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Paz Soldán: ‘La ficción es todavía una especie de salto al vacío’

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El boliviano Edmundo Paz Soldán sostiene que en estos tiempos de redes sociales y discursos de “consumo inmediato”, la ficción literaria “es todavía una especie de salto al vacío” en el que hay que tener fe.

En una entrevista con Efe en Miami, el autor señaló que si bien escribir ficciones puede ir a “contrapelo de lo que funciona hoy para las nuevas generaciones, que es una cosa más rápida”, como narrador todavía tiene fe de que “alguien se va a pasar varios días leyendo un discurso que no es de consumo inmediato”.

“La cantidad de gente que hoy lee libros probablemente es menor que hace 10 años”, afirmó Paz Soldán, quien no duda que tras la explosión de las tecnología digitales se lee y escribe más que antes, y que, más bien, la pregunta debe ser “qué es lo que se lee”.

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En ese sentido, estima que la palabra, como herramienta de un discurso racional y de exposición coherente de ideas, quizás ha perdido poder ante internet, el que estaba llamado a ser el “gran medio liberador” y que en la actualidad funciona a la vez como una plataforma de “burbujas” o de “medios que crean noticias para ti”.

“Ya no hablamos a partir de consensos sino estamos buscando escucharnos a nosotros mismos, y eso es muy peligroso”, aseveró el boliviano, ganador en su país del premio Erich Guttentag con su primera novela “Días de papel” (1992).

Aun así, Paz Soldán no quiere ser “apocalíptico” y defiende que un escritor debe mantenerse “olfateando lo que esta ocurriendo” y, en el caso de los nuevos medios, observar lo “que te puede nutrir”.

Y al mismo tiempo que tiene cuentas en Facebook y Twitter no cesa de publicar, como lo muestra “Los días de la peste”, publicada por el sello editorial español Malpaso y que presentó este viernes en una librería en Miami, como parte de las actividades anuales de la Feria del Libro de esta ciudad.

Novela coral, ambientada en un espacio cerrado como La Casona, un centro penitenciario ubicado en un lugar ficticio, no necesariamente en su país, en su onceava novela el autor buscó reflejar “cómo se van formando las dinámicas de poder en una cárcel”, un lugar que funciona como un microcosmos en que se exacerban las cosas que pasan afuera de sus paredes.

“Es nuestro reflejo, un poco distorsionado, pero nuestro reflejo”, manifestó Paz Soldán, quien para esta publicación tomó como punto de partida la cárcel de San Pedro, en La Paz, en la que los reclusos pueden vivir con sus familias.

Su última novela está más emparentada con cómo se maneja el poder en América Latina, con personajes como un gobernador caudillista, que con la realidad de Estados Unidos, país en el que vive desde hace más de 30 años y que en aquel entonces, recuerda, estaba impregnado de una “mirada más optimista” que en la actualidad.

“Este no es el país que yo conozco”, afirma el escritor, profesor de literatura latinoamericana en la Universidad de Cornell, tras asegurar que “jamás” imaginó que un líder como Donald Trump, con un “discurso tan racista y negativo”, llegaría a la Casa Blanca

El mensaje de Trump contra los inmigrantes y latinos no solo ha hecho que él se sienta señalado, sino que ha producido hechos inéditos en un campus tan liberal y progresista como el de Cornell, en Ithaca (Nueva York), en donde, relata, semanas atrás miembros de una “fraternity” (asociación estudiantil) gritaron consignas a favor del muro fronterizo a un grupo de estudiantes latinos.

“Al final, todo se termina contaminando”, lamenta el autor, quien confesó que en algún momento estuvo afectado ante cada medida contra los inmigrantes que iba apareciendo, en un país “que tiene cabida para todos”.

No cree, sin embargo, que las “fuerzas tan negativas que dominan el discurso político” en la actualidad, carentes de un pensamiento estratégico ambicioso, se sostengan por mucho tiempo, pero afirma que es necesario “seguir luchando por derechos que creías que ya habían sido ganados en este país”.

En su caso, esa batalla la volcará a su producción literaria, en la cual el país de acogida fue el escenario de “Norte” (2011), novela que ambientó en la frontera entre Estados Unidos y México, y lo será de otra que también ocurrirá en esa línea divisoria, y que además hará referencias a las tensiones raciales que se han escalado en Estados Unidos en los últimos años.

“Como escritor, mi único deseo que mi imaginación esté a la altura del desafío”, confesó.

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