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‘El Chavo del Ocho’ ya tiene su día en L.A., y tiene que ver con el consumo de leche

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La Ciudad de Los Ángeles y la Junta de Procesadores de Leche de California (CMPB), creadores de las campañas got milk? y Toma Leche, se unieron para determinar que, a partir de ahora, el 8 de septiembre será el día de El Chavo del Ocho en nuestra urbe.

De ese modo, este no es un reconocimiento directo al creador de la popular figura cómica, Roberto Gómez Bolaños “Chespirito”, pero sí a su invención más reconocida; y eso tiene sentido cuando se considera que, aparte de amar las tortas de jamón, el mismo personaje adoraba tomarse un buen vaso de leche, lo que se prestaba perfectamente para un evento que trata de fomentar el consumo de esta bebida natural entre los niños locales de procedencia latina.

Y si eres un inmigrante reciente y crees que El Chavo no es una figura habitual en este país, tendrías que haber estado presente esta mañana en el tercer piso del City Hall, donde se llevó a cabo una ceremonia pequeña pero concurrida en la que el concejal Gil Cedillo recordó unas experiencias con el aludido que datan de más de cuatro décadas.

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“Recuerdo que a mediados de los ‘70, cuando yo no hablaba todavía nada de español y era un joven padre que vivía en un ‘duplex’, mi esposa me decía que mi hijo estaba fascinado con ese programa, hasta el punto de que no se lo perdía un solo día”, recordó durante la presentación general el oriundo de Barstow, California, para poner luego énfasis en la importancia de relacionar a El Chavo con los buenos hábitos en los pequeños.

Por su lado, al ser entrevistado de manera directa por HOY, Man One, un reconocido pintor y muralista de L.A. que estrenó ahí mismo un vistoso cuadro de El Chavo dedicado a promover la misma campaña (y que será colocado a la entrada de la asociación Variety Boys and Girls Club de Boyle Heights), recordó haber crecido apreciando al niño huérfano de la ficción dentro de la misma región angelina.

“Siempre que iba a la casa de mi abuela, ella tenía puestos los programas de El Chavo y de Chespirito, y a mí me encantaban todos su personajes”, nos dijo el hijo de un duranguense y una chihuahense, que se llama en realidad Alejandro Poli. “Eso parecía una convención, porque el cuarto estaba lleno de sus nietos y sus bisnietos; solo había un televisor en el barrio”.

Pero la persona presente en el evento que tuvo sin duda la relación más directa con Chespirito es José Pablo Arnau, nieto directo del fallecido, ya que su madre es Tere, una de las cinco hijas que tuvo el actor, director y productor. Arnau vive en L.A. desde un año, cuando llegó para encargarse de la tienda dedicada a El Chavo del Ocho que se abrió el pasado mes de abril en Downey, pero pasó toda su infancia en su Ciudad de México de origen, donde tuvo muchas oportunidades de frecuentar a su adorado abuelo.

“Estuve al lado suyo en fiestas de Navidad y en eventos a los que nos invitaba; para mí, era un abuelo con el que hablaba de futbol, de novias y de cosas de las que hablas con un familiar así”, recordó el joven de 30 años, quien a pesar de su escasa edad, aseguró ante nuestra grabadora haber llegado a ver a Gómez Bolaños en el set de grabación.

“Cuando yo nací ya no se hacía ‘El Chavo, pero sí otros programas de Chespirito, y fui un par de veces para ver las grabaciones; me acuerdo de ver a El Chapulín Colorado y a El Chómpiras en acción”, comentó. “En cuanto a El Chavo mismo, todo lo que he visto sí han sido ‘reruns’”.

Pese a la devoción que muchos le siguen teniendo a “El Chavo del Ocho” y a sus inmortales personajes, no pudimos evitar preguntarle a Arnau por las críticas que se le hicieron al programa debido a los golpes que recibían los niños, muchas veces por parte de adultos.

“Hay algo que ha ido cambiando en la sociedad en general, no solo en la televisión, y eso ha hecho por ejemplo que las caricaturas que se hacen ahora ya no tengan esas partes”, explicó. “Se trata de algo que ahora mismo puede ser cuestionable, pero que en los ’70 era mucho más aceptado”.

Al ser preguntado por la misma polémica, Man One afirmó que ese tipo de consideraciones deben ser tomadas en el contexto analizado. “Para mí, esas escenas eran parte de la diversión, porque ‘El Chavo’ era como una caricatura en vivo, y momentos así estaban siempre presentes en los ‘cartoons’ americanos”, precisó el artista. “Además, los efectos de sonido que se usaban dejaban muy en claro que todo era en plan de broma”.

Después eso, volvimos a ver la obra que le dedicó al entrañable chico de la vecindad, para remarcar su peculiar aspecto, alejado del naturalismo que se suele emplear al hacer retratos. “Me gustan los colores fuertes, brillantes; eso hace que la gente reconozca de inmediato lo que hago”, dijo Man One. “Me gusta meter un poco de surrealismo y de abstracción, pero no tanto que los que ven mi obra no reconozcan a los personajes que retrato”.

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