Anuncio

‘Papa: Hemingway in Cuba’ recrea los años del maestro en la isla, donde se filmó la cinta hollywoodense

Share

Para Bob Yari, un cineasta nacido en Irán pero criado desde que tenía un año de edad en la ciudad de Nueva York, y conocido hasta ahora por haber sido el productor de cintas tan aclamadas como “Crash” y “The Illusionist”, la idea de retomar una carrera como director de cine que había dejado completamente de lado con un relato inspirado en la etapa final de la vida de Ernest Hemingway sonaba absolutamente natural.

“Cuando era jovencito, supe ya de la relevancia de este gran escritor y leí obras suyas, pero me enteré recién de otros aspectos suyos cuando me mandaron el guión de esta cinta, hace cerca de una década”, le contó el realizador a HOY. “Aparte de ser algo completamente realista, ese texto me mostró lo tremendamente complejo que él había sido, además de que sus legendarias borracheras tenían que ver con una enfermedad mental que aquejó a una buena parte de su familia”.

Y es que el guión de “Papa: Hemingway in Cuba” -que estrena este viernes de manera limitada- le pertenece a Denne Bart Petitclerc, quien falleció hace 10 años pero que es en realidad el protagonista de la película, solo que aparece con el nombre cambiado (figura como Ed Myers y es interpretado por Giovanni Ribisi). Esto se basa en las experiencias que tuvo el mismo Petitclerc, un periodista estadounidense de Miami que, luego de mandarle una carta de admiración a Hemingway, trabó con este una amistad cercana que le permitió pasar varios momentos a su lado en Cuba, país en el que el eminente literato vivió entre los años ‘50 y los ‘60, poco antes de su muerte a causa de un suicidio.

Anuncio

Uno de los aspectos más fascinantes del filme es que, a diferencia de muchos otros trabajos contemporáneos que se desarrollaban en este lugar pero se filmaron, por ejemplo, en República Dominicana, este sí se rodó en la isla que continúa sometida al embargo estadounidense, lo que le brinda un aire de autenticidad incuestionable, pero requirió por otro lado de complejas negociaciones.

“La idea original que otros tenían era que Hemingway fuera interpretado por Anthony Hopkins y que esto se filmara en Portugal, lo que hubiera dado obviamente un resultado muy distinto”, recordó Yari. “Creo que poder hacerlo en Cuba, con escenas realizadas incluso dentro de la finca auténtica del escritor, que es un museo y a la que nadie tiene acceso, nos puso toda clase de retos en términos técnicos, porque no podíamos usar por ejemplo casi nada de luces; pero, a cambio, esto nos otorgó una sensación de realismo que no se podría haber obtenido de otro modo”.

El mismo director piensa que esa sensación se vio también favorecida porque el rol de Hemingway terminó finalmente en manos de Adrian Sparks, un veterano del teatro relativamente desconocido que hace un extraordinario trabajo como una leyenda que aparece inicialmente llena de bondad y de carisma, pero que poco a poco va sucumbiendo a los demonios del bloqueo creativo y del alcohol.

“No hubiera sido igual si poníamos a una estrella, porque el público iba a estar pensando todo el tiempo en que estaba viendo a una celebridad del cine y no al escritor representado”, enfatizó. “Pero esta decisión también tiene consecuencias, claro, porque es muy difícil vender una película sin un rostro famoso, tanto en lo que respecta a los exhibidores como en lo que se relaciona a los espectadores”.

Más allá de su valor histórico, la cinta es importante como parte de una colaboración artística entre dos naciones largamente enemistadas que podrían limar asperezas si se cumplen los planes anunciados por el todavía presidente Barack Obama. Y eso es algo que Yari quisiera realmente ver.

“Esta producción me llevó a lo largo de seis años a la isla, y he notado el modo en que los inicios de la apertura han ayudado a personas que han sido incluso capaces de abrir negocios propios cuando antes no los tenían”, dijo. “Sería terrible que los republicanos, en el caso de que lleguen al poder, eliminen todos estos avances, aunque tampoco me gustaría ver tiendas de McDonald’s por toda La Habana, por supuesto”.

“Papa” podría provocar cierta polémica por la escena en la que Hemingway aparece tirando al mar un arsenal de armas destinado a los revolucionarios castristas, poco antes de ser intervenido por las fuerzas del gobierno del dictador Fulgencio Batista. “Yo tampoco sabía de este hecho antes de leer el guión de Denne, pero esa es su versión de las cosas y quería respetarla”, precisó el director. “No creo que Hemingway haya sido comunista ni nada por el estilo, pero se sabe que se interesaba por los sufrimientos de distintos pueblos, que detestaba la injusticia y que el FBI lo estaba investigando”.

La conexión de nuestro entrevistado con la comunidad latina, plasmada también en este caso por su trabajo con el director de fotografía de origen salvadoreño Ernesto Melara, se prolongará en su próxima obra como director, enfocada en la vida del narcotraficante Pablo Escobar. “Se trataba de un personaje con distintas facetas que me interesan explorar y que pienso filmar definitivamente en Colombia, donde las cosas están mucho más tranquilas que antes”, precisó Yari. “Estamos todavía en la etapa de ‘casting’, pero ya contamos con un guión y esperamos empezar pronto”.

Anuncio