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Ethan Hawke está atrapado por una crisis de fe

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Con 32 años de carrera, 4 nominaciones al Óscar y éxitos de taquilla y crítica como ‘Training Day’ o ‘Boyhood’, Ethan Hawke admite que constantemente pierde la fe en la actuación.

“Creo que no podría estar a punto de cumplir 50 años sin haber tenido muchas crisis de fe. Es difícil hablar sobre esto por teléfono. Amo mi profesión. Quiero hacer arte trascendente, también entretener a la gente, hacer sus vidas felices y plenas.

“El mundo de las películas, del entretenimiento, el arte, es un reflejo del nuestra mente, libertad de expresión. Ayuda a mantener cuerda a la sociedad. En verdad creo en lo que hago. Pero sí, he tenido incontables crisis de fe en esto”, admite el actor, en enlace telefónico desde Londres.

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La vida como actor del estadounidense de 47 años, sin embargo, se encuentra en uno de los momentos más dulces. Eso para quien cree que las alabanzas producen satisfacción.

First Reformed, de Paul Schrader (escritor de Taxi Driver), un intenso drama en el que interpreta a un sacerdote en crisis, no para de ser encumbrada por una crítica que ve a Hawke como serio contendiente a los próximos premios de la Academia.

Pero el histrión, escritor y director texano, muso del realizador Richard Linklater (Antes del Amanecer, Antes del Atardecer, Antes de la Medianoche), dice que no se marea por las alabanzas.

“Si esto fuera teatro, me podría afectar. Se me subiría a la cabeza y arruinaría mi actuación de la próxima noche. Pero mi actuación ya está allí.

“Me hace feliz que a los espectadores les guste la película. Pero vez no pienso en términos de los Óscar. Anhelar algo así (el premio), o creer que algo que hice es digno de él, es algo muy vacuo”.

Desde su debut en 1985 con la cinta de ciencia ficción Explorer, el ex esposo de Uma Thurman ha cultivado una filmografía de lo más ecléctica, en la que todos los géneros caben.

Y no sólo el séptimo arte, sino el teatro y la televisión. Algunos no le ven sentido a este ir y venir, pero él sí.

“En verdad me gusta hacer todo tipo de películas. Me parece emocionante colocarte a ti mismo en situaciones nuevas, donde no sabes cómo actuar. Dirigí un documental (Seymour), escribí una novela gráfica (“Indeh: A Story of the Apache Wars”), dirigí una obra, actué algo de Shakespeare (Hamlet) y en una cinta de terror (La Purga). Eso es un ejemplo.

“Me gusta. Me permite seguir fresco, mantener mi curiosidad, mi gozo. Si toda mi carrera fuera interpretar a personajes desesperanzados y brutales como el reverendo Toller (de First Reformed) creo que estaría exhausto. Pero he bailado alrededor de muchas expresiones artísticas. Eso me provoca placer”.

“Cuando siento desesperanza tiene que ver con la ansiedad de sentir que no estoy siendo la persona que quiero ser. Es difícil”, dijo Hawke.

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