escocés que se plasma en los vestuarios de los actores que atemorizan a los visitantes, aunque también hay muchos muñecos que colaboran en las labores de susto y una llamativa escenografía coronada por una cabeza gigante de calavera. Pero la parte más lograda es la más oscura, cuando se ingresa a un espacio en el que reinan la bruma y unas penetrantes luces láser que causan un efecto singular en las mentes de los asistentes.

CIRCUS

Este es otro laberinto del pasado que vuelve al Dark Harbor, pero con cambios suficientes como para provocar interés entre quienes lo hayan recorrido previamente. Pese que este es el único caso en el que no se trata de trazar una conexión directa con el Queen Mary, la actual popularidad de “It” debería incentivar su popularidad, sin que eso implique una participación de Pennywise.

Desde el inicio, hay que esforzarse un poco en el plano físico al meterse en una piscina de pelotas que puede ser muy resbalosa, y más adelante, ingresas a un área de espejos engañosos que ponen a prueba tu cordura; pero el chiste mayor de todo esto se encuentra en sus cuantiosos personajes, que además de los payasos malévolos de rigor, incluyen a una sirena con la mitad de la cara destrozada que se retuerce en una tina de baño, una tentadora pero maléfica colegiala con cuernos y una mujer voluminosa que parece ejercer las ancestrales artes de la prostitución.

FEAST

Este es el único laberinto realmente nuevo del Dark Harbor, así como un agregado de valor para la visita desde su concepto de base: el regreso desde la tumba de un chef y de sus asistentes que trabajaban para los soldados instalados en la nave durante la Segunda Guerra Mundial, pero que se dedicaban en secreto a cocinar platillos inusuales hasta que fueron descubiertos y quemados vivos en sus propios hornos.

Esta encantadora premisa se presta no solo para la aparición de las predecibles figuras que brincan ante ti desde las esquinas, sino también para la presentación de varias encarnaciones del cocinero y de sus ayudantes. El primero aparece ofreciendo tanto suculentas sopas de ojos y tripas como postres hechos a base de cerebros, mientras que los segundos deambulan por los misteriosos corredores del barco llevando azafates de dudosa procedencia; y también se puede ver una interesante combinación de animales colgados al lado de cuerpos humanos mutilados y listos para la olla. Bon appétit.

SOULMATE

La segunda atracción ubicada dentro del barco es la que aprovecha de mejor modo las posibilidades para el miedo de estos magníficos interiores, así como el laberinto antiguo que ha obtenido mayores cambios para no repetir simplemente lo de años anteriores.

El concepto sigue basado en Graceful Grace, una simpática dama espectral que anda en búsqueda eterna de novio; pero hay muchos detalles visuales de los que disfrutar, como la emblemática hélice enorme bajo el agua que se encuentra iluminada de modo sugestivo, el desplazamiento de marineros siniestros en medio de motores y timones, el sastre que elabora trajes con pieles humanas, la cabeza real dentro de una jaula que empieza de pronto a moverse, la cama de sábanas excesivamente ensangrentadas y, por supuesto, los tipos con máscaras puntiagudas que nos remiten a un carnaval espeluznante y que secundan a la fantasmagórica Grace.

LULLABY

Este es probablemente el ‘clásico’ mayor del Dark Harbor, y se centra en la figura de una niña (llamada aquí Scary Mary) que se ahogó supuestamente en la piscina del barco y que regresa del Más Allá para jugar con los asistentes, por lo que aparece en diferentes encarnaciones a lo largo del recorrido desarrollado al interior de la embarcación.

Este año, la única novedad evidente fue la falta de acceso a la majestuosa piscina vacía del lugar, probablemente por razones de seguridad; pero existen todavía momentos impactantes en la visita, como una criada que toca el piano en medio de una habitación caótica que me recordó a la mía, una esquina siniestra en la que se vislumbra una mecedora con el esqueleto de una mujer que carga el esqueleto de su bebé, y una pareja muerta en medio de una cena. Al salir, una juguetona Scary Mary te persigue por los pasillos colindantes.

B40

Esta es otra atracción habitual dentro del barco que regresa para poner nuevamente al frente a Samuel the Savage, un pasajero que supuestamente enloqueció y se dedicó a matar con gusto a otros residentes temporales del Queen Mary. La idea por aquí no es solo mostrar a personajes propios de un manicomio, sino recurrir también a elementos propios de sus trastornos.

De ese modo, hay varias pizarras donde se repite de manera obsesiva el número que le da nombre al laberinto, así como un sujeto en pijamas que te corta el paso y que parece ser residente de una institución mental. Tampoco falta el necesario encuentro con Sam, que interrumpe sus labores carniceras para amenazarte; y la novedad de este año es una zona brillantemente iluminada en la que dos tipos te proponen un divertido juego centrado en una silla eléctrica.

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